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La ministra de Defensa, Margarita Robles, evidenció los problemas de los recortes presupuestarios que ha venido sufriendo su negociado cuando explicó la semana pasada el ... envío de los Leopard a Ucrania. Serán cinco o seis carros los que recibirá el presidente ucraniano, Volodímir Zelenski. La cifra no es mayor porque se trata de no dar más preocupaciones a los mecánicos de Ucrania que a las tropas rusas. Es una de las evidencias de la falta de inversión del sector, que en este caso ha retrasado más de 15 años el pedido de los 8x8, los nuevos vehículos blindados del Ejército cuyo sistema de propulsión elabora la empresa vasca de la familia Aperribay, SAPA Placencia.
La OTAN, al exigir a sus miembros que destinen hasta un 2% de su PIB a los presupuestos de Defensa, ha activado una lluvia de inversiones públicas que ya se están concretando en este 2023. En el caso de los Presupuestos Generales del Estado, son casi 5.000 millones más (hasta 14.908 contando la inversión de Industria), y en la UE se han adjudicado los primeros 1.200 millones del Fondo Europeo de Defensa (FED). Unos programas que seguirán creciendo al menos hasta 2027 en España con otros 10.000 millones -hasta alcanzar esos 24.000 millones que representa el 2% del PIB- y en la UE con otros 5.000 que completarán el FED.
1.723El sector de Defensa tiene en Euskadi 803 trabajadores e induce otros 920 empleos.
Son partidas que ya comienzan a dejar sus primeras cifras en Euskadi, donde la industria de Defensa tiene importantes exponentes en compañías como ITP Aero, SAPA Placencia, Sener o Aernnova, que ya cuentan en sus carteras de pedidos y en sus proyectos de inversión con más de 2.000 millones que provienen de estas líneas.
Según explican desde la Asociación Española de Tecnologías de Defensa, Aeronáutica y Espacio (TEDAE), el sector emplea en Euskadi a un total de 1.723 personas, 803 de modo directo y 920 de modo inducido. Unas plantillas que crecerán con el desarrollo de estos nuevos programas y que tendrán ahora una novedad importante en su desarrollo con el fortalecimiento del carácter dual exigido. Ya no se trata de tecnología militar y de armar ejércitos. Se trata, explica el presidente de TEDAE, Ricardo Martí Fluxá, de aprovechar la capacidad de desarrollo e innovación de ese sector «que tiene una importante repercusión en la vida civil, como generación de empleo y actividad económica».
SAPA Placencia. La compañía guipuzcoana participa en la fabricación del 8x8, cuyo pedido se ha elevado a mil unidades y 6.000 millones.
Sener. Lidera proyectos del Fondo Europeo de Defensa con un presupuesto de más de 124 millones.
ITP Aero. Participa como líder industrial en el FCAS, el programa con 8.000 millones para el nuevo avión de caza europeo.
Aernnova. La compañía alavesa de aeroestructuras factura un 20% de su negocio en el área de Defensa y elabora piezas para varios cazas y helicópteros.
En el caso de la aeronáutica son más evidentes estas sinergias, que favorecerán el desarrollo de aviones más eficientes y sostenibles en pleno proceso de descarbonización del tráfico aéreo.
En este caso ITP Aero es uno de los principales exponentes. La compañía con sede en Bizkaia y que ha sido recientemente adquirida por el fondo norteamericano Bain Capital, desarrolla el papel de coordinador industrial del programa europeo FCAS, que desarrollará el nuevo caza que sucederá al Eurofigther. El programa está dotado con 8.000 millones y el Gobierno de España ha habilitado para este 2023 una partida de 4.900 millones que dé inicio a los trabajos. ITP cuenta con una facturación que el pasado año alcanzó los 915 millones y, según explican fuentes de la compañía, el 20% de su negocio se encuadra en el área de Defensa.
Otra aeronáutica vasca, Aernnova, también cuenta con una parte importante de trabajo de diseño y mantenimiento en aeroestructuras para naves militares. Desde la empresa presidida por Iñaki López Gandásegui señalan que 2 de cada 10 euros de sus ventas provienen de esta línea de negocio. Según su informe no financiero del pasado año, Aernnova facturó 515 millones de euros y de los 30 modelos de aviones para los que elabora piezas están los de uso militar como los helicópteros Superpuma o Tiger o los aviones F18 o Eurofighter. De este último tipo el ministerio de Defensa plantea comprar 25 nuevas unidades.
LAS CLAVES
Los fondos de la Unión Europea buscan primar el desarrollo de tecnologías con aplicaciones civiles
Defensa eleva hasta mil unidades la demanda del 8x8 que construye SAPA y que supondrá más de 6.000 millones
La invasión rusa ha empujado inversiones retrasadas hace 15 años
Sener, la ingeniería vasca que fundó ITP Aero, es uno de los referentes de la industria aeroespacial y de Defensa. El director general de ese área, Rafael Orbe, reconoce que tras la invasión rusa de Ucrania «la percepción social ha cambiado» sobre este sector, que «necesita certidumbre, seguridad y estabilidad». La compañía ubicada en la localidad vizcaína de Getxo participa en cinco de los proyectos del Fondo Europeo de Defensa. Uno de los que lidera, 'Commands', ha recibido 24 millones y proyecta desarrollar vehículos autónomos. Además, la ingeniería vasca dirige el 'Hydef', que desarrolla un «interceptor hipersónico de defensa» para hacer frente a amenazas aéreas. Este sistema antimisiles cuenta con 110 millones y en él participan las compañías Navantia, GMV, Escribano y el INTA.
Otros proyectos en los que trabaja Sener son el del operador remoto del FCAS, que desarrollará el nuevo caza europeo o el programa del Eurodrone para producir un avión no tripulado de 11 toneladas y que cuenta con una asignación de 7.000 millones.
Según señala Orbe, el plan estratégico de Sener Aeroespacial pasa por el desarrollo de «sistemas electromecánicos de apuntamiento, comunicaciones y navegación autónoma». La facturación de este área de la compañía asciende a 125 millones y supera los 300 millones en la cartera de pedidos.
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Otras siglas que no pasan desapercibidas en esta industria en Euskadi son SAPA Placencia. La compañía guipuzcoana de la familia Aperribay juega un papel determinante en la construcción del vehículo militar 8x8, que se ha convertido en una de las joyas del Ejército de Tierra. El pasado mes de enero se realizó la entrega de las primeras siete unidades que fabrica la compañía vasca junto a Santa Bárbara, Indra y Escribano. El pedido del Gobierno asciende a 348 unidades por 2.100 millones. Fuentes del ministerio de Defensa han confirmado, además, que el Gobierno prepara un nuevo pedido para elevar los vehículos solicitados hasta los 998, lo que supondría aumentar el presupuesto por encima de los 6.000 millones.
La compañía guipuzcoana elabora el sistema propulsor del vehículo y con este anuncio se asegura una importante facturación.
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