Sofia Jakobsson, la trotamundos y referente merengue
La delantera sueca, que ya sabe lo que es jugar en seis países, terminó el curso con el Tacón siendo la pichichi del equipo y la segunda máxima asistente de la liga, en la que espera dejar su impronta defendiendo los colores y el escudo del Madrid
¿Maite Oroz? ¿Damaris Egurrola? ¿Tere Abelleira? ¿Olga Carmona? La lista de los posibles fichajes para formar parte de la histórica primera temporada del Real Madrid en el fútbol femenino es larga y en los próximos días los rumores irán dejando paso a las confirmaciones y presentaciones. Una primera plantilla merengue en la que estará seguro la delantera sueca Sofia Jakobsson.
La jugadora internacional, que el pasado verano se colgó la medalla de bronce en el Mundial de Francia, se convirtió el curso pasado en el cuarto refuerzo del Tacón en su ascenso a la máxima categoría, en la que ahora se mantendrá la entidad después de ser absorbida por el club que dirige Florentino Pérez. La atacante nórdica, nacida en la ciudad de Ornsköldsvik hace 30 años, en pleno golfo de Botnia, al norte del país, llegó a España feliz, con el sueño cumplido de poder formar parte «del club más grande del mundo». Eso aseguró en su Instagram, con una foto tuneada con el lema 'Hala Madrid y nada más', aunque todavía no ha podido jugar defendiendo ese escudo.
Pero ella llegó sabiendo que iba a ser partícipe de un nacimiento muy esperado por muchos, que revolucionaría el fútbol femenino en todos los sentidos. Lo hizo con un contrato por dos temporadas que le aseguraba ser una de las primeras jugadoras merengues. Y lo hará después de haber sido el referente en el verde del Tacón, convirtiéndose en su máxima goleadora con siete tantos y en la segunda máxima asistente del campeonato, a tan solo un pase de gol de la noruega del Barça Caroline Hansen.
La delantera inició su nueva temporada en España después de haber probado fortuna en otros cinco países. Primero en el suyo, empezando en Hägglunds IoFK, desde donde dio el salto al Osters, hasta recalar en el Umea IK, uno de los principales conjuntos suecos. En sus filas logró el título liguero y el subcampeonato de la Champions femenina en 2008, al caer frente al Frankfurt. Después de varios años en Suecia, inició su periplo internacional empezando por Rusia, donde formó parte del WFD Rossiyanka, con el que también logró la liga en la temporada 2011-12.
Nominada al Balón de Oro
Las lesiones frenaron en seco su progresión y optó por hacer las maletas y volver a Europa, a Inglaterra, fichando por el Chelsea. Luego pasó por el Cloppenburg alemán hasta llegar al Montpellier, siendo ya una titular indiscutible en su selección. En Francia fue donde logró la estabilidad, permanenciendo 5 temporadas y anotando 62 dianas. Esa fue su época más dorada, con la plata en los Juegos Olímpicos de Río de Janeiro en 2016 y el bronce en el Mundial, cuando ya se había propuesto abandonar el club galo.
Una campaña brillante por la que fue nominada al Balón de Oro, que finalmente cayó en las manos de Megan Rapinoe. Ese 2019 siempre estará marcado para ella. Además de la gloria, Jakobsson vivió ese año uno de los momentos más difíciles de su vida, con una hemorragia cerebral sufrida por su hermano Anders, a quien los médicos no le daban muchas esperanzas de poder salir adelante. «Ver a la persona más importante de mi vida con tubos saliendo de su boca y de su cabeza parecía algo que solo se ve en la televisión», llegó a decir. A él le dedicó uno de sus goles en el Mundial, tras meterse en la semifinal después de apear a Alemania. Al final logró despertar y salir del hospital, adoptando para ella la frase de «lo que no te mata te hace más fuerte».
Jakobsson fue, hasta que el coronavirus lo paralizó todo, la principal referencia del Tacón sobre el verde, su máxima jugadora de ataque. Veloz, con verticalidad y una buena pegada, dejó dosis de su calidad allá donde jugó, aunque en San Mamés, por ejemplo, nada pudo hacer para clasificar a las suyas para la semifinal de la Copa de la Reina. La sueca espera seguir sumando alegrías con el escudo del Madrid, el que compartirá con su compatriota Asllani, con la que ya jugó este curso. Habrá que ver si les vuelve a pasar factura el exceso de jugadoras nuevas y la tardanza en el acoplamiento, la que será otra de las dudas que rodee al conjunto merengue en su estreno en la máxima categoría.