Se llama Moriah de Zen. Es una delicada y sofisticada fotógrafa italiana que nació en Asolo, una hermosa localidad de la región del Véneto que ... es conocida como 'la ciudad de los cien horizontes' por su escenografía montañosa. Moriah vino al País Vasco hace nueve años para realizar un master de investigación y creación artística en la Universidad de Leioa y decidió instalarse definitivamente en la Villa del Nervión, en la que pronto consiguió una beca de la Fundación Bilbo Arte. Pasado mañana, miércoles, inaugurará una exposición de sus trabajos fotográficos en la Sociedad Bilbaína que lleva el título 'Umbra Vitae' y que nos invita a hacer un verdadero viaje iniciático hacia el más hondo y oscuro vientre de la Tierra que, paradójicamente, nos conduce hacia el cielo y la luz.
En las obras de Moriah de Zen aparece como recurrente presencia el cuerpo femenino, unas veces tendido, otras arrodillado, otras ensayando una torturada contorsión. Y en unos escenarios naturales que pueden ser bosques o grutas, vegetaciones tupidas o fosas rocosas en las se dibujan las capas pétreas de un geosinclinal. Nunca la fotografía se acercó más a un lienzo pictórico, aunque todas las imágenes que logra atrapar esta artista son naturales, extraídas de la realidad por enrarecida que ésta se presente, tamizadas únicamente por el objetivo de la cámara y por la retina humana, pero sin mediación técnica ni recurrencia al pincel ni al collage. Se trata de instantáneas que se mueven en una estética entre expresionista y romántica. Tan pronto evocan las naturalezas prerrafaelitas, como el dolor onírico de las visiones expresionistas. Y, así, un masa verde nos trae de pronto a la memoria los nenúfares impresionistas de Monet, o un desnudo es capaz de evocarnos a la Ofelia flotante, fluvial, dormida y horizontalísima de John Everett Millais.
Moriah de Zen tiene un apellido que es como una sesión de yoga, una escuela filosófica, una religión, una puerta iniciática, una invitación a la meditación trascendental. Y las palabras de las que se ha servido para nombrar sus obras abundan en ese significado de travesía hacia el conocimiento: 'mirada hacia dentro', 'dimensiones del silencio', 'el lado de la luz'…
'Umbra Vitae', el título de su exposición, nos remite a un célebre libro del poeta alemán Georg Heym, uno de los grandes representantes de la literatura expresionista, contemporáneo de Georg Trakl, Else Lasker-Schüler o Gottfried Benn. De ese libro publicado en 1914 me vienen a la mente unos versos: «Se ha levantado la que hacía tiempo dormía, / se ha levantado, abajo, desde bóvedas profundas. / Y en el crepúsculo, grande y desconocida, / aplasta la luna en su mano negra…».
Creo que parecen compuestos para ilustrar esas fotos, esa 'sombra de la vida', esas sombras luminosas de Moriah de Zen.
¿Tienes una suscripción? Inicia sesión