La cita más caliente de la historia de 'First Dates': «Vámonos al hotel que no aguanto»

El restaurante de Carlos Sobera, que ameniza las noches en 'Cuatro', suele contar con la presencia de comensales muy peculiares, aunque los de ayer se llevan el premio. Paula y Jorge acudían con las mejores intenciones a 'First Dates': la de conocerse el uno al otro y ver si surgía el amor. Más bien surgió el calentón.

Ya según entraron al restaurante le dejaron muy claro a Sobera lo que buscaban. Paula fue la más directa. «Lo que más valoro en una pareja es el sexo y que sea activo sexualmente. Es lo más importante para mí, más que cualquier otra cosa. Busco a un hombre que le encante el sexo como a mí». Y después, matizó. «Me gusta el número cuatro y me gustaría tener cuatro hijos, me gusta echar cuatro polvos al día o masturbarme cuatro veces al día si no hago el acto sexual». El listón estaba muy alto.

Y cuando entró Jorge al restaurante, lo igualó. Se definió como «un chaval caliente, con buena vibra y que va a por todas». Más concretamente, buscaba «una mujer que me respete, que me dé la tranquilidad que quiero y, sobre todo, que sea tan caliente como yo en la cama». La cita comenzaba bien para ambos.

Nada más sentarse en la mesa, ambos pusieron las cartas sobre la mesa. Ni siquiera esperaron al postre. Paula le fue sincera. «Mi primer requisito en un chico es que sea activo sexualmente». Y Jorge le tranquilizó. «En la cama soy un toro, al día lo puedo llegar a hacer dos o tres veces...». Aunque para sorpresa del joven, ella quería más. «Mínimo es cuatro o cinco veces». La situación se había vuelto surrealista.

Y llegó el momento de las fantasías sexuales, y Paula sorprendió a todos. «A mí me encantaría echarlo en la cama, untarlo de macarrones con su salsa de tomate y chuparlo desde el dedo gordo del pie, hasta el último pelo de la cabeza, lo chuparía», desveló. Para sorpresa del personal, a Jorge le debió gustar la idea. Tanto que ambos se fueron al reservado a bailar algo pegadito. Paula notó «un bulto» y Jorge confesó que «me pone muy caliente, tan ardiendo que me hace soltar a la bestia que llevo dentro».

El partido estaba sentenciado y en las entrevistas finales ambos no podían aguantar más el calentón acumulado y amagaron con dar plantón a los reporteros. «Vámonos al hotel que ya no aguanto», afirmó Paula.

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