Escrivá considera que la tramitación de la opa BBVA-Sabadell «está durando demasiado»

«Nosotros ya nos pronunciamos hace un año», ha insistido en el foro Finanza, organizado por Elkargi y EL CORREO y con el patrocinio de la Diputación vizcaína. La cuestión es que el Banco de España ya emitió el pasado verano al BCE un informe favorable a autorizar la opa. Una vez recibido el visto bueno de las instituciones europeas, la operación inició un recorrido lleno de obstáculos, que ha desembocado en nuevas exigencias por parte del Gobierno central, incluidas condiciones más estrictas y la prohibición de culminar la fusión durante al menos tres años.

Escrivá, que ha recordado que la decisión final sobre la opa recae en los accionistas del Sabadell, ha aprovechado para instar a una revisión del marco legal que regula estas operaciones, aún circunscritas a un ámbito «estrictamente nacional». A su juicio, esta limitación refleja una de las grandes carencias del sistema financiero europeo. Por ello, ha defendido la necesidad de avanzar decididamente hacia una verdadera unión bancaria que permita el desarrollo de bancos transfronterizos, de mayor tamaño y capacidad, que puedan competir en igualdad de condiciones en los mercados internacionales.

Esta ausencia de una arquitectura financiera plenamente integrada en Europa es, a juicio de Escrivá, una «deficiencia» estructural que lastra la capacidad del sector bancario para adaptarse a un ecosistema global cada vez más competitivo. Del grado en que se logre completar este proceso –una urgencia señalada también por instituciones como el FMI para mejorar el acceso a financiación, especialmente de las pymes– dependerá en gran medida la solidez del sistema financiero europeo y su capacidad para impulsar la autonomía estratégica del continente.

La receta del gobernador del Banco de España ante un entorno global cada vez más fragmentado es, por lo tanto, que Europa defina y ejecute «una estrategia cohesionada» orientada a «impulsar la productividad, acelerar la transformación tecnológica y avanzar en la descarbonización». Una agenda que trasciende el ámbito de las operaciones corporativas y apuesta por reforzar el mercado interior como pilar del crecimiento, eliminando los obstáculos regulatorios que impiden a las empresas ganar escala.

El exministro de Seguridad Social –que abandonó el cargo el pasado septiembre para asumir la gobernación del Banco de España– insistió en la necesidad de aligerar la carga administrativa que soportan las empresas. Un objetivo que, a su juicio, exige eliminar duplicidades normativas y reforzar la seguridad jurídica, especialmente para las pequeñas y medianas compañías, que en Europa concentran el 75 % del empleo y son clave para la competitividad del tejido productivo.

Este propósito, sin embargo, no puede alcanzarse sin replantear el modelo de financiación empresarial. Escrivá destacó que en la actualidad Europa presenta una excesiva dependencia de la banca tradicional como vía de acceso al crédito, lo que deja a muchas pequeñas empresas expuestas a los cambios en las condiciones del sistema financiero. Es por ello que, defendió Escrivá, es necesario avanzar hacia mercados de capitales profundos e integrados que canalicen los recursos.

El supervisor puso el foco en la necesidad de que las pymes puedan acceder a estas vías de financiación en sus etapas iniciales, ya sea a través de fondos de capital riesgo o instrumentos financieros equivalentes. «El objetivo es que puedan desarrollarse plenamente en Europa, sin verse forzadas a trasladarse a otras jurisdicciones», sentenció Escrivá.