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Pisos en Bilbao (de ser oscuro a casa de revista)
El piso oscuro convertido en casa de revista para una pareja joven y su hija en BilbaoFernanda Lima y Ane Moratalla, creadoras de Moralima Estudio, han reformado una vivienda de 100 metros cuadrados ubicada en la Avenida Madariaga de Bilbao con espacios diáfanos y llenos de ideas de almacenaje
La arquitecta brasileña Fernanda Lima y la interiorista bilbaína Ane Moratalla están al mando de Moralima, un estudio de diseño de interiores fundado en el año 2019. Las emprendedoras han reformado de manera integral una vivienda de 100 metros cuadrados ubicada en la Avenida Madariaga de Bilbao, en Deusto, con vistas a la ría. Se han enfrentado a un gran reto desde el principio: convertir dos viviendas en una sola, con espacios amplios y diáfanos. «La propietaria anterior tenía un bajo, y estaba conectado al piso de arriba. Nuestro desafío ha sido desconectar la vivienda y crear una nueva, más amplia y luminosa», explican.
Fernanda es arquitecta y ha desarrollado su trayectoria profesional en diversos estudios en São Paulo y Londres. También ha trabajado en la empresa 'Foster + Partners', fundada por el prestigioso arquitecto Norman Foster. Ane dejó su trabajo en el sector financiero para redirigir su carrera y dedicarse a su pasión: el interiorismo. Sus caminos se unieron en Londres. «Teníamos amigos en común. Cada una trabajaba en un sitio, pero al cabo de unos años, las dos volvimos a Bilbao en la misma época por temas personales. Ahí surgió la idea de montar algo propio juntas», comentan.
Emprendieron el año previo a la pandemia, y, a pesar de las dificultades, fue todo un acierto. «En aquella época, hubo una especie de 'boom' en el sector. La gente pasaba más tiempo en casa y se empezó a valorar más el diseño; se hacían más cambios en las viviendas. Además, se tuvieron que habilitar espacios para el teletrabajo. Desde que empezamos, no hemos parado de realizar proyectos», agradecen.
Con la reforma de esta vivienda bilbaína, Fernanda y Ane han convertido una casa antigua y oscura en un piso luminoso y acogedor, lleno de ideas para aprovechar cada rincón. Dispone de tres habitaciones, dos baños, un recibidor, una cocina con comedor, un salón, una terraza y un lavadero. Lo más complicado ha sido reestructurar el espacio, sobre todo, la parte social. «Tuvimos que derribar y acondicionar todo, porque muchas de las zonas estaban juntas. Además, como tiene vistas a la ría, entra luz natural y se consigue una sensación de amplitud única», dicen. Una de las partes más especiales de la casa es la cocina, con un gran acristalamiento que crea continuidad. Las baldosas, con el dibujo de figuras geométricas, aportan carácter y la convierten en una zona alegre y versátil. «La clave del proyecto ha sido integrar la cocina en el salón y optimizar la distribución del área social. Era una parte muy oscura, y los espacios no estaban bien aprovechados. Por ello, quisimos maximizar la iluminación natural».
Zonas de almacenaje y espacios con color
Los propietarios querían espacios dedicados al almacenaje, así que las emprendedoras han aprovechado diferentes zonas de la casa para ello, combinando diseño y funcionalidad. «En la entrada, hemos diseñado listones en roble que delimitan la zona, y al mismo tiempo, permiten la entrada de luz natural desde los ventanales del salón hacia el 'hall'». Este último también dispone de un gabanero, un mueble zapatero y un pequeño banco a medida. Además, todos los muebles del salón están hechos a medida.
Otro de los grandes retos de la vivienda se encontraba en la habitación principal, donde tuvieron que integrar una columna que caía justo en medio de la zona del cabecero. «Diseñamos un cabecero de obra a medida incorporando la columna original de la vivienda, y también aprovechamos la profundidad para incluir nichos que sirven de mesa de noche, y un zapatero empotrado», comentan.
Ane y Fernanda han apostado por un estilo contemporáneo y acogedor. «Hemos jugado mucho con la madera y con el papel pintado para conseguir calidez. También hemos introducido materiales como el lino, pero sin dejar de lado la parte más colorida». Los propietarios querían una casa en tonos neutros, y, al mismo tiempo, alegre y cálida. Por ello, se han utilizado tonalidades pastel en algunas zonas y parte del mobiliario, creando un oasis de color fino y discreto. Es el caso de la cocina, pintada en azul; los cuadros, con tonos salmón; o el baño, con algún toque en verde.
Entre las firmas que han incorporado, destaca la mesa de centro de La Redoute, el sofá de TapiDisseny, las lámparas del comedor de Ineslam, la silla de escritorio del salón de Maisons du Monde o los cojines de El Telar de Bilbao o Zara Home, entre otras.
Ane y Fernanda han conseguido crear una vivienda luminosa, amplia y acogedora donde se aprovecha cada centímetro. «El diseño de interiores va más allá de la estética; se trata de la funcionalidad y la creación de espacios que se adapten a las necesidades y estilo de vida de los propietarios». Explican que el secreto está en crear un estilo propio. «Tenemos gustos diferentes, pero la esencia es combinar ambos para conseguir un toque único. Es muy bonito y satisfactorio ver la alegría de los clientes con el resultado», concluyen.