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Bárbara Plà en un partido con la selección española. REUTERS
Bárbara Plà: «Dejar a mi hija para irme con la selección es duro»
Rugby

Bárbara Plà: «Dejar a mi hija para irme con la selección es duro»

La internacional española de rugby habla de su vida y de sus objetivos con Tokyo 2020 en el horizonte

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Martes, 11 de diciembre 2018, 00:05

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Bárbara Plá es uno de los nombres propios del rugby profesional en España. La catalana, afincada en Euskadi, ha sido madre a principios de año y es una fija en las convocatorias de la selección española desde 2004. A sus 35 años, la deportista es la capitana de las leonas y se ha puesto como fecha los juegos de Tokyo 2020.

- Ha sido madre hace poco y es jugadora de rugby profesional, ¿cómo lo compagina?

- Lo peor es cuando estoy fuera, que no me puedo llevar a mi hija conmigo. Mi pareja también trabaja y la relación con la pequeña no es empezar de cero, pero al principio, las primeras veces, cuando le volvía a ver era volver a hacer la relación de nuevo. Ahora ya es más mayor, ya me reconoce y dejarle para irme con la selección es duro. Cuando te vas a una concentración dejas familia, muchas fechas señaladas, llevo diez años sin estar en el cumpleaños de mi madre...

- ¿Cómo es un día a día en su vida cuando va con la selección?

- Yo paso tres semanas fuera concentrada con la selección en Madrid y luego si coincide que hay torneo pues una semana en el sitio del torneo. Hacemos viajes bastante largos: Estados Unidos, Dubai... Son viajes de muchas horas de avión. Los viajes transcontinentales son jodidos. Además como los hacemos nosotras, que vamos pocos días antes del torneo y nos vamos según acaba. Llegas cansada del viaje y casi no tienes tiempo de adaptarte al horario de allí porque vuelves a marchar... Ando con sueño dos semanas. Encima llego aquí y tengo a la cría y las noches son alegres... (Risas). Pero luego compensa, cuando ves que vas al torneo y las cosas salen, recompensa.

- ¿Y las semanas que está aquí?

- Las semanas que estoy aquí, pues ahora con la cría me despierto, desayuno, le pongo en marcha y me la llevo al gimnasio y estoy entrenando con ella a mi lado. He tenido suerte y es buen bebé y está a gusto conmigo y puedo entrenar bastante bien. Solo un día he tenido que dejar de entrenar porque no me dejaba y estaba llorando. Estoy en el gimnasio toda la mañana porque suelo hacer dos entrenamientos, uno de pesas y otro de carreras, y luego por la tarde los entrenamientos con el equipo y alguna otra sesión técnica que hago yo.

- Necesitará mucho entrenamiento porque es un deporte muy físico, muy de contacto...

- Sí, todo el deporte de alta competición es exigente, pero en nuestro caso es un deporte de velocistas y a medida que eres más mayor vas perdiendo un poco esa velocidad y mantenerme allí ya me cuesta. Es verdad que también me recupero algo peor de los partidos, necesito más tiempo, pero me pongo a mi máximo nivel más rápido. Las lesiones, que he tenido varias, también se notan, porque nosotras somos profesionales pero no tenemos un entorno profesional como deberíamos. Yo me rompí el cruzado en 2012 y ahora cuando tengo mucha fatiga lo noto.

- ¿Qué plan tiene este año a nivel deportivo? ¿Seguirá en el Getxo?

- Aún no he decidido del todo. El calendario internacional nos exige estar muchos días fuera de casa. Yo el año pasado casi no pude jugar partidos. Y en mi caso, que jugaba de 10, que es una posición de organización en el centro del campo, sino estoy se nota mucho. Y ahora con mi hija, que estoy poco tiempo en casa si encima tengo que ir a entrenar con el equipo... La realidad en esto del rugby es que aún hay mucha diferencia dentro de los clubs de nivel. Y muchas veces iba a entrenar y me desesperaba porque el nivel era bajo, los entrenamientos no están bien diseñados, me frustro y tengo la sensación de que pierdo el tiempo. Y entró un presidente nuevo en el club y el proyecto deportivo no me atraía mucho y tengo que valorar si me compensa.

- No es necesario estar en un club para ir con la selección...

- Ha habido muchas jugadoras que no han tenido club, a mí personalmente no me gusta, porque creo que al final las jugadoras salimos del club y hay que apoyarlo. Llevo desde el 2003 estando con el club con proyectos malos, porque hemos tenido mucha discriminación. Ahora estamos algo mejor, que no bien del todo, pero a las chicas nunca se nos ha hecho caso y siempre hemos tenido que buscarnos entrenadores, pedir favores... Al final cansa.

Tokyo 2020

- Desde 2004 es una fija en las convocatorias de la selección y ahora es la capitana, ¿cómo se siente?

- La verdad es que me siento una privilegiada porque ahora estoy en un momento económico de tranquilidad y eso que soy casi la mayor del circuito. El año pasado había una chica neozelandesa que era medio año mayor que yo, pero del equipo soy la mayor con diferencia y ahora todos los años que pueda seguir estando y rindiendo ya son de regalo. Pero este momento es consecuencia de todos los años que he estado entrenando, cuidándome, pero la alta competición no dura toda la vida y con el equipo que estuve en los pasados juegos el 80% se ha retirado. Yo a ver si puedo seguir hasta los juegos de Tokyo.

- Tiene en mente esa fecha ¿no?

- Sí, es la fecha que me he marcado. Porque antes ya era duro marchar de casa pero ahora con una hija más. Y sería, para mí, y para el rugby nacional, un éxito que volviésemos a estar en otras olimpiadas y también por la edad, que tendría 37 años y sería un buen momento para dejarlo.

- ¿El deporte femenino tiene cada vez más reconocimiento?

- Sí, está claro. Yo lo hubiese dejado mucho antes. De hecho he pasado varias crisis de no saber si seguir apostando por esto, que me repercute a nivel emocional. No le veía ninguna recompensa económica, porque muchas veces perdíamos dinero y todo el esfuerzo de estar fuera de casa, lejos de los tuyos, viajar... Pero por suerte el rugby Seven lo hicieron olímpico y entonces hubo un cambio porque ya conseguimos las ayudas y económicamente tuve una estabilidad que llevaba muchos años sin tener. Yo estuve mucho tiempo cobrando poco y ahora pues bien, estoy en una situación tranquila en ese aspecto.

- ¿Qué prejuicio cree que quedan en el mundo del rugby?

- Que no se valora igual. Nuestros éxitos no son tan importantes como lo que consiguen los chicos. Yo te estoy hablando que he sido cuarta del mundo, he ido a unos juegos, y estoy convencida de que si esto hubiese sido en chicos, el reconocimiento y el seguimiento hubiesen sido totalmente diferente.

- Empezó jugando en XV y Seven y ahora practica Seven.

-Siempre he estado en las dos modalidades pero desde que nació mi hija me centré en el Seven y al XV les dije que no me convocasen porque no quería estar tanto tiempo fuera de casa. Y a mí personalmente me gusta más el Seven, por mis características físicas me va mejor, es mucho más intenso, si te equivocas se ve, no te puedes esconder, tienes que dar la cara... Es como una fiesta, hay buen rollo, los partidos son más rápidos, duran 14 minutos, tienes que salir muy concentrada, tienes poco margen de cambiar las cosas... Yo me lo paso mejor.

- ¿Cuál cree que es su mayor virtud y su mayor defecto en el campo?

- Mi virtud es que creo que soy una jugadora descarada, que me gusta retar a las contrarias, que me gusta el uno contra uno y mi defecto, a nivel técnico, el pase, que me gustaría tenerlo mejor y envidio a las compañeras que tienen un pase tenso.

- ¿El mejor regalo que le ha dado el rugby?

- Mi pareja y amigos. Me ha dado la posibilidad de compartir muchos momentos con personas que son muy importantes para mí. Y también crecer como persona, creo que he aprendido a relacionarme con mucha gente. Cuando entras en el rugby te integran de una manera brutal. El rugby es una escuela de vida. En general es un deporte poco valorado y desconocido. Al final solo parece que nos damos golpes, que es violento y es todo lo contrario, el rugby es como un pilla pilla que intentas escaparte. Hay contacto, pero no es lo primordial, no vamos a hacer daño, a pegar.

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