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El de Barrika afronta el PGA tras ser decimocuarto en el Masters. EFE

Rahm busca el clic en el PGA Championship, el segundo grande del año

El vizcaíno llega a Quail Hollow (Charlotte) con el objetivo de volver a ser competitivo en las grandes citas y, por qué no, soñar a lo alto

Martes, 13 de mayo 2025, 01:04

Con el recuerdo todavía reciente de un Masters discreto en el que salvó los muebles, Jon Rahm comparece desde el jueves en la segunda gran cita del año: el PGA Championship. El vizcaíno regresa al lugar en el que se estrenó en un major al que no termina de pillar el truco. Quail Hollow (Charlotte, Carolina del Norte) fue el escenario en el que en agosto de 2017, con solo 22 años, Rahm debutó en un campeonato que entonces cerraba el calendario de grandes, hasta que a partir de 2019 pasó a disputarse en mayo. Desde entonces ha vivido grandes semanas como el cuarto puesto en 2018 o el octavo de 2021 a decepciones como la de hace doce meses, cuando rompió en Valhalla (Louisville, Kentucky) una racha de 18 grandes pasando el corte.

Son muchas las miradas sobre Rahm en cada torneo del PGA Tour que disputa desde que en diciembre de 2023 fichó por el LIV. Desde entonces ha disputado cuatro majors y solo en el pasado Abierto Británico logró encadenar cuatro jornadas buenas para sumar un top-10 (fue séptimo). En Augusta defendió el año pasado la corona con una mala actuación (puesto 45) que amenazaba con empeorarla en la última edición, en la que estuvo a un solo golpe de no competir el fin de semana, donde mejoró para ser decimocuarto. «Sin presión todo es un poco más fácil», reconoció el propio jugador de Barrika, que sigue enredado en una lucha consigo mismo para encontrar su mejor versión, aquella con la que deslumbró al mundo del golf y le hizo alcanzar el número uno del mundo. Persigue ese clic necesario para estar arriba de nuevo. Desde el verano pasado anda ajustando una serie de cambios derivados del cambio de varilla en su driver, pero también necesita recuperar esos momentos de genio con el putt.

Rahm, por cierto, ha descendido esta semana al puesto 82 de la clasificación planetaria, desvirtuada desde la millonaria irrupción del LIV en un deporte en el que la paz sigue lejos de firmarse. Este PGA no será una excepción y volverá a ser otra vara de medir entre los circuitos tradicionales y el saudí. Desde su creación en 2022, solo dos títulos de grand slam de once posibles han acabado en sus 'vitrinas'. Fueron el PGA Championship de Brooks Koepka en 2023 –desde entonces un decimoséptimo puesto en el inmediato US Open es su mejor desempeño en los majors– y el US Open del año pasado conquistado por Bryson DeChambeau, uno de los mejores jugadores del momento. El 'Científico' peleó por el último Masters y viene de imponerse en el LIV de Corea, en el que Rahm fue séptimo.

Tras el último torneo celebrado en uno de los más de 400 campos propiedad de Jack Nicklaus el vizcaíno cayó a la tercera posición de la general (le adelantó el propio DeChambeau) pero recortó distancias con el líder, Joaquín Niemann. Los tres están comprimidos en veinte puntos una vez alcanzado el ecuador de la competición. El chileno ha combinado tres títulos con actuaciones discretas. Su irregularidad es de lo poco que le queda por corregir a Niemann, jugador brillante que no termina de dar el salto en las grandes citas. En sus 22 apariciones nunca ha alcanzado el top-10.

Conoce el campo

Rahm se estrenó en Quail Hollow en su primer PGA en 2017. Con 22 años quedó en el puesto 58

El de Talagante, por cierto, ha recibido una invitación para disputar el torneo, al igual que le sucedió en el Masters. La organización también ha querido contar con Sergio García y David Puig, contricantes de Rahm en el LIV y que no han logrado la clasificación al PGA por rendimiento deportivo. En el caso del vizcaíno cumple tres requisitos: ganador de los últimos cinco Masters y US Open y participante de la última Ryder (su gran objetivo este año).

Hay un cuarto jugador español en liza, Eugenio López-Chacarra. A diferencia de Sergio y Puig, el madrileño sí que se ha ganado por méritos propios estar en Quail Hollow. Su historia es peculiar. El madrileño, de 25 años, se convirtió en 2022 en el deportista español que más dinero se ha embolsado por ganar una competición. Fue, cómo no, en el LIV. Más de cuatro millones de euros le supuso su triunfo en Bangkok en la temporada fundacional de la liga saudí, competición de la que ha salido este año después de no lograr la permanencia y que ningún equipo le fichara.

Sin Tiger Woods

«En el LIV solo importa el dinero. No importa si terminas trigésimo o primero», lanzó tras su adiós. Chacarra compite ahora en el circuito europeo con el objetivo de estar en 2026 en el PGA Tour. Y lo cierto es que está rindiendo a un gran nivel. En marzo se impuso en el Open de India, un título que junto a un cuarto puesto en China y un undécimo en el Hainan Classic le ha permitido ser uno de los tres mejores de la temporada asiática en el DP World Tour y canjear su billete para este PGA.

Al margen de la representación nacional, la gran ausencia es la de Tiger Woods. Ya no por su golf sino por todo lo que simboliza su figura y la legión de fans que se siguen agolpando en sus contadas apariciones. Antes del Masters se rompió el tendón de Aquiles. Más allá del mito, no hay grandes ausencias en un torneo en el que se han impuesto jugadores estadounidenses en la última década, de manera ininterrumpida desde el triunfo de Jimmy Walker en Springfield en 2016. Ahora está en juego la corona de Xander Schauffele. El de San Diego prolongó su buen momento en el Abierto Británico, pero una distensión intercostal y un desgarro de cartílago le han lastrado últimamente.

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