Trucos para evitar que se te suba 'la bola'

Cuántas veces habréis escuchado expresiones como, «se me monta un músculo por la noche en la cama», «me ha dado un fuerte tirón en la zona del gemelo», «se me ha subido la bola»… E igual de común es que cuando esto sucede, la persona afectada se lleve las manos a la parte baja de la pierna sin saber muy bien qué hacer para que el dolor, que normalmente es intenso, remita. Cuando nos encontramos con pacientes que nos describen exactamente estas situaciones, les explicamos que su molestia está causada por calambres musculares y les realizamos tratamientos altamente efectivos con técnicas manuales.

Los calambres musculares son pequeñas contracciones involuntarias de los músculos. Es común que sucedan en la zona de los gemelos, pero también pueden manifestarse en otros músculos del cuerpo. Su origen puede estar asociado a una falta de hidratación o de alguna vitamina. También a la toma de algún medicamento concreto. Pero sobre todo, es común la aparición de calambres musculares tras un sobreesfuerzo físico, especialmente cuando no se ha realizado un calentamiento previo. Siempre hay que incidir en la importancia de los estiramientos como paso previo a la realización de cualquier actividad que implique esfuerzo físico ya que es la mejor fórmula para evitar lesiones.

En el caso de las personas que practican deportes de alta intensidad, recomendamos especialmente un buen control de las vitaminas que ingieren con la dieta y por otro lado el consumo de alguna bebida isotónica. Estos refrescos poseen una gran capacidad de rehidratación gracias a sus bajas dosis de sodio y otros minerales como el potasio que ayudan a reponer las sustancias perdidas durante la actividad física. Es importante no confundirlas con las bebidas energizantes ni estimulantes ya que la composición es totalmente diferente.

Si a pesar de nuestros consejos no habéis podido evitar la aparición de algún calambre muscular, desde Maza Fisioterapia Osteopatía recomendamos cesar la actividad y realizar estiramientos en la zona. En el caso concreto del gemelo debemos estirar la pierna y hacer el gesto de acercar los dedos del pie hacia la tibia manteniendo la posición unos segundos hasta que la musculatura del gemelo se relaje. Normalmente con esta fórmula la molestia se calma bastante aunque puede quedar la zona dolorida o agarrotada por lo que aconsejamos trabajar el tejido mediante masaje y otras técnicas de tratamiento muy resolutivas. En este caso os recordamos la importancia de acudir siempre a un centro de Fisioterapia homologado por el Colegio de Fisioterapeutas del País Vasco para recibir tratamiento.