Descubre los beneficios del yogur para la práctica deportiva

Suelen estar en casi todas las neveras, ¿pero sabes bien qué beneficios aportan los yogures a quienes hacen deporte y deciden incluirlo en su menú diario? Los que son frescos se obtienen por fermentación a partir de leche entera o parcialmente desnatada, previamente pasteurizada y homogeneizada, a la cual se añaden microorganismos específicos. El fenómeno más importante es la transformación del azúcar propio de la leche, la lactosa, en ácido láctico y otros componentes.

La formación de ese ácido láctico produce una acidificación que favorece el desarrollo de flora intestinal y ayuda a controlar la aparición de numerosas enfermedades intestinales como indigestiones, flatulencias, diarreas... Además hace que proteínas y grasas sufran una predigestión, transformándose en sustancias más sencillas y fáciles de digerir por parte de nuestro organismo, y que la leche coagule, lo que les confiere unas determinadas características nutricionales. Son ricos en proteína de alta calidad. La principal proteína que encontramos es la caseína, la que colabora en la reparación de tejidos y en la formación de músculo, lo que favorece la llegada de aminoácidos al tejido muscular. La caseína también contribuye a facilitar la digestión.

Los yogures nos aportan también minerales esenciales para la salud ósea y muscular como son el potasio, el fósforo, el calcio y el magnesio. El aporte de estos dos últimos protege los huesos de los deportistas y optimiza la contracción muscular. Asimismo, ayuda a prevenir los calambres musculares, gracias a la concentración de potasio, magnesio y calcio. Además, el potasio perdido tras el ejercicio, durante el sudor, es recuperado con la ingesta de yogur. Este es un mineral fundamental para el buen funcionamiento del sistema nervioso y muscular. Este alimento contiene además sodio, necesario para conservar el equilibrio electrolítico.

A todo esto se suma que los yogures contribuyen a la hidratación, ya que más de un 80% de su composición es agua. También hay que señalar que el ejercicio intenso provoca en los deportistas una bajada de los niveles de anticuerpos, produciendo un mayor riesgo de contraer infecciones, por tanto, fomentar el consumo de yogures entre este colectivo ayuda a reforzar las defensas. Los microorganismos que encontramos en el yogur son capaces de regenerar la flora intestinal. Además, las bifidusbacterias presentes en el yogur también estimulan el sistema inmunitario. Por todo ello, el yogur es una opción ideal para los deportistas.

Se ha comprobado que los lácteos enteros son preferibles sobre los desnatados. Teniendo esto en cuenta sería más recomendable elegir yogures enteros (que según la legislación deben tener un mínimo del 2% de materia grasa) antes que desnatados (con un contenido de grasa igual o inferior al 0,5%), a pesar de que estos últimos son percibidos y publicitados como más saludables. Los lácteos enteros producen mayor saciedad al ingerirlos y en la materia grasa se encuentran las vitaminas liposolubles A y D, si son 0% desnatados no contienen dichas vitaminas.

La opción más saludable serían los que no contienen azúcares añadidos. En su composición debería ser inferior a los 5 gramos de azúcar por cada 100 gramos de producto (y procedente de la lactosa).

Al margen de ello existe una gran combinación, yogures con múltiples posibilidades, con fruta, con semillas, con frutos secos, avena, quinoa o arroz inflado... Se puede utilizar además en aliños para las ensaladas, lo que lo convierte en un plato muy nutritivo y energético.