¿Por qué el escándalo del 'caso Cerdán' complica la opa de BBVA al Sabadell?
El Consejo de Ministros abordará este martes la resolución del Ministerio de Economía sobre la operación de compra del Sabadell por parte del banco vasco, que tiene todas las de perder porque la dependencia que Sánchez, más débil que nunca, tiene del independentismo catalán se ha multiplicado
Para analizar algo en la España actual hace tiempo que no basta con recurrir a la lógica. Esto va de sensaciones, de instinto. Porque lo ... que para observadores internacionales como el Banco Central Europeo, el Fondo Monetario Internacional o la Comisión Europea es algo relativamente sencillo, en España se trata de intentar intuir qué se le pasa por la cabeza al presidente del Gobierno, qué le conviene más y cuál es el potencial parte de daños de su decisión. Pros y contras. Y en el capítulo de la opa lanzada por BBVA para hacerse con el Banco Sabadell siempre ha tenido muy claro qué hacer: acatar lo que digan Junts, sobre todo, y ERC porque son de quienes depende para seguir en La Moncloa. Y si para ello hay que sacarse de la manga una inédita consulta pública de cuyo resultado nada se sabe y que ha dejado ojiplático al mundo institucional y financiero internacional, no importa.
Si este tipo de decisiones provocan un considerable daño reputacional qué decir del 'caso Cerdán', que ha dejado a Pedro Sánchez al borde del KO por mucho que haya decidido atrincherarse en Moncloa intentando sobrevivir hasta 2027 esgrimiendo el miedo a PP y Vox para atar a partidos como el PNV, Junts y ERC. El también secretario general del PSOE se encuentra en su peor momento desde que llegó a la Presidencia del Gobierno hace ya siete años y su dependencia del independentismo catalán, de Carles Puigdemont, se ha multiplicado por su fragilidad. Ya no tiene margen. Por eso pintan bastos para BBVA. El 'timing' político en la opa más política en décadas no puede ser peor para los intereses del banco vasco. La caída de Santos Cerdán, el demoledor informe de la UCO sobre presuntas mordidas en obra pública por la cúpula del PSOE, lo ha complicado todo todavía más.
La única baza del presidente del Gobierno es que más allá del independentismo, el resto de partidos, desde el PSC e incluso el PP (solo el catalán, ojo), se han posicionado sin ambages en contra de la operación. Pero es que también han dicho 'no' las patronales, los sindicatos... Todo el mundo. Es difícil toparse con algo en Cataluña que suscite tanto consenso. Y este es, sin duda, el gran error original del banco vasco. ¿A quién se le ocurre lanzar la operación en puertas de unas elecciones autonómicas catalanes, por mucho que todo estallase por una filtración interesada? Por este lado, la verdad es que tampoco pinta bien para BBVA, al menos en lo 'sentimental'. Pero bueno, esto siempre es efímero. Si al final se consuma la opa, todo se olvidará pronto. Seguro.
Las voces de alarma lanzadas desde la Bruselas, el BCE o el FMI presionan al Gobierno por el daño reputacional causado
Pero vayamos a los hechos. La clave de todo es dejar de hablar en condicional. 'Si al final se consuma la opa...'. ¿Se consumará? Este martes, en pleno terremoto del 'caso Cerdán', llegará al Consejo de Ministros el informe de Economía en el que, salvo sorpresa mayúscula y pese a la advertencia de BBVA de acudir a los tribunales, se endurecerán las condiciones establecidas por la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC) para consumar la opa arguyendo que lo hace en favor del «interés general». Carlos Cuerpo, el ministro menos político del Gobierno, se juega gran parte de su reputación y seguro que no tiene que ser sencillo para él. Pero así como todo el mundo confía en su capacidad técnica, nadie duda de su lealtad hacia Sánchez y de que hará lo que Moncloa le diga que haga.
La duda es saber si BBVA podrá asumir las más que probables condiciones adicionales que le imponga el Gobierno para seguir adelante con la opa. No hay que olvidar que es el escenario 'soñado' por Moncloa y Economía es precisamente éste, que el banco presidido por Carlos Torres dé un paso a un lado 'motu proprio' para evitar que el Gobierno se vea obligado a vetar la fusión en el último momento.
Porque conviene no olvidar una cosa. El Gobierno nunca puede vetar la opa, sólo la fusión –BBVA podría hacerse con el Sabadell, pero verse obligado a respetar ambas marcas– y siempre en el hipotético caso de que la mayoría de accionistas de la entidad presidida por Josep Oliu decidan vender sus títulos, que son, al fin y al cabo, los que deben decidir qué hacer con su dinero. ¿Se imaginan que después de todo este espectáculo resulta que los propietarios del Sabadell rechazan la opa y todo queda como ahora?
Lo que está claro es que el daño reputacional ya está hecho porque todos estos movimientos de marcado carácter político han provocado una gran preocupación en el eje Bruselas-Fráncfort-Washintong-Londres. Es decir, la Comisión, el Banco Central Europeo, el Fondo Monetario Internacional y la City. ¿Significa que todos estos organismos quieren que la opa siga adelante? Ni mucho menos. Lo que quieren es algo tan sencillo como que se cumplan las reglas de juego. Nada más... y nada menos.
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