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Javier Martón se lleva las manos a la cabeza desesperado ante una de las decenas de ocasiones que el Eibar desaprovechó ayer ante el Zaragoza. LALIGA

Ipurua sucumbe ante un colista sustentado por su imperial meta

Negado. ·

El Eibar se complica su existencia tras perder su condición de invicto desesperado tras chocar una y otra vez ante el guardameta de un equipo maño que revive su esperanza

Letizia Gómez

Eibar

Domingo, 23 de noviembre 2025, 00:03

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Ipurua cayó derribado como un castillo de naipes ante la nueva locura que padeció el Eibar que, pese a adelantarse con un inapelable testarazo de Nolaskoain a los 22 minutos de juego, acabó desesperado ante la imperial actuación de un portero visitante que repelió el resto de las mil y una ocasiones que los armeros tuvieron para golear a Zaragoza que abandonó el farolillo rojo tras poner fin a la condición de invicto como locales de los armeros.

A la octava y ante el colista, el equipo de Beñat San José entregó la cuchara en su feudo y, a expensas de que mañana se complete esta 15! jornada, la escuadra azulgrana se complica la existencia penalizado por su mala gestión en las dos áreas.

Y es que una vez más su falta de acierto le privó de sacar partido al resto de las 22 ocasiones que dispuso en un choque que debió cerrar con una goleada y que, sin embargo, entregó a su rival en bandeja al dejar primero que empatara pocos minutos después de encarrilar el choque, y permitirle que le diera la vuelta al marcador al aprovechar la única ocasión que el Zaragoza generó en la segunda mitad.

El tanto del zumaitarra, que reapareció a lo grande tras la lesión que sufrió en el partido copero frente al Náxera en el que estrenó su cuenta esta temporada, pareció calmar unas aguas que comenzaron a revolverse escasos instantes antes, cuando el árbitro castigó con la pena máxima una mano de Valery tras un un taconazo de Marco Moreno hacia atrás a la salida de un córner.

Esteban Andrada eligió ese momento para inaugurar su repetorio de intervenciones salvadoras al rechazar el penalti con el que Bautista quiso encarrilar el choque.

En lugar de minar la moral de los azulgranas, el error del delantero de Rentería, que ya no sabe lo que tiene que hacer para acabar con su mal fario ante la portería contraria, ejerció de espoleta para los azulgranas, que creyeron sesgar la vida de un rival que venía de resucitar tras su triunfo en el derbi aragonés.

Cual gato con siete vidas, el Zaragoza se aferró a la vida incluso después de quedarse con uno menos por la expulsión de l central Seidú al derribar a un Martón que ya enfilaba hacia el área tras recuperar un balón justo después de que el Zaragoza sacara de centro.

Pero ni por esas se rindió el cuadro maño, que acto seguido se encontró con un regalo en forma de penalti de Cubero, que de forma instintiva sacó el brazo para cortar una falta colgada al área por Valery. Y aunque Magunagoitia llegó a rozar el balón que Soberón dirigió al palo hacia el que se lanzó, el zornotzarra no pudo imitar a Andrada y, tras todo e esfuerzo realizado, tocó encarar el segundo tiempo volviendo a empezar de cero.

Con cuatro jugadores amonestados, para evitar riesgos, San José sustituyó a tres de ellos sin alterar para nada ni su dibujo ni su idea. El camino estaba labrado y solo había que seguirlo, con las mismas armas y recursos que habían exhibido en la primera parte.

Una pared inexpugnable

Pero cuando Andrada detuvo un testarazo a bocajarro de Martón nada más comenzar el segundo período, panorama empezó a oscurecerse como el cielo que cubría Ipurua.

Y aunque el Eibar persistió en su empeño, la angustia siguió creciendo primero cuando Martón no llegó por milímetros a un gran pase de Arbilla y, sobre todol justo después cuando Alkain no acertó a marcar a tras un pase de Corpas que le dejó con toda la portería rival abierta para él.

Parecía solo cuestión de tiempo que el insistente asedio de los azulgranas tuviera la merecida recomensa, pero el portero del Zaragoza tenía otros planes en su mente y, haciendo gala de unos reflejos felinos, también frustró otra gran opción de Martón tras un sensacional pase de cucharita de Aleix.

Pero la desesperación alcanzó la cota máxima cuando el Zaragoza se levantó de su tumba para salir corriendo y clavarle la puntilla al Eibar al aprovechar la única salida a la contra de la que pudo disfrutar en toda la segunda mitad.

Los diez minutos que quedaban para la prolongación así como los más de ocho que el colegiado añadió al término del tiempo reglamentario no sivieron más que para el meta visitante se siguiera luciendo ante un acrobático dsparo de Bautista que tampoco encontró su objetivo.

El pitido final cercenó cualquier esperanza armera de evitar que Ipurua sucumbiera ante una atónita afición azulgrana que se dispone a vivir un fin de año de lo más sufrido.

Y es que con la moral más tocada que nunca, el Eibar tendrá que buscar la forma de recomponerse lo mejor posible para encarar el duelo que le espera el próximo domingo (16.15 horas) ante un Rácing de Santander que también necesita recuperarse de los últimos golpes que le han descabalgado del liderato que ostentaba. Sufrir sigue siendo el destino que parece reservado tras años de padecimiento.

Eibar

Magunagoitia; Cubero (Álvaro, m. 46), Marco Moreno (Xeber, m. 46), Nolaskoain, Arbilla; Martón, Sergio (Olaetxea, m. 46), Aleix (Magunazelaia, m. 88), Corpas; Toni Villa (Javi, m.74) ; Bautista.

1

-

2

Zaragoza

Andrada; Aguirregabiria, Insúa (Gomes, m. 22), Seidú, Pomares; Raúl Guti, Keidi Bare (, Francho, Soberón (J. Sebastián, m. 68), Valery (Tasende, m. 68); Kenan (Bakis, m.78) .

  • Incidencias: 4.261 espectadores en Ipurua

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