Sin relevo para garantizar las pensiones: Euskadi no logra alcanzar los dos cotizantes por jubilado a pesar del récord de empleo
La ratio se estanca en el 1,94 tras mejorar en la década, por debajo de la cota mínima para garantizar la viabilidad del sistema
Euskadi es una comunidad especialmente afectada por el envejecimiento de la población y eso le está impidiendo alcanzar la proporción de dos trabajadores en activo ... por cada pensionista que marca el mínimo para garantizar la sostenibilidad del sistema de pensiones. Ni siquiera los máximos históricos de empleo que viene registrando en los últimos años, con niveles superiores al millón de cotizantes, han permitido llegar a esa cota de seguridad. Según los datos de este pasado julio, la ratio estaba en 1,94 y las perspectivas no son, además, nada halagüeñas puesto que la jubilación de la generación del 'baby boom' empeorará esta relación. Este desfase se hace especialmente crudo en pleno debate sobre la transferencia al País Vasco de la gestión del régimen económico de la Seguridad Social.
La proporción de 1,94 es el resultado de que en julio se contabilizaban 1.023.299 cotizantes frente a 528.360 pensionistas que percibían algún tipo de prestación contributiva, ya sea de jubilación (379.770), viudedad (88.985), incapacidad permanente (42.526), orfandad (14.855) o favor familiar (2.224). Sin olvidar que hay personas que cobran más de una pensión con lo que su número es aún mayor y alcanza las 585.073. Si se toma esta cifra como referencia la ratio se desploma a 1,75.
La relación de 1,94 supone una ligerísima reducción respecto a julio del año pasado, lo que refleja que la mejora experimentada al calor de los récord del mercado laboral está tocando su techo. Con la excepción del batacazo de la pandemia, la recuperación ha sido constante desde el mínimo de 1,84 que se registró en 2014, cuando el empleo estaba hundido por la destrucción que trajo la crisis financiera.
Sin embargo, esta evolución alcista que la ratio ha experimentado en la última década no ha permitido recuperar la barrera del 2 que se perdió en 2011. Ni mucho menos se ha llegado al nivel previo a la crisis financiera, cuando se superaba con holgura esa cota. La razón es sencilla, crecen más los pensionistas que los cotizantes por el envejecimiento de la población, sin que la llegada de inmigrantes sea suficiente para contrarrestar el desfase. Así, si se toma de punto de partida el año 2008 el número de pensionistas ha aumentado un 21% mientras que el de trabajadores en activo solo un 4%.
Crisis demográfica
La crisis demográfica no es exclusiva de Euskadi pero su gravedad es mayor en la comunidad autónoma que en el conjunto de España. Prueba de ello es que la proporción de cotizantes por pensionista alcanza de media nacional el 2,33, por debajo del 2,5 que tenía en 2008 pero muy por encima de la barrera del dos.
Esta mejor ratio indica una población trabajadora más joven y también una mayor atracción de inmigrantes. Hay comunidades como Baleares o Madrid donde la proporción supera los tres (3,5 y 3,2, respectivamente). Por contra, la situación es aún peor que la del País Vasco en regiones envejecidas como Asturias (1,46), Galicia (1,6), Castilla y León (1,73), Cantabria (1,82) y Extremadura (1,88).
El futuro se plantea aún más negro. De hecho, esta misma semana se ha conocido un informe de Adecco que apunta a que en Euskadi se jubilarán 260.600 trabajadores en la próxima década y solo se incorporán 55.900 jóvenes al mercado laboral. La proporción de 4,6 retiros por cada entrada es la peor de toda España, donde se sitúa en el 2,9.
El mayor envejecimiento de la población ya supone mayor presión para el sistema de pensiones en Euskadi, pero a ello se suma que es la comunidad con las prestaciones más altas. Los jubilados vascos cobran de media 1.834 euros mientras que en el conjunto de España reciben 1.616 euros.
También es cierto que en el País Vasco los sueldos son más elevados y, por tanto, se cotiza más. Pero ocurre lo mismo que con la relación entre pensionistas y cotizantes. El importe de las pensiones de jubilación ha crecido mucho más que los salarios. En el primer caso un 48% hasta los 1.834 euros y en el segundo un 15% hasta los 2.569, según el INE. El agujero por tanto crece y en paralelo las dudas sobre la sostenibilidad del sistema.
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