No es poco
Cinco obras del repertorio operístico clásico, de aceptación contrastada, sin riesgo para el gusto lírico de una audiencia eminentemente conservadora, con una notable calidad en ... las direcciones musicales y en los repartos vocales. Cuatro producciones o coproducciones propias (dos de ellas reposiciones) y un título del Communale di Bologna. Lógico que la próxima temporada de ABAO, por lo menos en lo que se refiere al eje fundamental de su programación, busque asegurar la fidelidad de su público y de su dimensión sostenible financiera y socialmente, huyendo de un riesgo que pondría en solfa su viabilidad. Entiéndase que, si las circunstancias económicas fueran otras, la posibilidad de incluir seis títulos en la temporada de ABAO permitiría sumar un título adicional más minoritario y tal vez más acompasado a las nuevas audiencias; por ejemplo, alguna ópera del siglo XX.
Pero las cosas son lo que son, y más allá del excelente tono artístico de la pasada temporada, de una lograda gestión de patrocinios privados que elevan la autofinanciación de la ABAO o de un más que aceptable mix de ingresos entre abonos y entradas sueltas, las cuentas finales siguen sin asegurar el futuro de la ópera en Bilbao. Algo que nos lleva a plantearnos no ya si queremos situar nuestra ópera entre las de las tres o cuatro principales ciudades de España, sino incluso si queremos o vislumbramos su supervivencia.
Obviamente, lo primero es hoy por hoy una quimera, ya que mientras el Real y el Liceo tienen siete veces más presupuesto que la ABAO, Valencia y Sevilla cuentan con mucho más respaldo público. Sea como fuese, todo esto no impide que la nueva temporada de ABAO tenga en sus títulos el indudable atractivo de mezclar la madurez de Verdi, la belleza melódica de Cilea, el periodo romántico francés y la escuela verista italiana. No es poco.
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