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Isabel Urrutia Cabrera
Viernes, 8 de diciembre 2023
Luto en el mundo del cine. La actriz catalana Itziar Castro ha muerto de forma repentina a los 46 años. «Soy yo misma con todas sus consecuencias. No me escondo en ningún lado. O me quieres o me odias, no hay término medio», zanjaba Itziar Castro, en una entrevista concedida a EL CORREO hace cuatro años. La actriz catalana se encontraba en Bilbao con motivo de la presentación del corto de ciencia ficción 'Flotando', del que era directora de casting y productora asociada. Ese mismo verano, tenía previsto marcharse a Mérida para actuar en 'La corte del faraón' y tenía claro que no podía desaprovechar ni un día de su vida. «En esta profesión haces de todo menos matar. Ahora estoy recogiendo los frutos de casi dos décadas de siembra».
Todas sus ansias y ambiciones se difuminaron en la madrugada de este viernes, al fallecer en la piscina cubierta de las instalaciones de un hotel de Lloret de Mar. Se hallaba inmersa en el ensayo de un espectáculo de natación sincronizada, impulsado por el club Kallipolis, que dirige la exnadadora Anna Tarrés. Estaba acompañada por los responsables de las pruebas de luces que, en cuanto vieron que la actriz empezaba a sentirse mal, no tardaron en llamar al 112. Los facultativos de emergencias médicas trataron de reanimarla en vano.
Por el momento, se desconocen las causas de su fallecimiento, pero todo apunta a que haya podido sufrir un paro cardíaco. Esta posibilidad ha sido confirmada a EFE por la directora de su agencia de representación, Gabriela Defty, que ha señalado que, aunque se desconoce por el momento la causa del fallecimiento, «todo indica que fue un fallo cardíaco».
«No solo fue una actriz y artista talentosa, sino una incansable luchadora por sus ideales y creencias. Enfrentó cada desafío con una determinación y un coraje que inspiraron a muchos. Su contribución al mundo del arte y su incansable trabajo por la igualdad y la justicia social permanecerán como un legado perdurable de su pasión y compromiso», decía ayer en un comunicado Bedelka Talent, la agencia que representaba a la artista. De vocación temprana, en la adolescencia ya destacaba en las compañías de teatro amateur de la localidad barcelonesa de Corbera de Llobregat. Debutó como profesional en el musical 'Peter Pan', un montaje que se estrenó en Barcelona y reafirmó su pasión. A los 20 años no tenía ningún problema con su imagen. Usaba una talla mediana.
Siempre se sintió cómoda en su cuerpo, incluso cuando empezó a subir de peso. No le importaba que la industria del entretenimiento la viera como una figura ajena a los cánones. Marcaba la diferencia en géneros muy dispares, lo mismo en el drama que la comedia, terror, circo, cabaret... Hacía de la aparente desventaja, la fortaleza de su vida. Mujer, lesbiana y obesa, soñaba con protagonizar una película romántica «como las de Julia Roberts». Era actriz por encima de todo. Los cineastas bilbaínos la querían mucho. Pablo Berger la incluyó en el reparto de 'Blancanieves' (2012) y Álex de la lglesia la fichó para 'Las brujas de Zugarramurdi' (2013). Más adelante, fue nominada a un Goya a mejor actriz revelación por 'Pieles' (2017), de Eduardo Casanova, y en la pequeña pantalla se hizo muy popular con la serie 'Vis a vis'. También fue sonado su paso por 'Operación Triunfo', donde ejerció de profesora de interpretación hasta que la despidieron inopinadamente para reemplazarla por los Javis. Se adujo que «no cumplía con los objetivos», una excusa que nadie se tomó en serio. Mucho menos, ella. Solo tenía una obsesión: dar lo mejor de sí misma.
Desde el principio tomó como ejemplo a su progenitora, Lucía, una mujer de temple que le había enseñado a no vivir pendiente de la opinión ajena. «Nació en 1942, en una aldea gallega, con una opresión muy bestia y muchos prejuicios. De niña la llamaban 'monstruo' porque tenía un angioma en la cara. Eso marca, por eso me educó en la fortaleza», solía repetir Itziar Castro. En su casa nadie se llevaba las manos a la cabeza porque fuera lesbiana o pesara 130 kilos.
Le debe mucho a su madre, también el nombre. Lucía trabajó como cocinera en el desaparecido restaurante Jolastoki de Getxo y su mejor amiga se llamaba Itziar. «¡Imposible pensar en un nombre mejor para su primogénita!». Parte de la familia vive en San Sebastián y la actriz catalana iba de visita siempre que podía. Son muchos los admiradores que están de luto en Euskadi.
Su última aparición pública fue hace menos de una semana, en la capilla ardiente de Concha Velasco; también dejó constancia de su pesar en Instagram, red social en la que era muy activa.
Asimismo, en Instagram publicó su participación en un acto el próximo domingo.
Itziar Castro destacaba por ser una mujer sin complejos: «Sé que la obesidad es insana, pero a mí me dan todos los análisis perfectos. Eso sí, haga lo que haga, aunque me muera porque me atropella un coche, siempre dirán que es por gorda», señalaba en una entrevista publicada por este periódico en 2020. «Dicen que por ser feliz estoy haciendo apología de la obesidad, y que la obesidad mata. También mata fumar y comer insano. Tengo una amiga modelo, guapísima, que tiene colesterol, está fatal de los pulmones, no deja de fumar...».
También se mostraba muy militante como feminista y defensora de los derechos del colectivo LGTBI+. El pasado verano, no dudó en saltar al escenario del Orgullo Gay en Madrid con los pechos al aire para respaldar a la cantante Rocío Saiz, que había hecho lo mismo en un concierto en Murcia y fue multada por un policía. El agente, en última instancia, fue expedientado por actuar de manera autónoma y no por orden de un superior.
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