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La Vuelta al País Vasco mantiene uno de los vínculos más leales del ciclismo actual, tan globalizado como ávido de nuevos descubrimientos. Saldrá del Buesa ... Arena, de la propia pista, y se decidirá en las montañas. Tanto para arriba como para abajo, sin ningún final en alto. «No es por tema logístico. Tenemos que ofrecer a las sedes lo que nos piden. Ya recorremos muchos puertos a lo largo de los recorridos, así la organización ha optado por mantener el modelo», defienden los organizadores sobre un recorrido con otras tres jornadas clave.
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La carrera comenzará en la cancha del Baskonia, que acoge partidos de baloncesto casi cada semana, y que también ha albergado conciertos, festivales y exhibiciones, añade ahora ciclismo. «Queremos que el público se siente en una butaca y conozca a los corredores individualmente», señalaba Iker Amarika, el coordinador de relaciones institucionales de la organización.
El 6 de abril se producirá la presentación de equipos tras el partido que disputarán el Baskonia y el Girona. Y el 7, desde el mismo interior, partirán los ciclistas en una contrarreloj de 18,7 kilómetros diseñada por Joseba Beloki. Ulibarri, Lubiano, Jungitu y Elorriaga verán pasar de uno en uno a varios de los mejores ciclistas del pelotón internacional. Con Arzubiaga como puerto de tercera en el inicio de un recorrido prácticamente llano. «Marcará unas primeras diferencias. 15, 20 o 30 segundos», atisba la organización.
Pero la carrera se decidirá en las montañas. Los equipos deberán mover sus piezas sobre un tablero vertical. Tanto para arriba como para abajo, sin ningún final en alto. «No es por tema logístico. Tenemos que ofrecer a las sedes lo que nos piden. Ya recorremos muchos puertos a lo largo de los recorridos, así la organización ha optado por mantener el modelo», defienden los organizadores sobre un recorrido con otras tres jornadas clave.
A priori, no lo será la segunda, que unirá Pamplona con Lodosa. La etapa más larga y más llana. Un recorrido que solo incluye una subida y concluye con un circuito final en la ribera del Ebro. «Habrá que ver si hay viento», expresó Amrika como única opción de romper un sprint masivo.
La general volverá a cambiar en la tercera jornada entre Zarautz y Beasain, con un recorrido repleto de subidas (siete puertos y 4.037 metros de desnivel acumulado) y con una trampa final. Lazkaomendi: 1 kilómetro a más del 10%, con tramo al 18%. Antes subirán Gainza, por Zaldibia y sus rampas del 20%.
La cuarta, entre Beasain y Markina, tendrá más kilómetros y otros siete ascensiones puntuables. Los primeros por el interior de Bizkaia hasta encaminarse a Arrate por la vertiente de Matsaria, la que arranca desde el polígono donde estuvo la vieja fábrica de Orbea. Una pared de asfalto y cemento de más de 3 kilómetros a casi el 12%. Se bajará por la carretera de la subida tradicional y se acabará en el centro del municipio.
El penúltimo día, entre Orduña y Gernika, recorrerá la primera parte de la primera etapa del Tour de 2023 y se añade un final con picante propuesto por Pello Bilbao. Pese a que no será una subida puntuable, se coronará Zallobante a 16 kilómetros de meta. El ciclista del Bahrein sueña con ganar a las puertas de su casa y delante de la gente, que volverá a recibir a la vuelta 26 años después.
El de Gernika puede ser uno de los candidatos también a la general, que busca relevo para Juan Ayuso (UAE), enfocado en el Giro de Italia al igual que Mikel Landa. Todos los caminos llevan a Roma, pero los de Euskadi son más abruptos. Demasiadas curvas y cuestas.
Si Vitoria es un punto de partida tradicional, Eibar es la cuna del ciclismo vasco. La ciudad armera tendrá un inicio y final clásico. Se sube Arrate por las otras dos vertientes restantes, pero vuelve a terminarse en la calle Toribio Etxebarria. Casi un calco de los dos últimos años. Elkorrieta, Azurki, Krabelin, Trabakua, Karabieta, Ixua y de nuevo Trabakua. Se elimina Gorla pero se añade Karabieta para llegar a Bergara, con Krabelin más lejos de meta.
Alexandr Vlasov (Red Bull-Bora), Mattias Skjelmose (Lidl-Trek), que el año pasado perdió la victoria en la última etapa tras el ataque de Ayuso, Joao Almeida (UAE), Enric Mas (Movistar), Carlos Rodríguez (Ineos), Pello Bilbao (Bahrein) y Alex Aranburu (Cofidis) serán los grandes nombres de la ronda, que necesita quitarse el mal sabor de boca de la grave caída del año pasado que afectó a Roglic, Evenepoel y especialmente a Vingegaard. El año anterior también estuvo repleta de quejas. Como las de Rigoberto Urán, las más virales, o las de otros ciclistas que se quejaban de falta de seguridad en finales como el de Leitza. Para este 2025, se implementarán aún más medidas preventivas para volver a hacer despegar la Itzulia.
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