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El Piscolabis

La muerte de Marge Simpson y otros traumas infantiles

Si la vida es dura la ficción también y lo demuestra a base de muertes inesperadas

Sábado, 28 de junio 2025, 00:22

«Chanquete se muere el domingo». Así tituló, impactó y traumatizó la revista 'Supertele' en febrero del 82, a toda una generación. En realidad a varias. Porque desde el nieto hasta la abuela todo fue sorpresa y disgusto. El personaje más querido de la televisión, cuando solo había dos canales, palmaba por la mala leche de los guionistas y del gran, pero puñetero, Antonio Mercero. Pues 43 años después ha pasado algo parecido. Han matado a la madre de los Simpson. Marge la palma en el último capítulo de la temporada 36. No la hemos visto. Solo la han emitido en EE UU. Pero ya no hace falta 'Supertele' para hacer spoiler, ni avanzar un nuevo trauma infantil. Y ahora, como pasó con Chanquete, hay quien se niega a creerlo. Pero el impacto ha sido tal que ha tenido que salir un productor para decir... que no está muerta.

El lenguaje audiovisual nos tiene acostumbrados a juegos y engaños, que incluyen falsas muertes. Aquello de que al final todo era un sueño o que, de alguna manera, se podía cambiar el destino y evitar esa muerte de un personaje querido por la audiencia. O que te empieza a caer bien, como pasó con Ned Stark en 'Juego de Tronos'. Enganchados a aquella primera temporada de una revolucionaria serie, nadie podía imaginar que el aparente protagonista perdiera la cabeza de esa manera. Ya me entienden. Y desde entonces, aunque hubo otros casos antes, la serie de RR Martin dejó claro que no hay personajes intocables. Cualquiera puede palmar y la serie o la película, como la vida misma, siguen adelante. Incluso hay quien afirma que esto es bueno para las nuevas generaciones. Comprenden que no hay nadie del todo imprescindible, ni que esté libre del ataque de la vieja de la guadaña. Pero hay algo más. Los puñeteros guionistas. Lo fui y se de lo que hablo. Jugar a ser Dios es muy adictivo.

Por eso, este matar a un personaje querido o que cae bien, viene de lejos. Desde la madre de Bambi, donde el sonido de un disparo bastó para marcarnos de por vida, a Marge Simpson se han cargado hasta al apuntador. Que levante el dedo quien, allá por 1979, no vivió un drama al ver llorar al niño de 'Campeó' cuando palma su padre y boxeador Jon Voight. Y antes con la muerte del marinero Manuel de 'Capitanes intrépidos'. Y como toda generación tiene su madre de Bambi, a las actuales les hicieron ver morir a Mufasa.

Luego están las sagas empeñadas en recordar que los personajes buenos son como los peces de colores que nos compraban de niños. Duran poco o fallecen cuando menos lo esperas. Como pasa en 'Star Wars'. Primero fue Obi-Wan Kenobi, después Darth Vader justo cuando se pasa al lado bueno y después Han Solo en manos de un hijo, al que le deberían haber dado un tortazo a tiempo. No me olvido de Jenny, la pareja de Forrest Gump, ni de Maggie en 'Million Dollar Baby' o de Warrick en 'CSI Las Vegas'. Últimamente nos han sacudido con el cruel destino de Joel en 'Last of us' y todavía es el día en que mucha gente llora a moco tendido al ver cómo se despide Bruce Willis de su hija en 'Armageddon'. Confieso que cada vez que contemplo a Will Smith teniendo que sacrificar a su pastor alemán Sam, en 'Soy Leyenda', siento una punzada en el corazón. Y así suma y sigue. En cambio hay personajes odiosos que no hay forma de que pillen tumba. Como en la vida real. Siempre me ha sorprendido lo longevos que han sido y son los dictadores. Como si quien escribe el destino fuera uno de esos guionistas puñeteros.

Por eso está EE UU revuelto. Marge no solo es la madre de los Simpson. Lo es también de varias generaciones que han visto en esa señora de extraño pelo azul a parte de la suya. Han crecido con ella, compartiendo esos ratos en los que la televisión se sienta a la mesa o comparte con nosotros el sofá. Los Simpson, además, ha sido de las últimas series que se seguían viendo en familia. Lo que subraya aún más el impacto y el drama. Lo sabe bien Groening. El padre de esa familia de color amarillo y humor gamberro. Por eso juega con los seguidores. Y de paso nos recuerda que nadie es eterno. Ni siquiera los personajes de ficción. Que se lo pregunten a Pancho, el que nos contó lo de Chanquete. No solo se llevó un disgusto. Encima le hicieron spoiler y le chafaron la noticia. Como ahora con Marge. Como diría Julio, la vida sigue igual. Y me temo que la muerte también.

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