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La Orquesta Sinfónica de Kiev, que hace semanas inició una pequeña gira por Alemania para evitar la quiebra y disolución por falta de fondos, es ... la única con la que se ha podido cerrar un acuerdo para sacar adelante las cuatro funciones de 'Otello', entre el 17 y 26 de mayo, que cerrarán la temporada de la ABAO. Se apuesta por una formación que huyó de la guerra y no se encuentra en su mejor momento, porque ningún conjunto español se ha prestado a reemplazar a la BOS. La rescisión del contrato ha partido de la propia directiva de la orquesta ante el temor de que los músicos boicotearan las funciones de la ópera de Giuseppe Verdi para visibilizar el conflicto laboral interno que arrastran desde el año pasado.
La posible huelga de la BOS –que exige la reposición de 10 plazas eliminadas de la plantilla y un cambio en el sistema de sustituciones– habría dado derecho a la ABAO a reclamar una indemnización a la entidad. Esa eventualidad, que la directiva de la BOS deseaba evitar a toda costa, explica la anulación del compromiso de 'Otello' y también de 'Il Trittico', el primer título de la temporada de la ABAO, que el pasado noviembre salió adelante con la Sinfónica de Navarra. En definitiva, con el conflicto laboral como telón de fondo, el arranque y broche de la programación operística de Bilbao se ha quedado sin la orquesta de su ciudad en el foso.
El traslado de los músicos ucranianos desde Alemania, donde tienen su sede desde el pasado verano, ha supuesto un sobrecoste para la ABAO, al afrontar una partida de viajes y alojamiento innecesaria de haberse mantenido el compromiso con la BOS. Pero lo cierto es que no había alternativa, ya que no se contemplaba la cancelación del montaje de 'Otello' o la posibilidad de apostar por un piano como único acompañamiento orquestal. Este último recurso se aplicó en la temporada 2017/2018 en 'Don Pasquale' como consecuencia de otra huelga, en aquella ocasión de Euskadiko Orkestra, y de ninguna manera se quería repetir la experiencia porque el resultado artístico y el malestar del público, al que no se dio la opción de reclamar la devolución del dinero, marcaron un hito para olvidar en el seno de la ABAO.
Ahora el desempeño de la Sinfónica de Kiev en una ópera de la envergadura de 'Otello' es una gran incógnita. Fundada en 1979, ha experimentado profundos cambios administrativos y ha disfrutado del patrocinio de la Filarmónica de Berlín. No consta que la formación ucraniana haya interpretado 'Otello', la ópera más exigente del repertorio verdiano, pero esta semana ha empezado los ensayos muy motivada, aferrada a un clavo ardiendo.
En el foso del Euskalduna se pondrá a las órdenes del director de orquesta Francesco Ivan Ciampa, gran valedor del compositor de Busseto, que triunfó precisamente con 'Otello' hace dos años en Múnich. El montaje, con dirección escénica de Ignacio García y vestuario de Lorenzo Caprile, es una reposición ya vista en Bilbao que contará con el tenor canario Jorge de León (Otello, la soprano albanesa Ermonela Jaho (Desdémona) y el barítono italiano Claudio Sgura (Yago). Son tres cantantes de prestigio internacional, que han abordado varias veces sus respectivos papeles, y ninguno ha dado muestras de incomodidad al saber que la Sinfónica de Kiev, sin pedigrí verdiano, estaba llamada a ejecutar la partitura de Verdi.
La penúltima ópera de Verdi, que tenía 74 años cuando la compuso, necesita entre 80 y 100 músicos que deberán lidiar con armonías muy audaces y construcciones polifónicas de fuste. Se trata de una obra maestra, no apta para orquestas de poca enjundia. Hay curiosidad por conocer el rendimiento de la Sinfónica de Kiev, que desde la invasión de Ucrania se ha convertido, según las propias palabras de los músicos, en «un frente cultural en medio de la guerra». Uno de sus momentos cumbre ha sido su participación en la Cumbre de la OTAN en Madrid en junio de 2022 y el concierto que ofrecieron en el Museo del Prado ante los líderes mundiales.
El exgerente de la Sociedad Coral de Bilbao, Iñigo Alberdi (Soraluze, 1973), asumió ayer el cargo de director general de la Orquesta Sinfónica de Bilbao como sucesor de Ibon Aranbarri. Se inicia así una nueva etapa administrativa tras los 20 años marcados por este último. Lo primero que deberá resolver el nuevo director general es el conflicto laboral en el seno de la orquesta. El día 12 se retoma la mesa de negociación con presencia del Ayuntamiento y la Diputación para encauzar las reivindicaciones de los músicos. La incorporación de la entidad foral al debate y el fichaje de Alberdi abre «una etapa más esperanzadora», en opinión del comité de empresa, para lograr la reposición de 10 plazas eliminadas y un reglamento que garantice la sustitución sistemática de bajas, vacantes y excedencias, para evitar rotaciones que «ponen en entredicho» la salud y rendimiento artístico.
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