Sobera demuestra que las gemelas son unas mentirosas en 'Secret story'

Todo está grabado, de ahí que las mentiras en 'Secret story' tengan las patas muy cortas. Layla y Nissy entraron al concurso armando bulla y no han parado de liarla hasta ahora. Cuando no se peleaban entre ellas (broncas monumentales que zanjan con un abrazo fraternal), apuntan hacía compañeros o compañeras sin miramientos. Uno de sus objetivos ha sido Carmen. La cordobesa ha estado en su punto de mira y las mellizas no han dudado en mentir para poner a la casa en su contra. Ambas aseguraban que Carmen les había empujado de malas maneras al salir de la lucha. Las imágenes demostraban lo contrario y tanto revuelo había en torno a la supuesta agresión que Carlos Sobera decidió tomar cartas en el asunto.

El presentador avisó de que habitualmente no se mostraban imágenes a los confinados, pero esta vez hicieron una excepción. La cara de las gemelas al ver que su mentira era descubierta fue un poema. «Estoy harta de esta gente, pero todavía tengo fuerzas para continuar aquí. No tengo nada más que decir porque creo que se ve todo ahí», declaraba la de Córdoba tras ver la secuencia que la exculpaba de todo. Lo paradójico era que las hermanas no se bajaban del carro e insistían en su historia. Elena, que apoyaba su versión, también repetía que hubo agresión. «No quiero que me volváis loco ni a mí ni al público. Hemos visto todos las imágenes, y viéndolas está claro que no hay empujón», zanjó Sobera dejando en evidencia a las embusteras.

Por lo demás, Héctor fue el expulsado de la noche y lejos de enfadarse, agradeció el gesto. «Lo estaba deseando. Sinceramente, estaba ya agobiado, tengo a mis padres en una situación delicada y prefiero estar fuera de esta casa», manifestaba sonriente. Carmen, que se jugaba el pellejo con él, mostraba su satisfacción al regresar con sus compañeros y compañeras, aunque alguna torció el gesto al verla reaparecer.

Elena y Alberto, la pareja que supuestamente se ha enamorado en tres días, ya han tenido su primera discusión, aunque no llegó la sangre al río. La joven es muy culta y el chico pasa de libros, así que le insistió en la importancia del saber. Y Alberto acabó cabreándose. «¿Para qué quiero saber cuándo subió el hombre a la luna si ya se ha ido?», protestaba afirmando desconocer referencias a la II Guerra Mundial, por ejemplo. «No me interesa», se quejaba. Y apostillaba: «Yo no leo, siempre me espero a las películas». Pues eso.

Otra controversia, aunque sonó a broma, llevaba al límite el refrán que dice aquello de donde tengas la olla no metas… Al parecer Alatzne, Rafa y Carmen descubrieron que parte de la casa utiliza una de las cazuelas para lavarse. «Meten el culo y luego hacen ahí los macarrones», se quejaban provocando las carcajadas de Álvaro que no podía creerse la surrealista situación. De todo hay en la villa del señor.

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