Leanna quiere hacer historia

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Pero todo lo que dice Leanna suena alto y claro. La posibilidad de representar al país de donde procede su familia es una oportunidad deportiva que no podía dejar pasar. «Mi abuelo es de Colmenar Viejo (Madrid). Mi padre, que se llama Alejandro, creció en Canadá, aquí conoció a mi madre y aquí nacimos sus hijos. He visitado España muchas veces porque parte de mi familia sigue allí», explica la piloto de Otawa. De ahí es donde aparece la posibilidad de que Leanna logre la nacionalidad, algo que se da porque Mirambell, actual director deportivo de la Real Federación Española de Deportes de Hielo, es alguien muy conocido en el mundo del hielo después de su extraordinaria historia de superación que la española quiere imitar a través del bobsleigh.

«Hace un año busqué su correo electrónico y le escribí. Yo no estaba contenta con la selección de Canadá y pensé que competir por España podía ser un nuevo inicio». Cuestiones extradeportivas dentro de una federación tan potente como la canadiense minaron el ánimo de Leanna, que competía en 'bobs' a dos. Ella era frenadora, la que empuja el trineo en la salida, pero pese a los buenos resultados no se sentía valorada y vio una oportunidad para recuperar su motivación.

Una vez con el pasaporte español en la mano, Leanna y el equipo de hielo han tenido que trabajar mucho para que pueda estar competiendo en la temporada. «He cambiado de una federación con muchos recursos a una pequeña, pero estoy encantada», admite. La Federación ha hecho un gran esfuerzo para darle las herramientas necesarias en una especialidad muy costosa. «Hacen falta unos 75.000 euros para comprar un trineo para la temporada, cuchillas, viajes, alojamiento...». Pero nada frena a Leanna en su nueva motivación, que es competir en marzo de 2025 en el Mundial de Lake Placid. «Necesito acumular puntos para estar allí, pero lo veo posible», asegura. Y después, en 2026, esperan los Juegos de Milán-Cortina d'Ampezzo. Si Leanna consigue competir allí, España recuperará una tradición que arrancó en 1956 con el legendario Marqués de Portago, aquel multideportista que compitió en bobsleigh precisamente en Cortina y que falleció un año después como piloto de carreras de Ferrari.

Pero la española de origen canadiense solo quiere correr en las pistas de hielo. Hay que ir paso a paso, porque al competir en solitario Leanna ha necesitado de aprendizaje para pilotar a 140 kilómetros por hora. «Hay que memorizar cada circuito y aprender donde puedes ir lo más rápido posible. Y tomo todas las decisiones», explica. Ir en solitario obliga a un esfuerzo doble, el de empujar el trineo, que pesa 200 kilos. Pero Leanna tiene una gran fuerza de salida, ayudada por su pasado en el atletismo. Ella fue lanzadora de peso y martillo. «Llegué a superar los 53 metros, pero era pequeña para progresar en la especialidad», explica sobre su 1,60 de altura. «Pero un conocido me dijo que mi constitución era ideal para bobsleigh, que probara, y me encantó». Leanna viaja a toda velocidad de reto en reto, y el más próximo es representar a España en un Mundial. Después, espera el sueño olímpico. «Y para la próxima entrevista mi español será mucho mejor», se despide desde Canadá.