Hawái, en riesgo por el cohete gigante de Elon Musk
Las autoridades norteamericanas han ampliado el espacio en el que pueden caer los restos de la Starship
Superada la amenaza de tsunami por el megaterremoto de Rusia de la semana pasada, Hawái afronta un nuevo peligro. En lugar de llegar del mar, ... en este caso llega desde el cielo, de las ambiciones espaciales de Elon Musk. Así lo aseguran científicos y ambientalistas, alarmados por el permiso que ha logrado el hombre más rico del mundo para que los restos de su cohete gigante puedan caer en un área mucho más grande que el permitido hasta ahora. La Starship, un artilugio que supera los 120 de altura, ha explotado en seis de sus nueve pruebas de vuelo y ha obligado a cortar el tráfico aéreo en la zona de Florida en alguna ocasión.
Fue el pasado mes de mayo cuando la Administración Federal de Aviación (FAA) aceptó la propuesta de Space X -la empresa espacial de Musk- de ampliar su radio de acción en el Océano Pacífico. Proponían una zona hasta 75 veces más amplia que la original, según ha calculado 'The Guardian'. En un prolijo documento de 76 páginas, las autoridades norteamericanas daban vía libre además a multiplicar el número de ensayos. Pasaban de 5 a 25. Con esta decisión, las ocho islas principales que componen el archipiélago de Hawai estarían en peligro.
Entre las áreas afectadas se encuentra el Monumento nacional marino de Papahānaumokuākea, un conjunto de islotes y atolones declarado Patrimonio de la Humanidad por la Unesco. «Para los hawaianos, este lugar tiene un significado cosmológico, ya que encarna el vínculo de parentesco entre los hombres y la naturaleza, cuna de la vida y tierra de albergue de los espíritus después de la muerte», destaca este organismo dependiente de la ONU. Con 7.000 especies de aves, tortugas, peces, mamíferos marinos y corales, es, de hecho, el área protegida más grande del planeta. Joe Biden -Hawai pertenece a los Estados Unidos- aumentó su protección al otorgarle la categoría de santuario antes de dejar la presidencia. A ello se le une que dos de sus islas -Nihoa y Makumanamana- cuentan con vestigios arqueológicos previos a la llegada de los europeos.
Problemas en Florida
La base de lanzamiento de la Starship se encuentra en Boca Chica, un enclave de Texas muy cercano a «uno de los hábitats de aves migratorias más importantes en Norteamérica», según subrayó 'The New York Times' en un reportaje que denunciaba el escaso interés de Musk por proteger las especies que habitan en los alrededores del lugar. «La Administración Federal de Aviación no esperaba algo tan gigantesco como el Starship, y en un principio no llevó a cabo una evaluación exhaustiva del impacto ambiental de su tamaño», apunta Eric Lipton, autor de la investigación. Por si no fuera suficiente, en la playa aledaña anida la tortuga golfina, una de las más amenazadas del mundo.
Las alertas con este coloso espacial saltaron con su primer vuelo. Tuvo lugar el 20 de abril de 2023 y la enorme potencia de sus motores destrozaron la rampa de lanzamiento. Algunos fragmentos de hormigón salieron despedidos a 800 metros de distancia y una gran nube de polvo cubrió la zona. La FAA abrió una investigación en la que además de insistir en la necesidad de que incrementaran las medidas de seguridad, la compañía debía tener un «monitoreo continuo de la vegetación y de la vida silvestre por parte de un biólogo calificado».
Desde entonces, las ocho pruebas de vuelo del cohete diseñado para llegar a Marte no han causado daños mayores en los aledaños -excepción hecha del incidente registrado el pasado 25 de junio, cuando el artilugio explotó generando una enorme bola de fuego durante una prueba rutinaria-, pero han terminado casi siempre en estallidos que han dejado un reguero de restos que, como en marzo de este año, obligaron a suspender los vuelos en la zona de Florida.
Musk, por su parte, se ha mostrado irónico cuando no sarcástico sobre las presiones ecologistas. «SpaceX tuvo que hacer un estudio para ver si Starship chocaría con un tiburón. Yo dije: 'Es un océano grande, hay muchos tiburones. No es imposible, pero es muy improbable'. ¿Y qué pasa con las ballenas? Cuando miras al Pacífico, ¿cuántas ballenas ves? Sinceramente, si chocamos con una ballena, la ballena se lo merecía, porque las probabilidades son muy bajas».
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