La campeona de gimnasia rítmica Natalia García se retira

La gimnasia rítmica ha formado parte de su vida durante las últimas dos décadas, pero la catalana Natalia García Timofeeva ha decidido que ha llegado el momento de decirle adiós. Miembro de la selección española desde 2008, se despidió de la competición en el Trofeo Internacional Ciutat de Barcelona a los 27 años mientras cientos de aficionados coreaban su nombre en el Pabellón Olímpico del Vall d' Hebrón. Tras terminar su ejercicio, escribió sobre el tapiz la palabra 'Gracias'.

«La rítmica ha sido mi vida y me lo ha dado todo», reconoce la joven que acumula en su palmarés múltiples primeros puestos en Campeonatos de España de todas las categorías infantiles -alevín, infantil y junior-. La categoría absoluta también le permitió llegar a lo más alto como subcampeona entre 2011 y 2016, detrás de Carolina Rodríguez, nueve veces campeona nacional. García ha dado las gracias por sus logros a sus entrenadores, entre ellos Mónica Vinyals y la vizcaína Iratxe Aurrekoetxea, quien fuera entrenadora del Club Beti Aurrera de Vitoria y entrenara a gimnastas como Tania Lamarca, Estíbaliz Martínez y Almudena Cid, amiga y referente de la catalana.

Tanto la madre de García, Leila, como su abuela Natasha habían sido gimnastas antes que ella. La segunda llegó a ser campeona de gimnasia acrobática en la Unión Soviética. Por su parte, la deportista de Terrassa nunca fue a los Juegos Olímpicos pese a haber sido reserva, pero acumula numerosas internacionalidades como su participación en seis Mundiales, cuatro Europeos y 18 Copas del Mundo.

Aunque no se había planteado su retirada en una fecha concreta, ha decidido cerrar este capítulo de su vida tras someterse a una doble cirugía en 2017. Volvió a la competición en febrero de 2019 pero la pandemia de Covid ha precipitado su retirada. García, que todavía participará en algunas galas y exhibiciones durante el año que viene, ya tiene planes para su futuro, entre otros inaugurar un centro de stretching, una rutina de ejercicios con estiramientos de la danza clásica, la gimnasia tradicional y el yoga, en Barcelona. Poseedora del título e entrenadora y aficionada a la moda -ha llegado a diseñarse sus propios mallots-, tampoco descarta seguir vinculada a la rítmica.