Fallece el escritor y empresario donostiarra Fernando Orlando, Orola
Dinamizó la vida cultural de la ciudad en los años 50 y 60 y tuvo que trasladarse a Madrid por la amenaza de ETA
El escritor y empresario donostiarra Fernando Orlando ha fallecido en Madrid a los 95 años. Su vida y obra responden al sello de un hombre ... emprendedor, que desde muy joven fundó empresas y promociones comerciales en el ramo de la alimentación, en un decidido empeño renovador, siempre en la égida de su familia. Al mismo tiempo, y también desde temprana edad, expresó su amor y dedicación a la lectura y la literatura.
De ambos hechos da cuenta la conocida marca de alimentación que lleva su apellido por los cuatro puntos cardinales, así como la promoción de la edición y remoción de la vida cultural donostiarra en las décadas de los cincuenta y sesenta del pasado siglo. Durante medio siglo Orlando publicó, con el seudónimo de Orola (Orlando Olasagasti), un conjunto de relatos semanales, breves, a los que llamó Vivencias, publicados en 'El Diario vasco', en los que fue expresando sus sentimientos y valores civiles e históricos.
Nacido en Getaria (1930), de donde era su madre y la rama familiar dedicada a la industria conservera marina, el escritor y empresario donostiarra ha fallecido en su casa de Madrid, ciudad a la que se vio obligado a partir con toda la familia al ser amenazado por ETA en los años más sangrientos de su actividad terrorista. Miembro de una saga familiar procedente de Italia, Orlando procuró que sus hijos estudiaran y cultivasen esta lengua. El entierro tendrá lugar este sábado en el panteón familiar de la familia en Polloe.
Siendo aún estudiante de Derecho, Orlando se encargó de animar y dirigir el club de jóvenes de Veteres organizando actos culturales, tanto en el Círculo San Ignacio como en otros foros de cultura en San Sebastián, pues sus integrantes procedían de las aulas del colegio de Jesuitas. Véteres se convirtió en una revista, inicialmente de valores humanos, pero que tuvo una etapa de información general y crítica, con la dirección del también donostiarra Andrés de Blas de Guerrero.
De ese círculo salió la idea de fundar un concurso de cuentos que llevara el nombre de la ciudad al exterior, concurso que se organiza con la idea y gestión de Orlando, y los escritores Santiago Aizarna y Fernando Olasagasti. El concurso, que hoy es titular de la Fundación Kutxa, sirvió de puente y ventana de nuevos escritores tantos vascos como del exterior, y así vemos entre sus ganadores al donostiarra José María Mendiola, en una nómina de narradores entre los que están Juan Odriozola Andonaegui, Santiago Aizarna, Rafael Aguirre Franco, Luis Cristóbal, José Luis Torres Murillo, Juan Antonio Méndez Borra, Raúl Guerra Garrido, Jorge G. Aranguren, Carlos Aurtenetxe, Álvaro Bermejo, Fabián Rodríguez, Eduardo Obeso, entre otros.
Las antologías con las vivencias personales de Orola conforman un conjunto de una docena de libros, programa editorial realizado por Orlando y su equipo, al frente del cual está su hijo Ignacio, director del proyecto, y en el que colaboran algunos otros miembros de su familia (papel importante el de su esposa, Pilar Olaso). Y Orola sería el nombre con que se convocó hace quince años un concurso de vivencias o relatos breves, otorgando varios premios, y de cuyos relatos se publica anualmente una antología. Orlando estuvo pendiente de su resolución hasta sus últimos días. Uno de los momentos que más influyó en su ánimo deriva de la ceguera que le sobrevino en los últimos años, al verse necesitado de auxilio para la lectura, pasión que tuvo durante toda su vida.
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