Annie Leibovitz, expresión emocional
Seguro que la filosofía expositiva de la Fundación Marta Ortega Pérez (MOP) tiene como objetivo una fusión equilibrada del arte y el comercio, de la ... fotografía de moda como medio de expresión, como categoría autónoma dentro de esa disciplina, junto con un utilitarismo o una función comercial vinculada a la marca de su empresa -Zara-, un aprovechamiento que además es inherente a la propia fotografía de moda. Nada que objetar, sino al contrario, ya que además la programación de la Fundación MOP está propiciando interesantes revisiones expositivas de diferentes autores en distintas épocas y estilos, elevando en su conjunto el interés y el prestigio por una corriente de la fotografía plenamente reconocida por su expresión artística. Después de las muestras dedicadas a Helmut Newton, Irving Penn, David Bailey, Peter Lindbergh y Steven Meisel, ahora es el turno de Annie Liebovitz, quizás la fotógrafa más teatral de la serie, la de un retratismo estático, de una iluminación intensa y pictorialista, de composiciones estudiadas y meticulosas, de miradas a la personalidad de los retratados o de reflejo -en esto es como Avedon- de expresiones emocionales. Pero, al dar precisamente prioridad en su mirada a la personalidad y a la narrativa emocional del retratado y de su ambiente, tal vez su estilo sea el menos utilitarista para destacar la prenda como diseño único y exclusivo, algo que también le convierte en la menos comercial de la serie. Otra cosa es que su bien ganada fama de retratista de celebridades, de fotógrafa de iconos sociales y culturales para Vanity Fair o Rolling Stone, entre otras revistas, le haya convertido en una artista muy solicitada en la industria de la moda.
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