Rahm se sienta en el trono de los equipos
El vizcaíno, campeón individual del LIV, también conquista el título de conjuntos con su Legión XIII en el segundo desempate
Jon Rahm acudía el viernes a Michigan con la pretensión de redondear su segunda temporada en el LIV Golf después de proclamarse campeón individual el ... pasado fin de semana en Indianápolis. Tras superar los cuartos, con dificultades, y las semifinales, ayer afrontaba la final por equipos en el campo de The Cardinal at Saint John's Resort en Plymouth. Enfrente tenía a los Crushers (los estadounidenses Bryson DeChambeau y Charles Howell III, el indio Aniharban Lahiri y el inglés Paul Casey) y al cuarteto sudafricano Stinger (Louis Oosthuizen, Charl Schwartzel, Dean Burmester y Branden Grace). El Legión XIII, capitaneado por el vizcaíno, se completaba con el inglés Tyrell Hatton, el norilandés Tom McKibbin y el estadounidense Caleb Surratt.
Los doce jugadores se dividieron en cuatro partidos. Rahm se midió con los otros dos capitanes, DeChambeau y Oosthuizen. El campeón se decidía por la suma de los golpes de sus cuatro integrantes y el premio alcanzaba casi los 12 millones de euros. De esta cantidad, cada uno de los miembros del cuartetto se lleva el 10%, y el 60% restante se reserva para gastos de la franquicia, como viajes, servicios médicos y marketing.
Una salida sobresaliente de los legionarios más jóvenes, McKibbin (23 años) y Surratt (21 años, el benjamín de la gira árabe), puso al principio por delante al conjunto de Rahm, que también arrancó de forma prodigiosa, con tres birdies en los tres hoyos iniciales. En la cuarta bandera regaló una perla en forma de un putt lejano. Lideraba entonces su equipo la final con -10, un golpe de ventaja sobre los Crushers. Legión XIII era el favorito al título por sus cuatro torneos ganados a lo largo de esta campaña y porque encabezaba la tabla por conjuntos antes de la cita de Michigan. Pero con este formato de juego, favorable a los cambios, Legión XIII pasó al tercer lugar de la final. Hatton no daba señales de vida -sin premios ni fallos- y McKibbin había cometido dos bogeys y cuatro birdies en siete hoyos, lo que reducía la producción de su cuarteto.
En el 8, Rahm dibujó una maravilla en la hierba corta sin recibir una merecida recompensa, al igual que le sucedió en la siguiente bandera. En la décima parada pisó el bunker, del que salió con un tiro tan bien conducido como pésimo fue el pateo. Pasado el ecuador de la jornada, los Crushers se marchaban de cinco golpes. La mala suerte también castigó a Rahm en el 12, donde se quedó a una uña del birdie tras un gran toque desde la frontera del green.
Reacción y play-off
Hatton apareció en escena con dos éxitos seguidos. El de Barrika sufría después para salir indemne de un par 5, y se lamentaba en el 15 de una injusta corbata. Dominaban los Crushers, sobre todo tras un error de Hatton, que rectificaba de inmediato con un birdie. Rahm imitaba a su amigo y el inglés volvía a encontrar oro. Empate a -20. El título se jugó en un play-off entre Rahm y Hatton contra DeChambeau y Casey en el hoyo 18. DeChambeau firmó birdie y Hatton hizo lo mismo. Igualdad de nuevo. Los legionarios llegaron mejor al green y Rahm se encargó de hizo el birdie que valía un título.
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