Rahm enfoca la preparación al Abierto Británico, su 'Major' más deseado

Por supuesto que todos los 'Majors' están en su agenda -ya ha ganado dos-, pero el vizcaíno nunca ha ocultado que alzar el trofeo del único que se celebra en Europa colmaría sus sueños. Su idolatrado Severiano Ballesteros lo hizo en tres ocasiones en 1979, 1984 y 1988 y él quiere seguir sus pasos. El jugador número dos del ranking mundial ha ido de menos a más en Los Ángeles Country Club y está convencido de que su golf siempre ha estado ahí y de que es cuestión de tiempo que surja para que lleguen de nuevo los resultados.

El sábado logró sobreponerse al infernal recorrido del viernes y el domingo, con la confianza ya recuperada, sacó a relucir su repertorio de campeón para firmar una tarjeta de 65 golpes, cinco bajo par, que supuso una potente inyección de moral para compromisos venideros. El de Barrika no tuvo opciones de victoria en Beverly Hills, pero al menos el fin de semana le corroboró que su hoja de ruta es la adecuada para aspirar a las cotas más altas.

«Me voy contento. Sabía que con mi golf podía dar una vuelta así», reconoció al término del último recorrido del torneo. Rahm mira el año con perspectiva y le ratifica que ha elegido el camino correcto. El vizcaíno admite que necesita un periodo de descanso para resetearse física y mentalmente después del desgaste que supone la disputa de un Grande como el US Open, del que se pueden extraer dos conclusiones positivas: supo sostenerse en el alambre cuando se le hizo de noche, y su tarjeta del domingo estuvo entre las mejores.

Pero el reposo va a tener que esperar unos días porque esta misma semana pondrá rumbo al TPV River Highlands de Cromwell, en Connecticut, para participar en el Travelers Championship. Es de los torneos que se denominan elevados, así que la lista de inscripción será de lujo. No faltarán, entre otros, Scottie Scheffler y Rory McIlroy, dos de sus rivales fijos en los últimos meses en las competiciones de envergadura. Hay bastante en juego. Rahm defiende su liderato en el PGA Tour y además se repartirán puntos valederos para la clasificación mundial.

Desde su exhibición en Augusta, pero sobre todo desde su paso por el Open de México a finales de abril, el de Barrika tiene la impresión de que las buenas sensaciones que transmite en el campo no se trasladan a los resultados. Con excepción del PGA de Rochester, en el que nunca se sintió cómodo y no tuvo opción alguna de engancharse al tren de cabeza, se ha reconocido siempre en el campo. Lo hizo en el Memorial, a pesar de finalizar en el puesto 16, y también en Los Ángeles, donde escaló posiciones el sábado y el domingo hasta terminar décimo.

El hoy y el ahora mandan en el deporte de élite y a veces impide echar la vista atrás y mirar con detenimiento lo conseguido. Además de en el Masters, ha sido el mejor este curso en Hawái, en el American Express y en el Genesis Invitational. Y pase lo que pase ahora en Connecticut, estará en la terna de favoritos en el British Open.