La danza que deja huella
Gracias a festivales como Dantzaldia y el BAD, en Bilbao conocemos el trabajo de artistas que ganan premios nacionales
La trayectoria del bailarín y coreógrafo Guillermo Weickert acaba de ser reconocida con el Premio Nacional de Danza en la modalidad de Creación. Y la ... de su colega Janet Novás también, para ella ha sido el premio en Interpretación. Los galardones, y seguramente más los de este tipo -menudo apellido que llevan, suena grande, ¿no?- siempre son una alegría para quienes los reciben, claro. Lo son también para las personas que les siguen los pasos, que disfrutan con sus trabajos. Y yo diría que hay otro motivo de alegría para el público de un punto del mapa como Bilbao: el hecho de que a estos dos artistas hayamos podido verlos actuar aquí mismo.
Puede que suene un poco raro, pero pensémoslo unos minutos. A menudo se premian obras -en la disciplina que sea- a las que no hemos podido llegar porque no han llegado hasta aquí; obras que se nos han quedado muy lejos, e incluso de las que no hemos tenido noticia hasta que saltan los titulares de un gran premio.
Eso, en danza, hace tiempo que no nos ocurre. Es verdad que podría programarse más, en más espacios, por más tiempo, aún más diversa, en mejores condiciones para creadoras y creadores. Por pedir, que no sea, cómo si no va a mejorar la historia. Pero nombres como el de Weickert ya nos suenan, y no sólo eso, sino que hemos podido ver lo que hacen gracias a que existen propuestas como, por ejemplo, el festival Dantzaldia. Es decir, sabemos quiénes son y qué hacen porque hay profesionales con conocimiento y también con intuición (hay que conocer el sistema y a sus 'imprescindibles', y también hay que apostar por algunos nombres, saber ver que lo que hacen no es pasajero, sino que va a quedar) que se encargan de seleccionar artistas y piezas y de empeñarse en que actúen en la ciudad. En esta.
En nuestro entorno, para muchísimas citas de la agenda de danza, esas personas que saben y proponen son las de la sala La Fundición. Weickert ha pasado por Dantzaldia hace un par de años o tres. Novás actuó en el BAD, hace casi una década, además de en la sala de Deusto. Estos festivales son toda una oportunidad para el público que tiene interés por esta disciplina artística.
No está de más pensar en ello y valorar lo que ponen a nuestro alcance. Y menos ahora que ambos están ya celebrando una nueva edición o a punto de hacerlo. El XXVI Dantzaldia comenzó a finales de septiembre y se extenderá, con una docena de eventos, hasta el 4 de diciembre. La edición 27 de BAD -que para mí fue el primer contacto con el teatro y la danza contemporáneos, como espectadora y como redactora del programa de mano- empieza la semana que viene, el 16 (hasta el 26).
¿Cuáles de sus protagonistas nos van a dejar huella? ¿Qué nuevas propuestas nos van a maravillar y nos van a acompañar durante un tiempo? ¿A quiénes felicitaremos en el futuro por sus logros? Mientras tanto, bailemos.
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