Los Thunder tocan el cielo de la NBA en la final que traumatiza a los Pacers
La grave lesión en el primer cuarto de Tyrese Haliburton marca la resolución del séptimo partido. El anillo encumbra la defensa de Oklahoma y a Shai Gilgeous-Alexander
Oklahoma celebra su primer título de la NBA. El mejor equipo de la temporada venció a los Pacers en el séptimo partido de la final (103-91) y derrocó uno de los mayores tópicos. Su defensa ha marcado la diferencia en una campaña protagonizada por los constantes giros de guion que se han producido hasta el último día. La fatalidad se abrió paso a los siete minutos con una terrible lesión de Tyrese Haliburton, estrella de Indiana, que marcó para la eternidad la resolución del anillo.
Los Thunder, trueno en español, ascienden al séptimo cielo, el mismo numero de campeones distintos en los últimos años. La franquicia que triunfó con los Seattle Supersonics en 1979 lo logra por primera vez tras su mudanza a Oklahoma en 2008. De rozarlo en 2012 con aquel equipo con Kevin Durant, Russell Westbrook, Serge Ibaka y James Harden a rematar ahora el trabajo ante su público de la mano de su estrella Shai Gilgeous-Alexander, que anotó 29 puntos.
El base canadiense es el nuevo monarca de la competición norteamericana. El MVP de la temporada lo fue también en la final y le va a encumbrar como un chico de oro. De ganar 35,8 millones de dólares este año (sólo el trigésimo cuarto mejor pagado de la NBA) podría pasar a 380 millones de dólares para los próximos 5 años. Un promedio de 76 millones al año. Su éxito agranda la maldición de los Ángeles Clippers, que lo traspasaron tras su primer año.
La otra cara de la moneda es Tyrese Haliburton. El hombre milagro, ganador de tantos partidos sobre la bocina, cayó fulminado tras un inicio fulgurante. Su pierna derecha falló en un cambio de ritmo y acabó en el suelo, golpeando entre lágrimas la pista del Paycom Center. Una imagen sobrecogedora, que apunta a lesión grave en el tendón de Aquiles. El base estadunidense llevaba toda la eliminatoria jugando con molestias en el gemelo y la rodilla, y su hazaña terminó de la peor manera.
Pese a la traumática pérdida de su jugador franquicia, los Pacers llegaron a irse al descanso en ventaja 48-47. Hubiera sido una de las mayores proezas de la historia de la NBA. Cuartos del Este, sin ningún título en sus vitrinas, nadie apostaba por ellos. Rick Carlisle conformó un bloque valiente, dinámico, con fondo de armario e infatigable hasta la segunda parte del séptimo partido.
La asfixiante defensa de los Thunder, que forzaron hasta 21 pérdidas de balón (por 7 de Oklahoma), terminó por decantar el partido. El pívot Chet Holmgren fue el baluarte defensivo con 5 tapones, récord en un séptimo partido, además de 18 puntos. Los Pacers se encomendaron a Pascal Siakam, que de niño iba para sacerdote en Camerún y empezó a jugar al baloncesto para dejar el seminario, pero apareció también Jalen Williams (20 puntos) y Shai Gilgeous-Alexander para reclamar la corona.
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.