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Un show por encima de las expectativas ofrecieron los asturianos Real Straits este viernes en el Kafe Antzokia, adonde arribaron para celebrar el 40.º ... aniversario del disco de los Dire Straits (Londres, 1977-95) 'Brothers in Arms' (1985), que vendió más de 30 millones de copias, fue número 1 en países como Reino Unido, Estados Unidos, Francia, Alemania o Australia, y cambió la vida del guitarrista Ángel Miguel, quien con 9 años oyó la canción 'So far away' y supo que se subiría a un escenario para tocar estas canciones y vivir noches como la del Antzoki.
En septeto (dos teclistas, un saxofonista armenio que toca jazz y que en esta velada de viernes se lució desde el soul hasta el rock and roll —«brutal, qué elegancia», comentaron unos fans a nuestra espalda—, bajista, baterista y dos guitarristas solistas, el líder Ángel Miguel, que cambió a menudo de guitara y usó dobro, acústica y varias eléctricas, y Dany León, ex de los heavies Avalanch, en la que era su quinta visita en diez años (la cuarta fue hace seis, según el líder), Real Straits congregaron a 333 almas en el Kafe Antzokia (320 al entrar nosotros, y algunos más llegarían después), con clara mayoría masculina (tres cuartos) en lo que fue un respetable entregado, predispuesto y muy conocedor del repertorio: 16 canciones en 148 minutos. O sea en dos horas y media; a ojo tres canciones cada media hora, sin escatimar numerosas introducciones instrumentales largas y pausadas.
El problema de los grupos tributos es que suelen ir a una marcha inferior al grupo homenajeado. E imagínense la cadencia que podrían aplicar los astures al tempo del perezoso Mark Knopfler. Pero no, a pesar de la extensión de dos horas y media y de la profusión de pasajes instrumentales relajados, vivimos un concierto dinámico que alternó chispas y atmósferas logradas. Sólo se podrían reprochar dos detalles nimios objetivos (el bajo bufó saturado en un par de temas, y la versión de 'Romeo And Juliet' les quedó sin tensión), y dos faltas importantes pero subjetivas (es que no tocaron 'Lady Writer' ni 'Twisting by the pool'). Y se podrían añadir más subjetividades, por ejemplo la de Patxi, que echó de menos la cinta en la frente del discípulo de Knopfler, y la de Ania, que opinó como muchos otros que el volumen fue alto, pero no, porque el concierto estuvo muy bien sonorizado, desde las dos guitarras solistas hasta el saxo armenio.
Bueno, concierto es poco decir para lo que piensa Ángel Miguel, quien aseguró que estábamos en una «eucaristía, una comunión». Además nos pidió brindar en alto con la mano izquierda para palparnos el corazón con la derecha, y se atrevió a afirmar que habíamos acudido a la cita «porque estáis buscando la verdad en forma de canciones, la banda sonora de nuestras vidas… Somos Real Straits, pasión, nostalgia y rock and roll». Nostalgia ninguna, pero recordamos que esas canciones en su época las oíamos en la radio, en casetes (a veces los amigos juntos en los camarotes), y ya más mayores en los bares. Fue música 'vivencial', como la definió Ángel Miguel, en referencia a que la conocimos en su época, justo cuando se estaba creando.
Repasemos el repertorio, los 16 títulos. Arrancaron su show de dos horas y media étnicos a lo Peter Gabriel / Sting ('Ride across the river'), y ya a la primera nos dimos cuenta de que la voz daba el pego con la original de Knopfler. En 'Expresso love' la gradación final del saxo fue puro Bruce Springsteen..., ¡no!, puro Fito Fitipaldi, y a la tercera quizá llegó la cima de la cita con el rock and roll dinámico y chispeante 'Walk of life'. 'So far away' fue muy JJ Cale, 'Romeo y Julieta' ya se ha dicho les quedó muy justa, a pesar de tantas cadencias lentas muy bien les quedó la difícil 'Private investigations', con recitado y ambientación morosa y oscura, y en 'Sultans of swing' algún espectador se echó las manos a la cabeza de lo bien revisada, con sus inolvidables punteos agudos.
Justo acabó esta y habían pasado una hora exacta y siete canciones. Pero los Real Straits siguieron con la nana muy coral 'Why worry', el soul ochentero con saxo sexy 'Your latest trick', y otro rock and roll desmelenado y bailón como 'Two Young lovers' (aquí el guitarrista León bajó a tocar entre el público). 'Solid rock' les quedó de estadio, 'Wild West End' en modo balada country celta, y 'Tunnel of love' refulgió sobre todo en su segunda mitad, tras las presentaciones de la banda.
Y a modo de bis triple regalaron 'Brothers in arms' en plan balada celta, el trallazo 'Money for nothing', lo más coreado de la cita, y la caricia de despedida instrumental 'Going home', de la banda sonora de la película 'Local Hero', compuesta por Mark Kopfler en solitario. Y así de bien o mejor seguirán los asturianos Real Straits con su gira 'Brothers in arms 40th Anniversary Tour 2025-2026', con el que desean volver lo más pronto posible a Bilbao.
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