Borrar

Cuidado con el zumba y con las zapatillas que utilizas

Debemos desechar el calzado para correr y optar por zapatillas de aerobic teniendo en cuenta nuestro peso y la amortiguación adecuada a nuestra constitución

Ruth Delgado

Martes, 18 de diciembre 2018, 00:33

Uno de los deportes más de moda en los gimnasios es el zumba. Esta mezcla de bailes sudamericanos como la salsa, el merengue, la cumbia, el reguetón y la samba nació a mediados de los años 90 y se ha convertido desde hace unos pocos en una de las rutinas más demandadas, especialmente por las mujeres, que han encontrado una forma bastante más divertida de quemar calorías que correr en la cinta o hacer elíptica. El problema de esta práctica deportiva es que es tremendamente lesiva. Los continuos saltos y giros pueden afectan desde los tobillos y las rodillas hasta la espalda, de manera que no es aconsejable hacer más de una o dos clases a la semana.

Un factor clave en estas lesiones es la mala elección del calzado. Es muy habitual utilizar zapatillas diseñadas para correr. Y esto es un grave error. Tenemos que tener muy claro que cada deporte tiene su propio equipamiento. En el caso que nos ocupa, el zumba nos exige giros y cambios de dirección de forma constante, movimientos para los que no están pensadas las zapatillas de running, que responden a movimientos longitudinales. ¿Qué ocurre entonces? Que cuando queremos girar, la zapatilla se queda frenada -aquí influye también la superficie sobre la que se desarrolla la clase, que no siempre es la más aconsejable. Lo ideal es que resbale ligeramente para permitir los giros de los que venimos hablando- y se pueden producir diversas lesiones. Estas pueden ir desde algunas que nos resultan familiares a todos como los esguinces de tobillo y de rodilla hasta otras como la tendinitis en el tibial posterior y en la pata de ganso.

La primera, muy habitual en corredores, se manifiesta en un dolor en la parte interna del pie, debajo del tobillo y puede extenderse hasta la planta. Las molestias empeoran al subir y bajar escaleras o correr. En los casos más agudos, puede impedir la práctica deportiva y manifestarse incluso en reposo. Si no se trata adecuadamente, puede degenerar en dolencias más graves como el pie plano, que requiere de cirugía, o la artrosis. La segunda es una inflamación en la parte alta de la tibia, a la altura de la rodilla. En ese punto se juntan tres músculos -sartorio, semitendinoso y grácil o recto interno- que debido a los impactos y al mal calzado acaban causando un dolor que puede impedirnos correr e incluso andar con normalidad. Llegado el caso, puede hacer imposible dormir de lado en el momento en el que colocamos una rodilla sobre la otra. Su curación oscila entre las cuatro semanas y los tres meses.

A la vista de todo ello, debemos elegir unas zapatillas adecuadas. En este sentido tenemos que recordar lo ya señalado. Cada deporte tiene su propia calzado. Y tenemos que gastarnos el dinero en él, lo que no significa que las más caras sean necesariamente las mejores. Las mejores son las más se ajusten a nuestras características. A la hora de elegirlas, tenemos que tener en cuenta principalmente nuestro peso y la amortiguación que nos ofrecen. Esta no debe ser ni demasiado escasa, -porque no nos protegería de los impactos- ni exagerada, ya que perderíamos el control sobre los movimientos y nuestra propia postura (propiocepción). Deberíamos desechar entonces la opción del calzado para correr y optar por zapatillas de aerobic. Son muchas las mujeres que se han lesionado haciendo zumba y no se han dado cuenta de que la causa eran las zapatillas. La mejora es muy notable. En este caso son mucho más importantes que la ropa que llevemos.

Publicidad

Publicidad

Publicidad

Publicidad

Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.

Reporta un error en esta noticia

* Campos obligatorios

elcorreo Cuidado con el zumba y con las zapatillas que utilizas

Cuidado con el zumba y con las zapatillas que utilizas