Una ucraniana niega el saludo a una bielorrusa y se lleva una pitada en Roland Garros: «No la respeto»

Desde que en febrero de 2022 estallase la guerra entre Ucrania y Rusia la batalla entre ambos contendientes y sus aliados no está solo en el frente. Lejos de las trincheras y las armas también hay bandos enfrentados. Y el deporte, escenario de competición, no iba a ser menos. En los últimos quince meses multitud de disciplinas han tenido como protagonistas a ucranianos y rusos. Discusiones, provocaciones, sanciones... Este domingo se ha vivido el enésimo episodio de una rivalidad cada vez más tensionada.

Con la pista central Philippe Chatrier de Roland Garros como escenario, la ucraniana Marta Kostyuk negó el saludo a la bielorrusa Aryna Sabalenka, número dos del mundo, al término de un partido que en lo deportivo no tuvo color (6-3 y 6-2 para la segunda favorita del torneo) pero que en lo diplomático hirvió. Los partidos de tenis suelen acabar con los contendientes saludándose en la red, en una señal de respeto y deportividad que en esta coasión ha saltado por los aires por cuestiones alejadas a las pistas. Kostyuk pasó de largo y Sabalenka no dio crédito, abriendo los brazos como pidiendo explicaciones ante una grada que le brindó una ovación antes de castigar a su rival, despedida con una pitada al enfilar el túnel de vestuarios. El público francés entendió que la guerra no puede saltar al deporte y quiso apoyar a la jugadora bielorrusa.

Cuestionada al respecto en rueda de prensa, Kostyuk no rebajó el tono. «Que diga (Sabalenka) con quién va. Yo nunca he dicho que la odie, pero evidentemente no la respeto. Han pasado 15 meses desde que empezó todo y ningún ruso o bielorruso se ha interesado por mi situación», denunció la originaria de Kiev. Sabalenka entendió a su rival y entendió que nada tenía que ver con ella: «puedo imaginarme si nos dan la mano, lo que les va a pasar desde el lado ucraniano. Entiendo que esto no es personal».

La de Minsk se posicionó en contra del conflicto armado. «Nadie en este mundo, ni atletas rusos o bielorrusos, apoyan la guerra. ¿Cómo podríamos? La gente normal nunca lo apoyará. ¿Por qué tenemos que gritar y decir eso? Si pudiera afectar de alguna manera la guerra, si pudiera detenerla, lo haríamos. Pero desafortunadamente, no está en nuestras manos».

Lejos de 'firmar' la paz, Kostyuk exigió un paso más de su compañera de profesión, a la que criticó su ambigüedad. «Siempre generaliza en sus respuestas y lo que tiene que hacer es decir cuál es su opinión al respecto. Dice que todos los atletas rusos y bielorrusos están en contra de la guerra y yo conozco a algunos que están a favor. De hecho, las estadísticas dicen que un 85 por ciento de los rusos están a favor», manifestó, visiblemente enfadada.

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