«Reducir el consumo de carne es tan lógico como disminuir el de combustibles fósiles»
El experto hablará del impacto de la dieta en el cambio climático en el Aula de Cultura de EL CORREO en sus sedes de Bilbao y Vitoria
El cambio climático ha llegado al plato. Nuestra dieta influye decisivamente en el proceso de calentamiento que experimenta el planeta. «Hay que reducir el consumo ... de carne porque es una medida tan lógica como disminuir el de combustibles fósiles», advierte el dietista-nutricionista Aitor Sánchez. «Es un alimento con mucho impacto y no es imprescindible», alega y señala que el modelo de ganadería extensiva, más beneficioso para la vida animal, no satisface la demanda y exige muchas hectáreas para obtener un rendimiento exiguo.
El autor protagonizará un nuevo encuentro del Aula de Cultura de El CORREO previsto para hoy, a partir de las 20.00 horas en el Salón El Carmen de Bilbao. El acto cuenta con la colaboración de Paidós y el apoyo de Obra Social 'la Caixa'. Mañana, a las 19.30 horas, el experto disertará sobre este tema en una charla que tendrá lugar en la Casa de Cultura Ignacio Aldecoa de Vitoria.
La producción de carne, especialmente bovina, exige muchos recursos naturales, el 70% de la superficie agrícola está destinada a aportar alimentos al ganado, y el metano producido por vacas y terneras es más contaminante que el CO2. Pero el reto de desprendernos de este hábito no resulta sencillo. «Existe un impacto social y cultural», admite. «No cuesta decir que no a los toros o a vestir pieles, algo evitable y exclusivo, pero la carne implica un consumo recreativo, placer y comodidad», indica. «Además, hablamos de una industria potente, pero se hará, como ocurrió con la construcción, porque no hay otra manera de cumplir con la Agenda 2030 y los Objetivos de Desarrollo Sostenible».
«El individuo puede influir cambiando su modelo de compra»
La cucharada y las galletas
La transformación no exige convertirnos en vegetarianos o veganos, pero sí considerar la proteína vegetal como un eje transversal de nuestras formas de nutrición. «Se puede hacer sin problemas, no hay que reinventarse, tal y como sucede con el modelo energético», aduce. Sánchez recomienda los alimentos frescos, locales y de temporada, frente a aquellos ultraprocesados, los refrescos envasados y todos los que contienen elevados porcentajes de azúcar. «Nos preocupa más la cucharada que añadimos que las diez galletas que comemos por la mañana».
La cadena de distribución está pensada para que sea barata en términos económicos, pero no medioambientales, en opinión del autor de 'Tu dieta puede salvar el planeta', recientemente editado. El aceite de palma ha sido blanco de críticas generalizadas y ha implicado toda una cruzada contra su uso. «Ha sido el chivo expiatorio de las modas de concienciación», apunta el dietista y señala el impacto que supuso su relación con las iniciativas empresariales de deforestación masiva o su vínculo con el riesgo de cáncer. «La respuesta industrial fue otro producto malsano con otro aceite igualmente poco saludable, aunque hay que admitir que fue un pequeño paso».
La alimentación, según Aitor Sánchez, supone, en cualquier caso, un ámbito en el que los ciudadanos pueden presionar de una manera efectiva para generar cambios. «El individuo puede adoptar una postura activa a través del modelo de compra, y transformar patrones de conducta».
LA CHARLA
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Ponente. Aitor Sánchez.
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Lugar y hora. Hoy en el Salón del Carmen (Bilbao) a las 20.00 horas. Mañana en el Casa de Cultura Ignacio Aldeoca (Vitoria) a las 19.30 horas.
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Con la colaboración: Fundación 'la Caixa'.
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