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Silvia Trigueros entró en meta tras 87 horas y 50 minutos.

«Las tortillas de patata me salvaron la carrera»

Silvia Trigueros | Campeona Tor des Géants ·

La corredora vizcaína gana la mega ultra trail de 330 km y 24.000 metros de desnivel tras casi 88 horas de lucha con su estómago, el sueño y el cansancio

Fernando J. Pérez

Lunes, 24 de septiembre 2018, 01:39

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A la tercera ha sido la vencida. Tras dos participaciones en las que fue líder durante muchas horas para acabar quinta (2016) y segunda (2017), la vizcaína Silvia Trigueros (Barakaldo, 1976) ha ganado el Tor des Géants, una ultra trail de dimensiones ciclópeas –330 kilómetros, 24.000 metros de desnivel positivo y pasos a más de 3.000 metros de altitud– en torno al valle de Aosta, en el corazón de los Alpes italianos. «Más que una carrera, una aventura», como define la corredora de Land. Su tiempo –87 horas y 50 minutos– corroboran esa idea de que el Tor es mucho más que una prueba deportiva. Casi cuatro días corriendo en los que gestionar frío y calor, hambre y sed, cansancio, sueño, dolor... Y sin embargo, «engancha». «Me he sacado la espina pero no descarto para nada volver».

Ante una ultra trail de esas dimensiones la pregunta es inevitable: ¿cuántas horas ha dormido?

– Con la experiencia del año pasado, en la que creo que tardé demasiado en parar a dormir y además me bajó la regla...

- ¿El año pasado le bajó la regla durante la carrera?

– Sí. Y el anterior. Y mi problema es que a mí la regla me produce fiebre, esté o no en carrera y tuve que lidiar con eso las dos veces. Y claro, te merma muchísimo las condiciones físicas. Porque claro, tu vas normal corriendo y de repente te notas mal y dices «qué me esta pasando». Hasta que te das cuenta y tomas algo para combatirla.... Yo hasta me tuve que parar y sentarme. Iba en carrera y decía «pero qué me pasa. Qué mal me encuentro». Y mira que yo no me paro por nada...

- ¿Y este año entonces cómo ha gestionado el sueño?

- La idea era decidirlo según cómo me encontrara, aunque parar en algunas zonas es un peligro porque hay muchísimo ruido. Calculamos para parar en el refugio de Coda, que es a mitad de carrera, sobre el kilómetro 170. Y si me encontraba bien seguir hasta el siguiente refugio, el del lago Barma, que es lo que hice. Pero me lié porque han cambiado el recorrido en esa zona y perdí 40 minutos buscándolo. Siguiendo las marcas para adelante y para atrás. Cuando por fin llegué al refugio me eché a dormir, pero estaba en tal estado de alteración por el tiempo perdido que vi que no iba a poder dormir. Así que me levanté, comí algo y me marché. Y fui a Amiel, en el kilómetro 192, justo el sitio que había descartado para dormir porque son tiendas de campaña y el público no para de hacer ruido con los cencerros. Pero llegué allí y le dije a Asier «tengo que echarme» porque ya estaba bajando los ritmos por el cansancio, aunque iba tres horas por delante de mis previsiones. Entonces pedí al público que no tocaran los cencerros, me hicieron caso y me puede echar hora y media. Pero no sé si llegué a dormir. El caso es que cuando salí de allí cogí ritmo y vi que me había recuperado.

¿No paró más?

– Lo hice otra vez en el kilómetro 239, en Valtournenche, que aunque parece que es cerca del anterior esa etapa es muy dura. Es una base de vida y si quieres dormir te meten en un pabellón. Estaba muy tranquilo pero yo oía música. Y me dije «aunque me he quitado los cascos tengo la música metida en la cabeza». Y cuando se lo dije a Asier me aclaró que es que había música de fondo. Y como no deje de escucharla no sé si dormí, pero descansé hora y media antes de volver a carrera. Y eso es todo lo que he descansado durante la carrera.

¿Aparte de las dos paradas para descansar, cuánto tiempo paraba en los avituallamientos y bases de vida?

– Ha habido de todo. El problema es que allí el tiempo vuela. En alguno he estado unos pocos minutos y en otros casi dos horas, como en el último, donde el podólogo me estuvo mirando unas ampollas en los pies, luego comí, me cambié de ropa... Y cuando me dijeron que había estado casi dos horas ni me lo crecía. ¡A mí me pareció poquísimo! En otra me di un masaje... en fin, ha habido de todo.

- Creo que este año el calor ha sido determinante.

- No sé si determinante, porque no ha habido tantos retirados como en otras ediciones, pero desde luego ha hecho muchísimo calor. Yo un día casi me quedo sin agua. Y me ha sorprendido que no haya habido tantos retirados, porque el calor es tan malo como el frío o la lluvia. Provoca pies recalentados, deshidrataciones, etc.

- ¿Ha cambiado algo tu estrategia o preparación respecto a los dos años anteriores?

- No sabría decirte. Quizás la mayor diferencia es que he estado muy concretada durante la carrera. He estado todo el año repasando con Asier las ediciones anteriores. Qué hicimos aquí o allí, cuándo dormí, cuándo comí... mirándolo todo al milímetro. El Tor es una aventura. Igual hasta mitad de carrera puedes prever las cosas pero a partir de ese momento pueden surgir mil y una situaciones que tienes que gestionar sobre la marcha. Por ejemplo, a mí se me cerró el estómago y todo me daba asco. Asier me preguntaba continuamente pero yo no quería comer nada. Hasta que en uno de los avituallamientos me dijo «pues te hecho una tortilla de patata». En ese momento se me abrió el cielo. Y me la comí super a gusto. Y de ahí hasta la siguiente vez que le veía, que igual pasaban cinco horas, lo único que bebía era Coca Cola porque no me entraba nada. Y luego pues otra tortilla... Y de eso iba tirando. Me salvaron la carrera.

- ¡Ha ganado el Tor Des Geants a base de tortillas de patata!

- Pues mira. Tuve la suerte que me hizo tres. Pero en la última base de vida ya no le quedaban huevos ni patatas para hacer más. Y de nuevo casi ni comí. Luego me tocó subir al refugio Frassati. Y allí me encontré a Oscar Pérez (dos veces ganador de la carrera), que se había retirado. Les comenté que no me entraba nada, que estaba un poco preocupada porque todavía me quedaban unas 5 horas para meta y les conté lo de las tortillas que me había preparado Asier. Y entonces van y me dicen que han hecho cuatro y les sobra una. Y me sacan allí una tortilla de patata con calabacín... ¡Buah! Se me abrió otra vez el cielo. ¡No me lo podía creer! Me la comí con calma y al verme me decían «a ver si vas a comer demasiado y luego no vas a poder arrancar».

- A la vieja usanza. Ni geles ni barritas...

-Geles he tomado uno en toda la carrera. Y me lo tomé porque me estaba durmiendo de pie. Era de café y para ver si me espabilaba. Y la verdad es que no me hizo nada porque era la última noche, había muchísima niebla... se me cerraban los ojos.

- Hizo 87 horas y 50 minutos y el récord femenino está en dos horas menos. ¿Según avanzaba la carrera vio la posibilidad de atacar el récord?

- Que va. Para nada. Hasta veíamos dificil hacer 90 horas, que era lo que me había marcado, así que 85 ni soñar. Si es verdad que ya en carrera Asier me iba diciendo que estaba en tiempo de récord. Y salvo el problema del estómago yo me encontraba muy bien físicamente. Pero los ritmos entre el principio y el final del carrera no tienen nada que ver y el objetivo siempre fue bajar de 90 horas.

- Hizo casi toda la carrera sola y cuando tuvo compañía fueron corredores extranjeros que no conocía ni hablaban su idioma. ¿En qué se piensa tantas horas¿ ¿Habla sola? ¿Escucha música? ¿Mentalmente cómo se gestionan todas esas horas a solas con uno mismo y su sufrimiento?

- Comparando con el año pasado, que además de Asier vinieron uno amigos a hacerme el seguimiento de carrera y no paraba de hablar con ellos cada vez que los veía, y con otros corredores, este año no he hablado con casi nadie y sin embargo me he sentido menos sola que nunca. Y ha sido por lo concentrada que he estado todo el tiempo. Llegaba a un control y le preguntaba a Asier «¿En cuánto tiempo tengo que hacer el siguiente tramo?». Él me respondía «dos, cuatro» o las que fuesen. Y yo a lo mío. Concentrada y mirando el reloj para cumplir lo previsto o mejorarlo.

- ¿Escucha música en carrera?

- Sí. Aunque esta vez no me la he puesto hasta prácticamente mitad de carrera. Además este año le he dedicado un poco de tiempo e hice una pequeña selección entre toda la morralla que tengo y aunque las he oído 40 veces yo iba superentretenida. Y desde luego tiempo para pensar tienes, pero en ningún momento he tenido esa sensación de aburrimiento. De decir, «a ver cuando se acaba esto de una vez». Iba a gusto y este año he disfrutado. También he pasado mis ratos malos con el estómago, con el calor y con los pies un poco, pero en general he estado a gusto.

- ¿Qué tipo de música oye?

- Muy variado. Escucho de todo. Desde Gatibu, Amaral, Sakira, regeton... Canciones que a mí me harían bailar si estuviese en una discoteca. Canciones que marquen un poco el ritmo para correr. Me gusta la música en castellano porque me gusta cantar.

- ¿Los pies le han dado problemas?

- No me suelen dar problemas. Las ampollas que me salieron fueron por los golpes con piedras que me di. Porque yo me los cuido mucho. Me cambio de calcetines en cada base de vida, que están cada 50 kilómetros aproximadamente. Me lo comentó un corredor que había hecho el tor varias veces cuando fui a hacerla por primera vez y así me va muy bien. El año pasado no tuve ni una ampolla y este me ha salido alguna, pero yo creo que ha sido por el calor. Y me ha permitido correr en la última parte, algo que no pude hacer los años anteriores.

- Suele correr sin bastones. ¿En el Tor también?

- ¡Nooo! Aquí los utilizo. El problema es que me estorban durante las bajadas y me hacen perder tiempo, pero este año hemos hecho un invento casero para llevarlos en la mochila y me ha ido de cine. Me ha permitido correr mucho más. Ha sido también un factor muy importante.

- A la tercera ha sido la vencida. Se ha sacado la espina. ¿Habrá más Tor para Silvia Trigueros?

- La espinita me la he quitado pero es una carrera que engancha. El entorno, el ambiente... todo el valle que se vuelca... es impresionante. A mí me han tratado muy bien, mi marido lo disfruta... Y para mí eso es muy importante porque no me gusta ir solo a las carreras y en esta necesitas asistencia. Así que lo hemos estado hablando y no está para nada descartado que vuelva a repetir.

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