Lourdes Oyarbide: «He aprendido a gestionar el éxito»

Lourdes Oyarbide (Egino, 1994) afrontará su tercera temporada como profesional. En Movistar ha encontrado la oportunidad de cumplir su sueño. Tras una excelente temporada pasada con el campeonato de España en ruta o el tercer puesto en la Vuelta a Thüringen, está sumergida en una pretemporada que le llevará hasta febrero, fecha en la que arrancará la competición. Inteligente dentro y fuera de la carretera, atiende con amabilidad la llamada de EL CORREO. La vida no solo es ciclismo. Su futuro laboral como ingeniera o su maternidad son aspectos que también se tocan en esta entrevista.

–Prepara ya la próxima temporada sin apenas descanso de la anterior, ¿qué balance hace?

–Ha sido mi mejor año hasta ahora, eso sin duda. Por resultados y el nivel que he conseguido, aunque también ha sido complicado. He sido irregular, con carreras muy buenas y con otras muy malas. Quizás porque me tocaba cubrir huecos de compañeras enfermas o que no podían viajar y esos cambios de planes de última hora me han pasado factura, igual porque no estaba en mi mejor momento o necesitaba descansar más. Podría definirme como una montaña rusa.

–Ha corrido la que más por su predisposición y versatilidad, ¿un aspecto que ha mejorado?

–Sí, estoy de acuerdo. Como más o menos me defiendo bien en todo tipo de terrenos, al equipo le viene bien para cubrir bajas de última hora. Se recurre a corredoras que sirvan para hacer todo tipo de tareas y este año me ha tocado a mí.

–Como profesional del ciclismo, ¿sigue disfrutando como antes de la bicicleta?

–Soy una afortunada. Ahora mismo puedo vivir del deporte que es lo que me gusta. No soy muy consciente porque ya es una rutina y es mi profesión. Pero cuando me paro y lo pienso, o veo a mi hermano o amigas que van a la oficina ocho horas y yo que puedo salir con la bici, en la naturaleza y que este sea mi trabajo, al aire libre... Es un privilegio viajar, conocer gente. Es un trabajo, tengo que meter horas, pero no es rutina tan monótona.

–Firmó dos años más Movistar Team, ¿le costó negociar ese contrato que le da cierta estabilidad?

–En los dos primeros años, los contratos eran anuales porque no podían asegurar el patrocinio que tenían con Movistar. Tras asegurar el compromiso hasta 2021, el equipo ha querido mantener la base de corredoras. Una confianza a la que yo quiero responder desde mi esfuerzo y mejorando año tras año. No quiero estancarme. Habrá que ver que rol nos corresponde a cada una y qué carreras correré. En base a eso, me marcaré objetivos.

–Rehúye de la etiqueta de líder, ¿por qué no le gusta?

–A día de hoy, soy más gregaria que líder. No soy una corredora que destaque en todas las carreras. Soy bastante regular, pero en un nivel medio-alto. Hay gente que rinde más y suelen ser las líderes. Es cierto que tengo picos de forma y son los que intento aprovechar. Mi trabajo es ayudar al resto. Lo tengo claro.

–A su preparación física, ha sumado el trabajo mental con un psicólogo, ¿en qué le ayuda?

–En el deporte amateur, con entrenar el aspecto físico es suficiente, pero en el deporte de alto nivel, el aspecto psicológico cuenta tanto como el físico. Hay presión, nervios, muchos días fuera de casa, mucho tiempo en el ambiente de carrera que no es relajado, aunque nosotras sí tenemos un buen grupo en el equipo. Trabajarlo todo es muy importante, el tener claro cómo afrontar cada situación, darle la vuelta, cómo reaccionar, no dejar que te afecte...

–¿En qué momentos se ha visto más desbordada?

–(Risas) Hasta el año pasado estaba acostumbrada a no ganar. Pero es la pasada temporada tuve que aprender a gestionar el éxito. En uno de los mejores resultados, la tercera plaza en la vuelta a Thüringen, fueron seis días. El primero me metí en la escapada y sacamos siete minutos. Con esa diferencia tan grande, la general nos la íbamos a jugar entre las de la escapada. Tenía muchas posibilidades de estar en el podio y recuerdo que fueron seis días de tensión continua. Me costaba hasta dormir, con muchos nervios. Y como nunca me había visto en una de estas, pensaba en que no quería fallar, en que no quería caerme. Me repetía una y otra vez, ‘no la líes Lourdes’. Al final todo salió bien.

–Es la única alavesa profesional, ¿el ciclismo es menos atractivo para las niñas?

–El paso definitivo donde tomas la decisión de querer dedicarte profesionalmente es complicado, pero como en cualquier otro deporte. Pero ese vacío que había antes en cadetes o juveniles, creo que poco a poco se va llenando. Hace dos años salió el Arabarrak femenino y eso es muy positivo.