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Valentina Petrillo, en el centro, tras vencer en una carrera hace unos meses. Atletica Endas Cesena
Petrillo, la primera deportista trans que podría competir en los Juegos Paralímpicos

Petrillo, la primera deportista trans que podría competir en los Juegos Paralímpicos

La atleta italiana, que posee una discapacidad visual, inició su proceso de cambio hace poco más de dos años. Decenas de compatriotas han denunciado su caso alegando desigualdad de oportunidades con ella en la pista

Viernes, 11 de junio 2021, 22:22

«Soy feliz como mujer y correr así es todo lo que quiero», declaraba hace unos días a la BBC Valentina Petrillo. La italiana, nacida en Nápoles en 1973, podría pasar a la historia este verano en Tokio como la primera atleta trans en tomar parte en unos Juegos Paralímpicos. Posee una discapacidad visual diagnosticada siendo una adolescente (enfermedad de Stargardt, degenerativa y sin cura), y reconoce que lograrlo sería su sueño. Sabe que por su edad, 47 años, esta es su última oportunidad para conseguirlo. Y lo cierto es que también es la primera.

Hace poco más de dos años que inició el cambio, arrancando con su terapia hormonal, tras confesar a su esposa y a su hijo que realmente se sentía una mujer. Anteriormente como Fabrizio había logrado 11 títulos nacionales de atletismo, aunque no empezó a correr hasta los 40 años. Previamente había formado parte del equipo de Italia de fútbol sala de personas con pérdida de visión.

Su primera competición oficial siendo ya Valentina se produjo el pasado mes de septiembre, en el Campeonato Paralímpico de Italia, en el que se colgó tres oros, en 100, 200 y 400 metros, en la categoría T12. Asegura que su tratamiento, además de provocarle cambios en su metabolismo, de humor, y sueño, también le ha afectado a nivel emocional y físico. En la pista ha comprobado cómo en medio año ha perdido 11 segundos en la prueba de 400 metros, y 2,5 en la de 200, su especialidad. «Como deportista aceptar que no vas a ir tan rápido como antes es duro, pero es para mi felicidad», asegura, repitiendo la frase que ha hecho ya su lema. «Es mejor ser una mujer feliz y lenta que un hombre infeliz y rápido».

Pese a todo, ya sabe lo que es triunfar en una cita paralímpica en su país, y también ante mujeres sin discapacidad, lo que le ha valido numerosas críticas y quejas, que no solo se han quedado ahí. Más de 30 atletas italianas, impulsadas por la abogada y atleta veterana Fausta Quilleri, han firmado una petición enviada al máximo responsable de la Federación Italiana de Atletismo y al Ministerio de Deportes, alegando que su superioridad es tan evidente que hace «injusta la competición». Además, remarcan que pese a cumplir los requisitos del COI en cuanto a los niveles de testostorona (tienen que estar por debajo de 5, por litro en sangre, siendo habitual que en una mujer biológica sean menores de dos), su envergadura y físico «también influyen». «Mantiene características masculinas que atentan contra los principios de lealtad y equidad en la base de toda competición deportiva. Si quiere competir con nosotras no tenemos ningún problema, pero que no sea por títulos«.

«No estoy robando a nadie»

Petrillo, que ya ha asegurado en alguna ocasión que no corre con mujeres «para asegurarme la victoria, sino para perseguir un sueño», reconoce esas dudas y quejas como legítimas, poniéndose en la piel de sus rivales, pero defiende su derecho a poder competir en una categoría femenina. «Respeto y cumplo las normas, no estoy robando a nadie».

En medio de este clima enrarecido en torno a su figura, la atleta italiana espera pronto saber si podrá pelear por una medalla paralímpica en Tokio, acostumbrada ya en estos últimos dos años a batallar y luchar contra la burocracia y los prejuicios. La historia de su vida está siendo recogida en un documental que verá la luz en unos meses, bajo el nombre de '5 nanomoles', con el que pretende ayudar a otras personas trans a seguir adelante. «Quiero que mi experiencia sirva para los que sienten algo dentro que se ven obligados a esconderlo o a encerrarse en sí mismos». De la misma manera también espera que sirva para concienciar a quienes no lo son, «de que no solo existen dos colores para ver las cosas».

En esta edición de los Juegos Paralímpicos podría darse la casualidad de que en chicos también compita por primera vez un deportista transgénero. Se trata de Ness Murby, canadiense que en Río de Janeiro en 2016 tomó parte como mujer en lanzamiento de disco. Poco después de la cita brasileña se declaró hombre, y figura en la preselección para esta edición. Además, en la competición para personas sin discapacidad suena el nombre de la levantadora de pesas de Nueva Zelanda Laurel Hubbard, que a sus 43 años podría ser la primera deportista transgénero en tomar parte en unos Juegos Olímpicos, lo que también ha generado numerosas críticas tanto en su país como fuera de él.

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