El Eibar centra sus esfuerzos en apuntalar la zaga y la línea ofensiva

Con la reciente incorporación del pivote vizcaíno Lander Olaetxea (Abadiño, 1993) y la inminente contratación del centrocampista del filial del Barcelona Aleix Garrido (Ripoll, Girona, 2004), que en breve se comprometerá con el club armero para las tres próximas temporadas, el club armero da por sellada la restauración de su sala de máquinas tras la marcha de Matheus Pereira al Fortaleza brasileño.

Y completada una de las misiones más difíciles que se le presentaban a la dirección deportiva, César Palacios se ha volcado de lleno en dar con las piezas clave para apuntalar una defensa que se ha quedado sin dos de los cinco centrales que conformaban en anterior plantel, así como una línea ofensiva que se pretende apuntalar con al menos un mediapunta y un delantero que plantee una mayor competencia a Jon Bautista.

La marcha de Arnau Comas, que despertó una gran admiración en los nueve partidos que disputó, así como el adiós de Chema Rodríguez tras cuatro temporadas como azulgrana, han dejado un hueco en el eje de la zaga que el Eibar pretende rellenar con un central de similares características que exhibió el gerundense, así como otro defensa polivalente que pueda actuar en un lateral derecho en el que solo figura Sergio Cubero.

Igual o más fino habrá que hilar aún en la búsqueda de un mediapunta capaz de desenvolverse jugando de espaldas hacia la portería, como ocurrió en el caso de Mario Soriano hace dos temporadas. Tras el regreso de Jorge Pascual al Villarreal tras su año de cesión en el conjunto armero, San José dispone para esa posición de Ander Madariaga, que acaba de salir de una grave lesión en el ligamento cruzado anterior de su rodilla derecha, de la que fue operado a mediados del pasado mes de marzo, así como de Toni Villa, al que el donostiarra apenas concedió los seis minutos del último duelo liguero disputado en el estadio del ascendido Levante.

Ahí es donde podría cuadrar el atacante eibarrés de la Real Sociedad Jon Magunazelaia (Eibar, 2001), que tras su discreto paso por el Córdoba tras ser cedido en el pasado mercado invernal, no parece entrar en los planes de Sergio Francisco, el nuevo entrenador txuriurdin en sustitución del oriotarra Imanol Alguacil.

El jugador forjado en la cantera azulgrana hasta que en el 2016 ingresó en la estructura realista en edad cadete, ofrece precisamente lo que se busca, una gran versatilidad en ataque, puesto que puede jugar en cualquiera de las posiciones ofensivas, tanto adentrándose por el interior, como abriéndose a cualquiera de las dos bandas.

La punta de ataque es otra de las inquietudes que mantienen en alerta al máximo responsable de la configuración del bloque. Con Bautista renovado hasta el 2028, el Eibar se garantiza una capacidad anotadora superior a los 10 goles que el de Errenteria ha aportado de media en sus tres temporadas anteriores, pero necesita otro ariete que pueda suplir al que ha sido máximo anotador en la pasada campaña.

Y en este sentido, no parece que haya excesiva confianza en Borislav Slavy, que ha despertado el interés del Hércules tras los siete goles que ha anotado en sus últimos meses de cesión en el Villarreal B.

Y, por supuesto, Palacios no se olvida del puesto que ha quedado libre en la portería azulgrana después de la vuelta del inédito Alex Domínguez al Toulouse, el club que lo cedió en el marcado invernal. Hay muchas esperanzas depositadas en Ibon Ispizua, el meta del filial, pero ante su falta de experiencia en la categoría, el Eibar se plantea cederlo a un equipo de Primera RFEF.