«Valoramos igual al visitante que al que pincha en la web»
Nanet Beumer, jefa de Digitalización, Marketing y Campañas del Rijksmuseum, lidera una estrategia online muy ambiciosa, «porque es un mundo sin límites»
El Rijksmuseum de Holanda tiene su sede en el corazón de Ámsterdam, recibe más de dos millones de visitantes al año y casi toda su ... colección –en torno a un millón de piezas– es accesible online, con imágenes en alta resolución, información detallada y una batería inmensa de recursos multimedia para disfrutar del patrimonio que atesora la pinacoteca. «Para nosotros, tan importante es la gente que viene al museo como las personas que pinchan en nuestra web o entran en nuestra cuenta de las redes sociales», afirmaba este viernes Nanet Beumer, jefa de Digitalización, Marketing y Campañas del Rijksmuseum, al término de su ponencia en el III Congreso Internacional de Museos y Estrategias Digitales.
Es un encuentro que en esta edición ha acogido el Guggenheim Bilbao a instancias de REMED, una entidad impulsada durante la pandemia por la Universidad Politécnica de Valencia que aglutina a más de 1.200 profesionales del ámbito museístico de España y Latinoamérica. El confinamiento fue un golpe durísimo para el sector que, de la noche a la mañana, se quedó aparentemente sin su razón de ser. Los museos parecían criptas cerradas a cal y canto. ¿Qué hacer para llegar al gran público? «La debacle del covid nos afectó, como a todo el mundo, pero en nuestro caso la digitalización es una prioridad desde 2006. Nosotros tomamos la iniciativa y ofrecemos las imágenes de nuestra colección con la mejor calidad. Te las puedes descargar cuando quieras y para lo que quieras».
Los contenidos se ofrecen en abierto, nadie paga ni un céntimo, «pero es una medida socialmente muy rentable, así que seguiremos en esa línea, mostrando un producto muy cuidado, que pica y satisface la curiosidad». El objetivo es conciliar el prestigio y la popularidad, «que no son conceptos incompatibles». El Rijksmuseum apuesta decididamente por el mundo virtual y no vacila a la hora de echar mano de la fantasía. Lo mismo se cuelgan vídeos en Instagram que explican el contenido de un cuadro como si fuera un cuento infantil, que se permiten guiños irreverentes a la actualidad en los vídeos de TikTok, como se hizo en la Eurocopa 2020 al pintar con los colores nacionales de los equipos las caras de 'La lechera' de Vermeer y del Autorretrato de Rembrandt como San Pablo.
La voz de Stephen Fry
El rigor en todas las explicaciones de la web, además de lujos como la voz de Stephen Fry en los comentarios que glosan la obra de Vermeer, no defraudan a nadie. La mayor parte de los textos, audios y vídeos son breves, pero se puede navegar durante horas, días, semanas... con el plus de actualizaciones diarias en las redes sociales, sumamente originales y divertidas. ¿A qué suena el cuadro 'Winter' de Van Goyen? ¿Por qué no tumbarse en el suelo para apreciar mejor las lámparas diseñadas por el estudio Drift?
El equipo de Nanet Beumer se estruja las meninges para que los internautas de Singapur o Alaska –«no tenemos fronteras»– se hagan seguidores del museo. Son conscientes de que no todo el mundo se encuentra en condiciones de desplazarse o pagar la entrada. «Ya sea por enfermedad, lejanía o prioridades a la hora de gastar, hay gente que no traspasará nunca la entrada del edificio». Los tickets en el Rijksmuseum cuestan 22,50 euros para adultos y no hay descuento para los jubilados. Los menores de 18 años tienen acceso gratuito y con el Carné Joven Europeo se paga 11,25 euros.
«Lo que buscamos es enganchar a la gente. La experiencia en vivo es insuperable, pero no desdeñamos el valor del disfrute online». En Instagram tienen cerca de 865.000 seguidores, muy lejos no obstante de los más de cinco millones del Louvre, que además se mantiene como el museo más frecuentado del mundo con casi ocho millones de visitantes. «Ya, ya, es tremendo. Dicho esto, hay que seguir trabajando y no obsesionarnos con el ranking. Yo tengo clara la importancia del mundo virtual. Es un campo ilimitado y complementario a la visita física y convencional».
- ¿Ya no importa tanto vender entradas?
- Sí, pero la pandemia ha cambiado la perspectiva. Las aglomeraciones molestan más que antes. Las salas llenas ya no son un ejemplo a seguir. Las limitaciones físicas se tienen muy en cuenta y eso, entre otras cosas, nos obliga a ser más y más creativos online. Cada exposición es un desafío.
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