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El presidente de Velatia, Javier Ormazabal, conversa con el periodista de EL CORREO, Lucas Irigoyen. Mireya López
Foro Empresarial de Bizkaia EL CORREO - Laboral Kutxa

Ormazabal pide incentivos a la inversión para «descarbonizar sin desmantelar la industria»

El presidente de Velatia asegura que Bizkaia tiene los mimbres para liderar la transición verde en una UE en recesión

Martes, 23 de septiembre 2025

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Con Europa sumida en una dinámica de ralentización y España cada vez más volcada en el turismo –en detrimento de la producción–, la industria vasca emerge como el elemento decisivo para preservar el empleo de calidad, atraer inversión y asegurar un modelo económico que permita cotas altas de bienestar. Este es, al menos, el diagnóstico que Javier Ormazabal, presidente de Velatia, ha hecho este martes en el Foro Empresarial de Bizkaia, donde ha pedido transformar la presión medioambiental y regulatoria en una ventaja competitiva que sitúe al territorio a la vanguardia de la transición verde europea.

En un acto organizado por EL CORREO y patrocinado por Laboral Kutxa, Ormazabal ha apelado al momento histórico que atraviesa Europa, en el que «se están redefiniendo las reglas del juego». A la creciente incertidumbre provocada por el regreso de Donald Trump a la Casa Blanca y por el avance de China como gran potencia global se suman los dos grandes desafíos que marcarán el devenir del tejido productivo vasco: la transición energética y la digitalización acelerada. Una carrera en la que Europa, lastrada por la lentitud de sus mecanismos y por una regulación percibida como excesiva, debe ganar agilidad si no quiere quedar relegada frente a EE UU y Asia.

El presidente de Velatia –el grupo familiar que ofrece soluciones avanzadas en el sector de las redes eléctricas y la transformación digital– ha alertado de que la situación, en cualquier caso, está «hiperdiagnosticada». En una conversación con Lucas Irigoyen, periodista de EL CORREO, ha subrayado que Europa lleva años elaborando informes y estrategias, pero que la verdadera dificultad reside en la capacidad de reacción. «Somos conscientes de los retos, pero nos cuesta movernos con agilidad», ha señalado.

Sin embargo, guste más o guste menos, es esta Europa de la burocracia –aunque cada vez con más voces favorables a aligerar cargas administrativas– la que marca las reglas del juego a las empresas vascas. Con la lucha contra el cambio climático como una de las prioridades de la Comisión Von der Leyen, Ormazabal ha advertido de que esa transformación «no puede hacerse a costa del empleo ni del arraigo territorial de la industria». «Necesitamos tecnologías limpias, sí, pero también marcos regulatorios estables e incentivos claros a la inversión», ha subrayado.

Ormazabal ha reclamado así que la sostenibilidad no se convierta en un peaje que frene la revitalización industrial, el gran objetivo del Gobierno vasco pese al contratiempo que han supuesto los aranceles de Trump. El presidente de Velatia ha insistido en que la apuesta no debería pasar únicamente por la electrificación –su ámbito de actividad principal–, sino también por el desarrollo «inteligente» del hidrógeno verde y la economía circular como palancas imprescindibles para garantizar la competitividad.

Condiciones de éxito

En un escenario cada vez más exigente, marcado por normativas impuestas desde Bruselas, Ormazabal ha defendido que la única forma de afrontarlo pasa por reforzar la colaboración público-privada. Esta «condición de éxito» –que el Gobierno vasco ha incorporado a su estrategia con un plan industrial que promete una inversión sin precedentes– debería ir acompañada también por una fiscalidad «que premie el compromiso con el territorio» y dé un apoyo decidido a la internacionalización de las empresas.

La carrera hacia un modelo industrial más sostenible, sin embargo, no puede darse sin infraestructuras que faciliten la transición. Euskadi ha visto en los últimos años cómo se frena la llegada de nuevos proyectos por la falta de puntos de conexión a la red –aunque el Gobierno central se ha comprometido a liberar un 40% más de megavatios en los próximos cinco años–. En este sentido, Ormazabal ha subrayado la necesidad de apostar por «infraestructuras resilientes y bien conectadas», como hubs tecnológicos o corredores logísticos capaces de «integrar sostenibilidad y eficiencia» en el corazón de un sistema productivo que ha sufrido años de parálisis.

La cuestión, en este caso, es que para desarrollar estos centros no basta con que las administraciones habiliten nuevos puntos de conexión ni con que las empresas estén dispuestas a engancharse a la red. Es imprescindible que las eléctricas encuentren atractivo en la inversión. Y, en plena disputa con la CNMC por el porcentaje de retribución, ese incentivo no aparece. Ormazabal entiende que «van a invertir donde la rentabilidad sea más ventajosa» y alertó del elemento de «enorme preocupación» que supone «que Iberdrola o Endesa digan que es mejor poner su dinero en otros países».

Velatia, ha subrayado su presidente, ya se ha subido a este tren de la competitividad verde con una inversión de 35 millones de euros «para modernizar nuestra planta de Igorre y levantar una nueva sede en Derio». «Además, estamos impulsando la ciberseguridad, la electrificación de las redes y la formación tanto de jóvenes como de profesionales veteranos», ha explicado, antes de reclamar una mayor colaboración entre centros formativos y empresas que permita adaptar la capacitación a las necesidades reales del mercado.

«Las empresas ya tenemos una reflexión ética de base»

«Las empresas ya tenemos, de base, una reflexión ética sobre lo que hacemos. Creo que se está poniendo la presión donde no corresponde». Ormazabal ha hecho una defensa de la autonomía de gestión de cada compañía al ser preguntado por las palabras del lehendakari, Imanol Pradales, en las que hace dos semanas instó a CAF a hacer «una reflexión ética» sobre su contrato para construir el tranvía de Jerusalén. Unas declaraciones que desconcertaron al grueso del empresariado vasco.

Sin mencionar de forma explícita al fabricante guipuzcoano de trenes, Ormazabal ha cuestionado «hasta qué punto tiene sentido» trasladar a una compañía «la presión por circunstancias que no tienen que ver con su contexto». El presidente de Velatia ha afirmado sentirse «en la obligación de atender a los clientes en sus necesidades» y ha matizado que «en muchos casos se están haciendo cosas para que la sociedad vaya a mejor», como la electrificación del alumbrado público, mejorar líneas de transporte o suministrar electricidad a un hospital. Unas actuaciones que, sostiene, serían ajenas al conflicto que ocurra en el país al que se suministra.

«Otra cosa es que, como ya ha ocurrido en otros casos, intervenga el imperio de la ley y se nos prohiba suministrar a terceros países», ha añadido. Segundos después ha matizado que, llegado ese punto, no queda más que acatar la decisión. «Bastantes complicaciones tenemos ya y lo que queremos es contar con reglas claras», ha sentenciado.

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