Sholeh Wolpé: memoria de una maleta con el asa rota
Golpe a golpe. ·
La autora iraní, que dejó su país con trece años, convoca a los demonios de todos los exilios en sus memorias en versoCarlos Aganzo
Sábado, 4 de octubre 2025, 00:06
Nosotros, que marchamos de casa adolescentes, / niños que cruzamos fronteras y fuimos despedazados / por mil lenguas dentadas, / nosotros, que llevamos heridas que florecen / bajo la ... piel cicatrizada, / ¿en quiénes nos hemos convertido?» Esto escribe la poeta iraní Sholeh Wolpé en su poema 'Cuenta II', incluido en sus «memorias en verso» 'Ábaco de la pérdida', cuya versión bilingüe en inglés/español se publica este otoño bajo el sello de Visor. Una pregunta a sí misma, y a los millones de personas que viven un exilio prolongado en el tiempo, a la que añade la enunciación concreta de lo perdido: «Me fui de casa a los trece. / No había vivido lo suficiente / como para saber no amar. / Casa era el mar Caspio, los bazares bulliciosos, / el aroma del kebab y el arroz, los almuerzos / de los viernes, los picnics junto a los arroyos. / Nunca quise irme tan lejos».
Nunca quiso, como ninguno quiere tan lejos ni durante tanto tiempo sufrir ese desapego, pero lo cierto es que Sholeh Wolpé (Teherán, 1962) se fue muy pronto de su casa, en el Irán previo a la revolución islámica de los ayatolás, y aún no ha vuelto ni tiene intenciones de volver. Ha vivido de manera estable en Trinidad y el Reino Unido y ha disfrutado de multitud de estancias y residencias artísticas en Estados Unidos, México, Australia, Suiza y España. En 2018 fue escritora residente en la Universidad de California en Los Ángeles, y en la actualidad reparte su tiempo entre la sede de la misma Universidad en Irvine y la ciudad de Barcelona. En todo este tiempo, la escritora estadounidense iraní ha desarrollado una importante carrera como poeta, dramaturga, traductora y autora de textos y libretos para coro y ópera. Además de su trabajo como editora de poesía en 'The Markaz Review', que se edita en Los Ángeles desde 1920 y funciona como plataforma cultural de la diáspora de las comunidades árabes por el mundo.
Su primer libro de poemas, 'The Scar Saloon', se publicó en 2004, al que siguieron 'Tejados de Teherán' (2008), 'Keeping Time with Blue Hyacinths' (2013), 'Cómo escribir una canción de amor' (2017) o 'The Outsider' (2018). Su adaptación teatral 'The Conference of the Birds (Mantiq al-Tayr)', sobre el poema alegórico sufí de Farid ud-Din Attar, del siglo XII, se estrenó con gran éxito en el Ubuntu Theatre de Oakland, en 2018. Y sus versiones de poesía iraní, especialmente de Attar y del rebelde Forugh Farrokhzad, la han consolidado como una de las más prestigiosas traductoras del persa al inglés. Por su antología en inglés de Farrokhzad recibió en 2010 el premio Lois Roth de Traducción, otorgado por el Instituto Americano de Estudios Iraníes. Además, su antología 'The Forbidden: Poems from Iran and It Exils' ('Lo prohibido: poemas de Irán y su diáspora') resultó ganadora en 2013 del Midwest Book Award, que concede la Midwest Independent Publishers Association, donde se agrupan las principales editoriales independientes del medio oeste de los Estados Unidos. Este mismo año Wolpé ha recibido el Opera America Discovery Grant, un premio que apoya el desarrollo de nuevas obras operísticas, a su ópera colectiva 'Nava Avaz', escrita en colaboración con seis compositoras, donde cuenta la historia de la joven iraní de este nombre, encarcelada y torturada por el régimen islámico por no llevar el hiyab.
El ábaco como símbolo
En 2022, la Universidad de Arkansas publicó 'Abacus of Loss: A Memoir in verse', que ahora aparece en español, con traducción de Corina Oproae. Una obra que, desde la expresión de lo íntimo, convoca a los demonios de todos los exilios, en busca de la propia identidad. Bajo la simbólica invocación del ábaco, como instrumento desde el que acceder al recuerdo mediante el movimiento de sus cuentas. La identidad del amor, del hogar, de la familia y de los detalles de la vida cotidiana en el contexto de una existencia en exilio, en movimiento permanente. La vida como un caminar «sembrando semillas», pero sin llegar nunca a echar raíces más allá de los días azules de la infancia y la adolescencia.
«Dijeron: vuelve / y morirás», escribe Wolpé recordando la sentencia que, desde hace 46 años, pesa sobre la cabeza de millones de iraníes que se han visto obligados a mantener su extraordinaria cultura lejos del lugar que los vio nacer. Y recuerda: «El exilio es una maleta con el asa rota. / Lleno cien cuadernos de garabatos, / los arrojo al fuego y vuelvo a empezar, / esta vez me tatúo las palabras en la frente, / esta vez escribo solo para no olvidar». No olvidar el origen, cuando el hogar del expatriado se convierte cada día en nido de fantasmas. Cuando todo en la intimidad -la ropa en los armarios, la taza desportillada del café, los libros ordenados alfabéticamente en un idioma que nunca termina de ser el propio- - remite al exiliado a lo perdido. A lo que se presume que jamás se habrá de recobrar.
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