17 exgimnastas denuncian por abuso a la federación inglesa
Todas ellas relatan haber sufrido malas prácticas por parte de sus entrenadores entre los 6 y los 23 años, anteponiendo las medallas y los éxitos a su salud física y mental
La polémica en el mundo de la gimnasia parece el cuento de nunca acabar. Todavía colean los escalofriantes testimonios de las jóvenes que relataron el horror vivido por las prácticas del médico de la federación de Estados Unidos, Larry Nassar, que llegó a abusar de más de 500 deportistas, entre ellas Simone Biles, la gimnasta artística más galardonada del mundo. A raíz de este caso fue investigado el exentrenador del equipo femenino olímpico norteamericano, John Geddert quien hace apenas unos días decidió quitarse la vida tras haber sido imputado por una veintena de cargos, entre los que se incluía la agresión sexual y el tráfico de personas.
Además de en Estados Unidos, en Inglaterra también se inició hace unos meses una cruzada para poner fin a este tipo de prácticas atroces con las jóvenes deportistas, sobre todo a raíz del documental de Netflix en el que se relataba lo vivido a manos de Nassar, 'Athlete A', considerado el mayor escándalo sexual de la historia del deporte. Esto hizo que más de una decena de gimnastas relataran haber sufrido insultos y castigos físicos a lo largo de su carrera, siendo obligadas en muchos casos a entrenar y a competir lesionadas.
Todo eso ha propiciado una demanda colectiva sin precedentes de 17 exdeportistas inglesas contra su su federación, firmada hace apenas unos días, en la que alegan que el abuso, tanto físico como psicológico, ha sido generalizado en los últimos tiempos, manifestándose ya en los entrenamientos de niñas de tan solo seis años, "como parte de una mentalidad de ganar a toda costa".
Los entrenadores golpeaban y abofeteaban a las jóvenes, humillándolas y obligándolas a «morir de hambre» para alcanzar el peso que consideraban óptimo
En el escrito, según detalla el periódico 'The Guardian', se afirma que los entrenadores "golpeaban, pateaban, abofeteaban o sujetaban por las orejas" a las jóvenes gimnastas, humillándolas cuando no realizaban los ejercicios como ellos querían. Además, sostienen que había "una cultura de avergonzar el cuerpo", obligando a las adolescentes "a morir de hambre" para alcanzar el peso que ellos consideraban óptimo, utilizando castigos si rebasaban en algunos gramos o kilos la báscula.
"British Gymnastics (la federación inglesa) implementó un modelo de pre-pubescencia suspendida que llevó a generaciones de niñas a tener trastornos alimentarios, problemas con su imagen corporal y desarrollo físico deliberadamente atrofiado", remarcan, asegurando que muchas de las que hoy firman la demanda arrastran aún serios problemas en este sentido.
«Verdad desgarradora»
Esta petición de poner fin a los abusos, y de que los responsables de ellos paguen por sus malas prácticas, está encabezada por la olímpica en Londres 2012 Jennifer Pinches, quien ha asegurado que "durante demasiado tiempo hemos visto a la gimnasia británica priorizar los podios sobre las personas, lo que ha provocado un daño incalculable en las vidas de los jóvenes". Su relato lo califica como "una verdad desgarradora a la que hay que enfrentarse". "Esto solo es el comienzo de los cambios radicales que estamos exigiendo y la justicia por la que estamos luchando".
En la demanda se destaca "una actitud arrogante ante las lesiones y las quejas de dolor", siendo presionadas a entrenar y competir independientemente de su estado físico y de si tenían alguna molestia, siendo obligadas a tomar fuertes analgésicos para no fallar en ninguna sesión o prueba. Además, describen un clima amedrentador hacia las jóvenes, con términos despectivos como "gorda, basura, niña estúpida, eres una vergüenza" y otros similares, con los que eran bombardeadas constantemente.
Las gimnastas eran presionadas para entrenar y competir pese a estar lesionadas, obligándoles a tomar fuertes analgésicos para no fallar en ninguna prueba o sesión
Según apunta 'The Guardian', las 17 exgimnastas fueron objeto de estos abusos cuando tenían "entre los 6 y los 23 años". Algunas en su momento no fueron capaces de darse cuenta realmente de lo estaban viviendo, por su corta edad, y otras tenían miedo a relatarlo porque "con muchos entrenadores tenían una relación personal cercana, siendo en muchos casos ellos mismos los jueces en algunas competiciones".
Una cifra que sin embargo se queda corta si se tiene en cuenta que en los últimos meses se han registrado más de 200 llamadas en un teléfono especial que han puesto a disposición de las gimnastas para abordar e investigar a fondo este asunto. Más de la mitad se han considerado tan graves que han sido remitidas directamente a la policía. Todo esto obligó a la directora ejecutiva de British Gymnastic, Jane Allen, a dimitir en diciembre, pero el terremoto en el entorno de la gimnasia inglesa parece que no ha hecho nada más que empezar.
