El 'bosque secreto' de Andrés Nagel
Tormenta de imágenes ·
El artista donostiarra reúne desde hace años vídeos y fotografías intervenidas, en una web 'oculta' a las búsquedas de su nombre en internetQue Andrés Nagel (San Sebastián, 1947) esté «en huelga» desde hace tres lustros en lo que se refiere a exposiciones individuales no significa que ... haya abandonado la creación artística: se trata tan sólo de que no resulta sencillo acceder a su producción reciente. Una buena parte se ubica en la web Der Wald Nagel (El Bosque Nagel), que reúne en torno a cuarenta vídeos y varios cientos de fotografías manipulados e intervenidos por el escultor, pintor y grabador.
Su visionado constituye una tormenta audiovisual que remite al espectador a esa sensación de 'zapping' mental permanente que ha sustituido a la contemplación en estas primeras décadas del siglo XXI. «No aguanto la música esa relajante, en plan Sade. Me gusta que tenga caña, prefiero AC/DC», explica Andrés Nagel.
Aunque la página web está lo suficientemente oculta como para que a partir de «Andrés Nagel» los buscadores de internet no la localicen, el dominio DerWaldNagel.com permite adentrarse en una jungla de fotografías y vídeos de cuya existencia hasta ahora sólo «cuatro amigos» estaban al tanto. «Quería abrir una página web, pero que no estuviera conectada a mí».
Las imágenes generadas por Nagel a partir de sus viajes por Asia, Europa y América, o de sus propias piezas escultóricas, exhiben una estética marcadamente 'fanzinera', que las apartan de cualquier corriente artísticas actual y del videoarte al uso, algo hacia lo que el creador donostiarra tampoco muestra especial interés.
Si atendemos a su versión, es la falta de pericia en el uso de las nuevas tecnologías la que dota a sus imágenes de ese inconfundible aroma punk. «Son imágenes de un primitivo tremendo porque no tengo ni idea de ordenadores, ni de programas, ni nada. Es pura ignorancia de las técnicas y, con lo que sé, intento hacer algo y sacarle partido».
Nagel comenzó a tomar estas imágenes hace relativamente pocos años. «Yo nunca he viajado con máquina porque la foto de recuerdo me parece un espanto. No las miras nunca», explica. Sin embargo, hace un tiempo «empecé a hacerlo para tomar imágenes de un tema concreto, por ejemplo, el cementerio de Génova o el de Milán». En este último, recuerda, «se me fundió el disco duro que contenía todas las imágenes y tuve que volver, pero lo hice encantado».
'La Gioconda' y la publicidad
De ese rechazo al turismo de masas, surge buena parte de la colección de sus vídeos e imágenes, agrupados en los últimos tiempos bajo el epígrafe de 'Pandemia'. «Es un horror encontrarte con las multitudes a las que no les interesa absolutamente nada pero a las que llevan en masa para ver 'La Gioconda', un cuadro que es pura publicidad inflada, que no está mal, pero tampoco es el mejor del mundo. Me tengo prohibido ir a lugares como Florencia. Es una pandemia».
«Yo nunca he viajado con máquina porque la foto de recuerdo me parece un espanto»
Andrés Nagel | Artista
Según defiende, «tú vas a un museo a centrarte en lo que estás viendo, pero la política de todos estos centros culturales es alcanzar un determinado número de visitantes. La labor de los museos nacionales que tienen una pintura de valor debería ser mostrársela a quien quiera verla, pero pretenden que la vea todo el país».
En realidad, las fotografías de Der Wald Nagel están extraídas de los vídeos que comenzó a realizar allá por 2008, según cree recordar. «El primero fue una animación a partir de la escultura de un perro. Año y pico después hice otro, con algo que tenía a mano, pero empecé tontamente y sin ninguna intención».
Su procedimiento para obtener las fotografías es 'sencillo': «Machacándolas. Son fotos hechas con una máquina de disparo continuo, la mitad están sin luz, desenfocadas, distorsionadas. En sí mismas son basura. Ni están buscados los ángulos perfectos, ni una composición o la luz más adecuada».
A través de un programa informático, Nagel manipula las fotos mediante la saturación de las imágenes, la supresión de un color o añadiendo otros.
«El problema surge cuando intentas disimular las carencias del material que tienes. Procuro sacarles el mayor partido y tampoco tengo mucho tiempo para reflexionar sobre cada serie porque, en uno de estos vídeos, un minuto puede contener quince ráfagas de fotos distintas, cada una trabajada de forma independiente. Y cada ráfaga tiene diez fotogramas por segundo, lo que visualmente queda muy torpe. En cine lo normal son 24. A diez, es un poco Buster Keaton... Bueno, ya quisiera yo...».
El artista segura no albergar ninguna «intención» artística, ni de ningún otro tipo. «He hecho esta web por dar señales de vida y ni siquiera eso porque está en un sitio escondido. No quiero hacer videoarte», aunque lo que sí procura es que «cada vídeo tenga algo, que no sea inerte lo que estás viendo».
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