Capitanas de armas tomar
Carisma. ·
Grace O'Malley, Anne Bonny, Mary Read, Ching Shih y Rachel Wall fueron famosas y temidas piratasLuisa Idoate
Viernes, 10 de octubre 2025, 23:53
Aunque se veta a las mujeres en los barcos piratas, hay capitanas legendarias. Canciones, leyendas y poemas gaélicos recuerdan los combates de Grace O'Malley ( ... 1535-1603). El oficio le viene de familia. Pertenece a un clan de Connaught (Irlanda) que cobra impuestos a quienes pescan en sus aguas y lo complementa con el asalto a buques. Ella continúa la tradición junto a su esposo, Donald O'Flaherty, con quien se casa en 1546 y tiene tres hijos. Es una mujer práctica: al quedar viuda, se desposa con Richard Burke para ampliar el negocio con más tierras y propiedades. Da a luz a su cuarto hijo, Tibóid, mientras combate en alta mar contra piratas argelinos. Descansa en la bodega con el recién nacido. Pero es tal su carisma que la reclaman en cubierta para enardecer a la tripulación porque su cabellera roja intimida allí donde aparece. Sus ataques traen de cabeza a la corona inglesa, que secuestra a sus hijos y la emplaza a negociar. Lo hace. Se cita con Isabel I. Hablan en latín: ni ella sabe inglés, ni la monarca gaélico. Hay trato. A cambio de liberar a sus hijos, O'Malley combatirá la piratería contra Inglaterra. En 1577 el diputado de Irlanda Henry Sidney describe «la fortaleza de su coraje», al mando de tres galeras y 200 combatientes, y la considera «la mujer más célebre de todas las costas de Irlanda».
Famosa y temida a partes iguales, la pirata Anne Bonny (1697-1782) es camarada y amante de Jack Rackham, a quien por su estrafalaria y colorida vestimenta llaman Calicó Jack, en referencia a ese tafetán fácil de teñir y estampar. Se les une en los asaltos Mary Read (1685-1721), a quien aceptan como tripulante en el William tras capturarla en un abordaje, algo habitual entonces. Ellas visten de hombres porque las mujeres a bordo se creen de mal agüero.
Para acabar con sus saqueos, el gobernador de Jamaica Richard Lawes manda al cazapiratas Jonathan Barnet, que captura su barco en octubre de 1720; la mayoría de la tripulación está borracha en la bodega. Ellos son ejecutados al día siguiente; ellas se libran por estar embarazadas: «Abogamos por nuestros vientres, señor». Bonny se despide así de Rackham: «Siento verte así, Jack, pero, si hubieras luchado como un hombre, no te colgarían ahora como un perro». Lo ahorcan, embrean y cuelgan en una jaula en Dead man Kay (el cayo del hombre muerto), luego llamado cayo Rackham. Inspira el personaje del capitán Jack Sparrow de 'Piratas del Caribe'.
Jefa de 70.000 hombres
Determinada, audaz, dura, invicta. Ching Shih (1775-1844) es la más famosa pirata china. La prostituta de un burdel flotante que acepta ser la esposa del pirata Sheng Yi, a cambio de repartir a medias las ganancias de los saqueos. Él muere en 1807, envenenado según la 'Historia universal de la infamia' (1935) de Borges; para otros escritores, en un tsunami. La viuda se casa con el hijo adoptivo del marido y lo pone al mando de la flota, que lo ve como legítimo heredero. Ella se reserva todas las decisiones: organización, financiación, negocios, ataques y alianzas. Así controla las suspicacias masculinas ante una capitana y dirige de facto una flota que acaba teniendo 2.000 barcos y 70.000 hombres. La organiza en secciones por colores y con normas detalladas y precisas, penadas con la muerte. El botín se entrega, anota y reparte: dos décimos para cada tripulante y el resto, a la caja común. A quien actúa por su cuenta, le perforan las orejas. Quien viola a una mujer muere, al igual que el infiel; y quien la rapta debe hacerla su esposa y tratarla con respeto. Hostigó con sus ataques a Portugal, a la Compañía de las Indias Occidentales y al emperador de China, Jiaqing, que, ante la imposibilidad de doblegarla, le ofrece inmunidad. En principio se niega, pero en 1810 se presenta de improviso con una contraoferta: será indultada su armada completa. Lo consigue. Se retira y monta un burdel en Cantón.
La primera pirata americana y la última mujer ahorcada en Massachusetts es Rachel Wall (1760-1789). A los dieciséis años se instala con su marido George en Boston. Ella es sirvienta y él pescador. Deciden ser piratas para mejorar su economía. Embarcan en un pesquero robado junto a cinco marineros y sus amantes. Con más astucia que fuerza, capturan una docena de naves en un año: envían señales de auxilio y, cuando se acercan, las abordan. Una tormenta destruye su embarcación y George Wall muere. La viuda sigue robando a los barcos atracados en los muelles. Curiosamente, la detienen al intentar hurtar un sombrero a una mujer.
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