Así se gestó el trío en 'La Isla de las Tentaciones': «¿Rosana, tú has venido a jugar, no?»

No queda nada para que esta edición de 'La isla de las tentaciones' llegue a su final y aquí hay más lío que en el camarote de los hermanos Marx. Quizá lo más sorprendente del capítulo fuera la actitud de Álvaro, y no por el trío que se montó con Sabela y Rosana sino porque unas horas antes sollozaba como un niño suspirando por su novia. El muchacho había leído una carta que le escribió Rosario antes de entrar en el programa y se rompió. Lloraba desconsolado, pero el berrinche le duró poco porque en el jacuzzi coincidió con Sabela y Rosana y acabaron los tres bajo las sábanas.

El vídeo deja clara las intenciones del joven. Primero se besa con Sabela bajo las sábanas y cuando llega Rosana, este le pregunta: «¿Tú has venido a jugar, no? Yo me apunto a todo»... Tras el revolcón, Álvaro acabó eufórico: «Me ha parecido una cosa innovadora». A la mañana siguiente, el chaval presumió delante de sus compañeros. «Nunca había hecho un trío y me lo he pasado muy bien». Alejandro comentaba entonces lo que casi todos pensaban: «Es que yo flipo, tú llorando por la mañana y haciendo un trío por la noche». Cosa de 'La isla de las tentaciones'.

Como en la isla las imágenes son traicioneras, Rosario tuvo el privilegio de ver durante diez minutos cómo se comportaba su novio, pero solo presenció sus lágrimas y la joven se está pensando las cosas. «Para mí era impensable replantearme mi relación, pero ahora quiero hablar con él», aseguraba gimoteando. Tampoco duró mucho su dolor, Suso se encargó de consolarla.

Antes de todo, Sandra y Darío abandonaron el 'reality' cada uno por su lado. «Después de esto ya no puedo seguir enamorado de ella», adujo él cabizbajo. Ella puntualizó: «Aún nos queda mucho que hablar». Rubo, el pretendiente de Sandra, fue coherente y también se marchó al ver que la muchacha ya no estaba.

La última hoguera comunitaria no tenía imágenes para ninguno de los concursantes. Eso no quiere decir que la tensión desapareciera, todo lo contrario. La perversión de los guionistas hizo que fueran los 'tentadores' y 'tentadoras' favoritos de sus novios y novias quienes se enfrentaran cara a cara con ellos y ellas. El más beligerante fue Miguel, que atacó a Nico sin miramientos. «Por lo que tengo entendido, de cortito no solo tienes la altura», arrancó el joven que estaba más nervioso que Spiderman en un descampado. Suso tampoco se quedó atrás. El entrenador personal llegó tranquilo. «Vengo en son de paz», avisaba. Pero no, aquello era más falso que una pelea de los Power Rangers. «Te traigo un detalle», brindó a Álvaro entregándolo unos cuernos que, por supuesto, el agraciado no aceptó. «Vas de gallo y no llegas ni a pollito», comentó jocoso.

Ellas también lidiaron lo suyo. A Sabela, que acudió para encararse con Rosario, le dijeron que se parecía a la dragona de Shreck. Jennifer, la gran desconocida de esta edición, quiso tener su minuto de gloria apareciendo como la favorita de Alejandro y acabó discutiendo con Zoe por unos vídeos que se había mandado con Josué antes de comenzar el programa. Y lo más delirante, Gal.la tuvo doblete. Ante ella surgieron Miriam y Rosana. «No ha sabido decidirse, como siempre», opinó Gal.la sobre su novio. «Parecías una mosquita muerta y no lo eres», advirtieron ellas a dúo. «Pues que sepáis que todo lo que habéis hecho con él se lo he enseñado yo», replicó la aludida orgullosa.

Para el debate queda el último duelo, el que enfrentará a Alejandro con Stiven. Él está coladito por su prometida, pero ella no lo tienen nada claro. Tania tuvo un nuevo acercamiento con Stiven en el jacuzzi y lo que pasó no la dejó indiferente. «Me dio un beso en el cuello y sentí un calambre. Cada vez me noto más caliente», observó la chica. Y Alejandro no es precisamente un remanso de paz. El hombre está desesperado por la posibilidad de perder a su novia y encararse con Stiven puede suponer un problema. Habrá que verlo.

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