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Julio Ceballos, consultor de negocios en China. E. C.

«Pekín premia el afán de superación y nosotros alentamos la pereza»

El consultor Julio Ceballos hablará hoy en el Aula de EL CORREO de los aprendizajes que podemos obtener del gigante asiático

Lunes, 26 de mayo 2025, 00:58

Conseguir una ciudadanía culta es el objetivo del régimen de Pekín. «Las autoridades chinas tienen una obsesión por la educación y el desarrollo tecnológico», advierte Julio Ceballos, consultor de negocios en el país asiático, e incide en la promoción de los méritos reales, el afán de superación, el espíritu de emprendimiento o la competitividad, entre los valores que se inculcan en su sistema educativo. Este especialista protagonizará un encuentro del Aula de EL CORREO dedicado al estudio de las claves que han conformado su conversión en la segunda potencia mundial. El acto, realizado en colaboración con la editorial Ariel y la Feria del Libro, tendrá lugar hoy, a partir de las 19.30 en el Salón El Carmen de Bilbao y cuenta con el apoyo de BBK. Mañana, la Casa de Cultura Ignacio Aldecoa de Vitoria acogerá el mismo encuentro, previsto para las 19 horas.

La charla

  • Ponente Julio Ceballos, consultor de negocio en China, abordará los valores que se inculcan en el sistema educativo del país asiático, en conversación con el periodista de EL CORREO Zigor Aldama, excorresponsal en China.

  • Lugar y hora Hoy en Salón El Carmen de Bilbao, a las 19.30 horas.

  • Colabora Fundación BBK.

La transmisión de aprendizajes susceptibles de ser implantados en Occidente constituye el fin de 'El calibrador de estrellas', ensayo recientemente editado por el conferenciante. «Explico las claves del crecimiento y cuáles son compatibles y adaptables a nuestro sistema». El autor reconoce el desasosiego que genera el creciente relieve del coloso de Extremo Oriente. «¿Nos ganan por goleada? Sí, pero este es un libro constructivo y optimista», aduce. «Tampoco pretendo hacer una apología de aquel sistema».

No todo está perdido para el modelo económico europeo. «Yo confío en la capacidad de reaccionar. Nos hemos ido relajando, hemos vivido en un idílico liderazgo, pensando que el consumo era un fenómeno estable y duradero, que siempre tendríamos acceso a energía barata y feliz. Pero hemos recibido tres electroshocks como son la pandemia, la guerra de Ucrania y el segundo mandato de Trump».

Dominio del mundo digital

El problema no es el irresistible ascenso de China, sino nosotros mismos, en opinión de Ceballos. «No planificamos, como hacen ellos, y no apostamos por la educación», lamenta. «No se trata simplemente de que Pekín premie el afán de superación, sino de que nosotros alentamos la pereza».

China se planteó ser líder en diez sectores clave para dominar el mundo digital con el horizonte del presente año. «No quiero decir que son imbatibles», apunta y, a ese respecto, menciona la inexistencia de extranjeros que hayan conseguido poner en marcha innovaciones disruptivas en aquel país. «Sólo hay talento local y la historia demuestra que en las sociedades más plurales, allí donde hay intercambio cultural, se promueve el desarrollo tecnológico más potente». Pero, por otra parte, también admite que buena parte del progreso en esta parte del mundo se nutre de inteligencia china. «Muchos doctorandos extranjeros en Estados Unidos son chinos».

El gigante también tiene sus talones de Aquiles. «Su liderazgo geopolítico y económico no está garantizado y, si no evoluciona rápido, puede crear atrapado en una posición de renta media», apunta y, entre otras debilidades, señala las deudas de las administraciones provinciales, las insuficiencias del modelo de desarrollo o la caída demográfica. «Su pirámide de población está muy envejecida, pero nunca en la historia ha habido tantos chinos», indica y asegura que el país precisa crear 15 millones de empleos cada año para satisfacer la demanda.

El régimen se ha planteado convertirse en 2049 en el primer país del planeta por su producto interior bruto y para cumplir esa meta debe pasar rápidamente a un modelo basado en la innovación y no en la exportación de productos de poco valor añadido. Iniciativas como la Nueva Ruta de la Seda, estrategia comercial que implica al 30% de los países y el 60% de la población mundial, alientan ese deseo de dar salida a su producción industrial, hoy a medio gas. «Su pretensión es vertebrar el planeta para colocar a China en el centro y que todos los caminos conduzcan a Pekín».

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