Redford y Newman: dos películas y un destino
Fueron compañeros de reparto en dos ocasiones, ambas en películas dirigidas por George Roy Hill, y la pareja de galanes más atractivos y gamberros de los 70
De Ben Affleck y Matt Damon, Brad Pitt y George Clooney, pasando por Matthew McConaughey y Woody Harrelson. Todas estas parejas ocuparán su lugar en ... la historia del cine, pero ninguna podrá jamás compararse en cuanto a peso icónico y legado en la gran pantalla a la que formaron Robert Redford y Paul Newman desde finales de los 60. Y eso que solo protagonizaron dos títulos juntos, eso sí, ambos filmes clásicos.
No solo fueron los hombres más atractivos de su época, también eran los amigos más gamberros y con más sentido del humor de Hollywood. Sus trayectorias convergieron por primera vez durante el rodaje de 'Butch Cassidy and the Sundance Kid' (1969), rebautizada en español como 'Dos hombres y un destino', donde, efectivamente parecían destinados a encontrarse.
Resultó una combinación inigualable frente a las cámaras que fue posible gracias a la insistencia de Newman en trabajar junto al entonces joven actor. Convertido ya entonces en toda una estrella del cine, el protagonista de 'El buscavidas' convenció al director George Roy de que Redford, 11 años menor que él, sería el candidato perfecto para interpretar al ladrón Sundance Kid.
A partir de ese momento, la estrecha relación de amistad que ambos forjaron trascendió las fronteras de lo profesional, dando lugar a una relación genuina y duradera. El segundo y último filme que protagonizaron fue otro clásico instantáneo de Hollywood: 'El golpe' (1973), también dirigida por George Roy Hill.
Sobre su trabajo juntos en estos años, Redford dejó claro lo importantes que fueron en su carrera. «Paul es el hombre más generoso con el que he trabajado. Tuvimos una relación fantástica durante el rodaje de 'Dos hombres y un destino'. Fue una de las experiencias más felices de mi vida», rememoró sobre el que consideraba su mayor mentor en la interpretación.
La exitosa relación laboral entre ambos actores en pantalla era evidente, aunque como Redford precisó, se limitaban a hacer su trabajo lo mejor posible: «Cuando hacíamos las películas, nadie usaba la palabra 'química'. Tampoco usaba nadie la palabra 'vínculo'. Simplemente era: '¡Sube ahí y haz tu trabajo!'». En cualquier caso, esta naturalidad en su relación profesional era un reflejo de su profunda amistad fuera de las cámaras. Los dos compartían no solo una visión similar del oficio interpretativo, sino también un compromiso férreo con las causas sociales y medioambientales.
El fallecimiento de Paul Newman en 2008 afectó profundamente a su compañero de reparto. La pérdida llevó a Redford a reflexionar sobre el impacto que Newman había tenido tanto en su vida como en la sociedad estadounidense: «He perdido a un verdadero amigo. Mi vida, e incluso este país, Estados Unidos, han sido mejores gracias a su presencia». Como dijo en una ocasión, «hay ciertas amistades que a veces son demasiado buenas y demasiado fuertes».
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