«Cuidémonos de la gente que asegura decir verdades como puños en la esfera pública»

«Cierta hipocresía social es la esencia de la civilización, el buen tono nos permite vivir y que la civilización fluya», defiende, y advierte: «Cuidémonos de la gente que asegura decir verdades como puños en la esfera pública». El autor de 'Contra la España vacía' hablará hoy en la Biblioteca Bidebarrieta, a partir de las 19.00 horas, con Iñaki Esteban en un nuevo encuentro del Aula de EL CORREO realizado en colaboración con la editorial Alfaguara. La charla cuenta con el apoyo de la Fundación 'la Caixa'.

El auge de los populismos y su impacto en la democracia liberal es uno de los asuntos abordados en esta obra que sigue la estela del exitoso 'La España vacía'. «Entiendo los libros como muñecas rusas», afirma, y apunta que los publicados contienen aquellos por venir. «Este entronca con el último capítulo del anterior, que se refería a una patria imaginada». Los acontecimientos sucedidos desde la publicación del anterior explican, a su juicio, la oportunidad de esta reflexión. «La democracia es una forma de estar en el mundo, no se trata de una ideología finalista, y se resiente si las organizaciones políticas rebajan sus márgenes».

Los símbolos patrióticos son esgrimidos por la derecha, otro síntoma de este nuevo escenario. «Ha complicado el trabajo semántico que ya se estaba haciendo desde el 15-M, cuando se advirtió que muchos españoles adultos no habían nacido cuando Franco falleció y no había ningún sentido para melindres injustificados», indica y lamenta. «Pero hemos vuelto a la casilla de salida. Buena parte de la izquierda reniega y sigue hablando de Estado español, y Errejón se resiste a que su partido se llame Más España».

La aparición de un nacionalismo español es otro de los novedosos fenómenos. «Es una pena porque me gustaba la rareza en Europa, un gran país sin nacionalismos», confiesa. «Es una reacción al independentismo catalán y su desarrollo dependerá de cómo evolucione esta fuerza, si su opción dentro de Vox toca techo, si el Partido Popular asume esta bandera o su ala moderada lo conduce hacia una senda civilizada».

El auge de Vox es otra de las incógnitas. «Es el proyecto populista en alza, pero ahora se enfrenta al reto de pescar votos en aguas de la izquierda y dar el salto como hizo el Frente Nacional en Francia». La situación catalana es un factor esencial en esa progresión. «Su apuesta rupturista es clara y no se amortigua. Ese elemento nos sume en la incertidumbre. El estatus ideal no puede durar mucho y no parece que las cosas se vayan a contener, sino a agudizarse».