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Ático en Lekeitio
El ático de 54 metros de una pareja en Lekeitio con vistas al puerto y encanto marineroMemé Acha y Cecilia Vergara, creadoras del estudio Rompe y Rasga, han diseñado un acogedor apartamento para que los propietarios disfruten de sus vacaciones en un refugio de ensueño
No todo consiste en crear a lo grande. En ocasiones, se pueden hacer verdaderas maravillas en pocos metros. Es cuestión de saber jugar con el espacio y de diseñar con cariño y pasión. Memé Acha y Cecilia Vergara, creadoras del estudio Rompe y Rasga, han reformado un coqueto ático de 54 metros cuadrados en un edificio emblemático del casco histórico de Lekeitio, una ubicación privilegiada con vistas espectaculares al puerto y a la icónica isla de San Nicolás. Memé se formó en interiorismo y se especializó en iluminación. Cecilia venía del mundo del marketing, pero dio un giró a su trayectoria profesional cuando entró a trabajar en un estudio de interiorismo. Los amigos en común y la ilusión por iniciar un proyecto joven llevaron a las vizcaínas a fundar, en enero de 2022, Rompe y Rasga, una firma con alma bilbaína que realiza trabajos personalizados para los clientes sacando lo mejor de cada espacio.
Las creativas han cumplido a la perfección el deseo de los propietarios: actualizar el piso sin perder su esencia. «Contactaron con nosotras con la intención de reformar la vivienda y convertirla en su apartamento de verano: actual, fresco y acogedor al mismo tiempo», explican Memé y Cecilia. El ático parece sacado de un cuento: decoración minimalista, techos abuhardillados, contraventanas de madera, carpintería a medida, tonos beiges y cálidos… Todo perfectamente recogido en 54 metros, lo que lo convierte en un refugio singular con un encanto único. «Nos decantamos por un planteamiento diáfano y polivalente: un amplio espacio donde conviven salón y una habitación principal, otra independiente, baño completo y cocina», concretan.
Memé y Cecilia han apostado por darle un toque moderno a través de los materiales, pero respetando el estilo clásico que lo caracteriza y manteniendo la armonía a nivel visual. Para ello, han optado por un mobiliario simple para que la propia estructura sea la verdadera protagonista. «Sustituimos la moqueta centenaria por un laminado de madera en todas las estancias. Además, empapelamos las paredes, los techos del salón y el de la habitación para darle calidez. Para el baño y la cocina, nos decantamos por un papel de nadadoras 'vintage' súper divertido y fresco, ¡todo un acierto!», señalan. De hecho, es uno de los puntos fuertes del diseño de esta vivienda; recuerda a los días de verano en la playa, al buen tiempo y al sol, aunque a veces se resista a salir en el norte.
Decoración marinera y 'vintage'
La ubicación invita a vivir una experiencia sensorial única: el olor a mar, el sonido de las gaviotas y las espectaculares vistas lo convierten en una pequeña joya arquitectónica. Las emprendedoras han querido transmitir en todo momento la sensación de verano y el toque marinero, y para ello, han optado por textiles de algodón a rayas azules y blancas y con cuadros vichy, inspirándose en los pueblitos pesqueros del País Vasco francés.
«Las vistas han jugado con nosotras. Nos quedábamos embobadas cada vez que íbamos», reconocen. De hecho, se han convertido en el eje principal del diseño y en la clave para crear todo lo demás. El ático dispone de dos ventanas que dan al puerto y a la isla; una se encuentra en el salón y la otra en la cocina. «Permiten disfrutar del verano en uno de los pueblos más bonitos de nuestro litoral», aseguran.
A la vivienda se accede a través de una pequeña entrada con dos escaleras de bajada que van directamente al salón. De frente, hay una puerta de cristal y madera que conduce a la cocina, espacio diseñado con un papel que capta la atención. A la derecha, está el cuarto de baño, y al fondo, se encuentra el dormitorio independiente con cama de matrimonio, separada con un tabique medio para evitar dividir demasiado la zona. Las chicas de Rompe y Rasga han mantenido su sello en la reforma: utilizar madera, piedra, telas y papeles pintados. Una combinación que ha dado lugar a un resultado luminoso, acogedor y funcional.
El ático mantiene toques clásicos, pero las piezas son totalmente actuales y afines a la idea de los dueños, que querían darle un uso informal en verano y que se adaptase fácilmente a un mayor o menor número de huéspedes. La estructura es de madera, y cuando las diseñadoras empezaron con la reforma, las paredes y los techos estaban agrietados. Los repararon, pero sabían que tarde o temprano, las grietas volverían a aparecer. Por esa razón, optaron por poner un papel vinílico de acabado texturizado en toda la vivienda, una opción que le da un punto cálido y hogareño. «Dan ganas de quedarte a vivir», dicen.
Para la iluminación, han confiado en Faro Barcelona, y para el laminado de madera, han contado con Terracota Espacio. «Los apliques a pared y los carriles con proyectores nos han permitido direccionar la luz a los múltiples ángulos de este techo tan original». La obra ha sido rápida y fácil, pero no han faltado las anécdotas. «Se trata de un edificio señorial y centenario con un portal majestuoso y con su propia entrada de carruajes, ¡pero hasta el mes pasado sin ascensor! Hemos hecho mucha pierna en el proceso», ríen.