El apocalipsis zombi de 'The Walking Dead' llega a Bilbao con araña y jabalí

Todo esto sucedía este lunes por la mañana en la Avenida de las Universidades, junto al portal número 2 y las columnas del puente de La Salve, zona decorada con la maleza y el abandono que debe caracterizar a un escenario apocalíptico en el que los zombis campan a sus anchas y los humanos son los que dan miedo de verdad. Pese a que se mantiene en secreto la línea argumental, el protagonista, interpretado por el actor Norman Reedus, acompañado de Romain Levi (que hace de Stéphane Codron, con parche en el ojo) parecían huir del animal corriendo hacia una entrada de metro con fosterito deteriorado creada para la ocasión en el callejón contiguo. Sobreviviendo, vamos, que es lo que mejor se le da a Dixon en una serie en la que ser protagonista no exime de poder morir en cualquier momento de manera atroz. O, peor aún, de convertirse en caminante.

El equipo de la serie que ha conquistado a millones de personas en medio mundo está grabando en España la cuarta temporada del spin-off dedicado al personaje de la ballesta, el favorito de los amantes de la serie, y ha recalado en Bilbao para rodar algunas de sus escenas en el entorno del Guggenheim. Por la tarde dieron el salto y se plantaron en la otra orilla, justo en el puente que cruza el lago del museo que los dos actores protagonistas recorrieron una y otra vez en la típica repetición de tomas de un rodaje. Es de esperar que quede de cine la escena entre las patas de la araña 'Mamá', un lugar acondicionado igualmente con hierbajos, tierra y basura.

Los curiosos contemplaban las idas y venidas desde lo alto del puente de la Salve. Algunos pasaban por allí sin más, como los holandeses Tineke Rozendal y Frank Rupert, que no sabían muy bien de qué iba todo aquello. «¿Zombis? Oh, yeah». Muy diferente a la reacción del joven estudiante Unax, fan de la serie, que ya el domingo por la noche, paseando al perro, descubrió los coches calcinados: «Sí, vi ese escenario apocalíptico y ya imaginé algo, Pregunté a un guarda que estaba por allí y me contó». Mucho más allá fueron la joven de Basauri Alazne Corvo y Lorena Madariaga, quien se vino desde Vitoria únicamente para asistir al rodaje y, quién sabe, obtener un saludo personalizado del gran Daryl. Ambas se conocieron por la mañana, en la primera parte de la grabación, asistiendo a las evoluciones del jabalí, y volvieron a encontrarse por la tarde, aguantando pese al frío a que acabara la jornada de trabajo por ver si Norman Reedus, saludaba al personal.

Y vaya si lo hizo. Primero en una pausa del rodaje se acercó para dar la mano al alcalde de Bilbao, Juan Mari Aburto, que fue completamente hermético sobre la conversación que mantuvo con el actor. También estuvo presente Miren Arzalluz, la directora del museo, que aunque parecía más inclinada a hablar tampoco soltó prenda escudada en una cláusula de confidencialidad que al parecer todos habían firmado. Los fans, mientras tanto, envidiaban a las autoridades y esperaban su momento.

Hasta que a eso de las seis, cuando la lluvia acabó por estropear definitivamente el día, Reedus se montó en una furgoneta negra que lo trasladó desde el entorno de la araña hasta la explanada del museo, donde las fuentes. Allí, el actor se acercó motu proprio a los fans, firmó autógrafos con paciencia, se hizo un montón de fotos sonriendo, ofreció a todos un pedazo de bollo que se estaba comiendo y que acabó engullido por una fan, se dejó abrazar, chocó puños... «Me encanta este tiempo», dijo mojado por el sirimiri que caía en ese momento, y aseguró que aún no había visitado el Guggenheim. No se le puede pedir nada más a una estrella.

Por la mañana también dio más de una muestra de ser un tipo de lo más simpático y accesible. Seguido de cerca por su novia, la modelo y actriz Diane Kruger, hizo caso a un padre que con su hijo adolescente le ofrecía un Funko, uno de esos muñecos cabezones tan de moda, con la imagen de su personaje. Y él, tan afable, se acercó a firmarlo y sacó una foto que compartió en su Instagram. También colgó imágenes de su harapienta ropa de rodaje tendida en la habitación del Hotel Carlton, donde al parecer se hospedó por la vista de la Plaza Moyúa tomada desde un balcón que pudo verse igualmente en su red social.

Otro de los bilbaínos conquistados por el de la ballesta fue Roberto San José, una de las personas de seguridad contratadas para desviar a los viandantes, la gran mayoría extranjeros, que se encaminaban hacia la araña de Louise Bourgeois. «A la mañana se me ha acercado y me ha chocado el puño», decía encantado.

La primera y segunda temporadas transcurren en Francia, adonde el personaje de Daryl Dixon llega sin saber muy bien cómo. Pero la productora de la serie creada por David Zabel para AMC eligió España para rodar su tercera entrega, que acaba de estrenarse, en localizaciones de Castilla y León, Madrid, Galicia, Aragón, Comunidad Valenciana, Granada y Cataluña. Junto a los dos actores citados, en este spin-off participa además Melissa McBride, que da vida a Carol, uno de los roles principales desde el inicio de la serie original, y los guionistas han reclutado además a los españoles Óscar Jaenada y Eduardo Noriega. En este ocasión, el rodaje pasará por Madrid, Andalucía, Segovia, Toledo, Galicia y, por suerte para los fans de aquí, el terror ha llegado a Bilbao.