Naiara, la joven que nació sin brazos y una pierna, no se pone límites ni en la Behobia

Natural de Rentería, vivirá en escasos días su bautismo en la prueba popular por excelencia, tal y como le sucederá a un buen número de participantes noveles de la carrera. Hasta ahí nada fuera de lo habitual. Lo que ocurre es que Naiara nació sin brazos y sin una pierna, y pese a ello no renuncia a cruzar la línea de meta. Lo hace principalmente para demostrar que no conoce límites, pero también como homenaje a su madre, fallecida en 2015.

«Estoy llena de ilusión y con muchas emociones. Mi ama fue voluntaria durante 20 años en la Behobia-San Sebastián con personas con discapacidad. Semanas antes de la carrera casi no se podía hablar con ella. Iba a las reuniones, hacía el recorrido y lo movía todo ella. Por eso para mí siempre ha sido una carrera superespecial», rememora Naiara. Su ama estará muy presente en la carrera, ya que «vamos a bautizar la silla con la que saldré con su nombre: Lourdes». Esta será de tres ruedas, adaptada para la práctica deportiva.

Naiara cumple 40 años en diciembre, pero hasta hace unos meses no se había imaginado que iba a poder participar en la carrera más popular. «Conocí a un amigo que hace un montón de deporte y me propuso hacer la Behobia. No me lo pensé dos veces, pero le avisé que es muy dura».

Ese compañero que le va a ayudar a completar los 20 kilómetros se llama Sergio. «Siempre tiene una frase que dice 'que las personas que puedan diferente, puedan'», detalla. Eso sí, él, de origen argentino, no ha corrido nunca la Behobia, ni siquiera ha estado en Euskadi. Naiara ya le ha advertido de la complejidad del recorrido, aunque también le ha confesado que es «una media maratón especial en muchos sentidos».

Ambos tomarán parte en la prueba en la modalidad de atletismo asistido. «Hay gente que se cachondea y que me dice que no la voy a correr, pero yo insisto en que voy a participar. Nunca había vivido lo que es participar, que la gente te apoye, sentir esas emociones y llegar a la meta».

Tanto Naiara como Sergio se encuentran ahora realizando el trayecto entre Vigo y Santiago. En mayo ya hicieron el Camino de Santiago. «Llegaremos el sábado por la mañana a Donostia después de 12 horas en autobús desde Santiago. Desayunaremos, iremos a por los dorsales, y luego a descansar, claro», descubre.

No será la primera competición en pareja para los dos. En Palma recorrieron juntos los últimos 10 kilómetros de un triatlón y más tarde también se aliaron para completar un medio maratón. «Generalmente digo que sí a todo lo que me proponen. Quiero probar esas sensaciones, disfrutar de esa adrenalina y no tener miedo».

La palabra imposible no existe en su vocabulario. «Mi frase es 'vivo mi vida al límite, sin límites'. Los límites están en la mente. Siempre digo que dentro de mi pequeña dependencia intento ser una mujer muy independiente. Hay que ponerle actitud a la vida. Lo fácil es quedarte en casa llorando, ¿pero qué consigues con eso? Amargar a los de tu alrededor», reflexiona sin titubear.

Naiara cuenta las horas para poder cruzar Rentería a través de la Behobia. «Me llena de orgullo. Hay gente y familiares que irán a verme, así que estoy rezando para que no llueva y sea todo más emocionante».