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Piso en Bilbao (Gran Vía)
De casa anticuada a piso de ensueño para una familia numerosa en la Gran Vía de BilbaoLa arquitecta Sandra Vergara da una nueva vida a una vivienda de 180 metros cuadrados con vistas al Parque de Doña Casilda con un estilo fresco y atemporal
Sandra Vergara, arquitecta getxotarra de 46 años, ha reformado una casa de 180 metros cuadrados para convertirla en un piso de revista para una pareja y sus tres hijos. Después de trabajar en varios estudios, decidió montar su propio proyecto en Bilbao para dedicarse a su pasión: el interiorismo. La vizcaína trabaja cada reforma al detalle. «Nos gusta personalizar piezas de mobiliario y crear diseños específicos para cada vivienda; jugamos con el color, pero mantenemos un estilo elegante y atemporal, porque creemos que debe perdurar en el tiempo», explica.
Los propietarios contactaron con ella para hacer un cambio de estilo y actualizar algunas partes, pero finalmente se llevó a cabo una reforma integral para ganar luz y amplitud en los espacios comunes. El piso, situado en la Gran Vía de Bilbao, dispone de tres habitaciones, dos baños, un aseo, un salón y una cocina. «Inicialmente solo buscaban una actualización de acabados y mobiliario, pero tras analizar las posibilidades, vimos claro que llevar la cocina a fachada iba a dar un giro importante a la casa, y que no se iban a arrepentir», asegura. Predominan los tonos neutros y terrosos. La idea nace a raíz de las obras de arte de María Jesús Gorrochategui, tía de la propietaria, que ha creado piezas protagonizadas por los colores tierra. La vivienda mantiene la misma línea a nivel de diseño, excepto las habitaciones de los hijos, donde introducen el azul y el verde.
El objetivo ha sido crear espacios más amplios y cómodos que inviten a disfrutar de la calma. Para ello, Sandra ha cambiado la cocina de ubicación y la ha desplazado hasta la fachada principal para darle más protagonismo. Además, se ha creado una puerta corredera que ha permitido tener unas vistas espectaculares. «El objetivo era conseguir una gran vista al parque de Doña Casilda desde la entrada y la zona de los sofás. La cocina estaba en la parte más interna de la casa y no tenía nada de luz. Con la nueva ubicación, los espacios se conectan y se consigue más transparencia», explica. Está diseñada en forma de L y es amplia y luminosa. Junto a ella, hay un 'office' integrado para comer y trabajar.
La zona de día es un espacio diáfano, amplio y muy luminoso. El recibidor de la vivienda es largo y estrecho, y para garantizar la comodidad de los propietarios, está formado por cajones y armarios de almacenaje. En el salón predominan los tonos crudos, pero Sandra ha introducido una butaca en gris a continuación del sofá para romper con la línea neutra y conseguir más color. Está conectado al comedor, pero muy bien diferenciado gracias a la decoración y al mobiliario.
Además, tiene acceso a una pequeña terraza de cuatro metros cuadrados diseñada al detalle, donde las copas de los árboles asoman y llenan la vivienda de frescura. Aunque predominan los tonos neutros, han introducido color en algunos elementos del mobiliario y de la tapicería, como es el caso de los cojines en mostaza y los manteles anaranjados. «Cuando los clientes no quieren arriesgar con el color, a veces se introduce en complementos, y siempre es una buena opción», dice. La presencia de plantas también juega un papel importante, porque convierten el piso en un espacio acogedor, cálido y desenfadado.
Modernidad y elegancia
Las habitaciones, decoradas en tonos suaves, son un espacio para disfrutar de la calma en un ambiente más relajado y tranquilo. Forman parte de la zona nocturna y están diseñadas con un toque más actual y moderno. Sandrá también ha renovado los cuartos de baño y los ha convertido en espacios naturales y con gran frescura. Los lavabos tienen una grifería empotrada en bronce y a ambos lados ha incorporado unos huecos para almacenaje.
El aseo se ha revestido con un papel de estampado vegetal que aporta un toque diferente y original a la vivienda. Una de las zonas más especiales de la casa es la biblioteca del salón lacada en verde y diseñada a medida, con las puertas enteladas y el marco en roble. Este añadido completa la estancia con elegancia y personalidad. Entre las firmas del mobiliario, destaca la butaca y la mesa de centro de &Tradition, las pantallas de las lámparas de Pantallas Mendiguren y las sillas de comedor de Wishbone.
Sandra y su equipo han creado un hogar sofisticado, armonioso y lleno de luz. «Hemos conseguido que la vivienda sea más amplia y cómoda y que se potencien las vistas. Me encanta cuando un cliente me cuenta cuál es su rincón favorito de la casa. El diseño influye en nuestras emociones y en nuestra calidad de vida», concluye.
No te pierdas la galería de imágenes que acompaña a esta información para ver el antes y el después de esta vivienda.